Testimonio del productor en cuyo campo cayó la avioneta narco: "Me siento vulnerado y con miedo"

Eduardo Prados es un hombre de campo. Desde hace cuatro décadas trabaja esas tierras, las mismas que heredó de su padre, a 12 kilómetros de Garza, dpto. Sarmiento. Allí la vida transcurre con la simpleza y el esfuerzo de quienes dependen en gran parte del cielo para regar sus cultivos. Pero el jueves 28, en cuestión de minutos, la rutina quedó quebrada por un hecho insólito: la caída de una avioneta que, poco después, fue incendiada por sus ocupantes antes de huir.

Hoy, con la serenidad de los días pasados, pero todavía con el sobresalto en la voz, Prados cuenta lo que vivió y lo que aún lo mantiene en estado de vulnerabilidad.

Avioneta en llamas

"Esa tarde estaba tomando mate con mi señora, como cualquier otro día. De repente suena el teléfono: era un lugareño. Me dice: 'Eduardo, ¿sabés lo que pasó?'. Yo le respondo que no, y él me dice: 'Acaba de caer una avioneta en tu campo'. Mi reacción fue de incredulidad, le dije: 'me estás jodiendo'. Pero enseguida agregó: 'hay tres personas caminando con celulares y la avioneta explotó, está en llamas'.

Ahí me invadió una sensación rara, de esas que uno no sabe cómo manejar. Lo primero que hice fue llamar a la policía. ¿Qué otra cosa podía hacer? Tenés fuego, una avioneta incendiándose en medio del campo, gente desconocida que andaba por ahí… y vos sin entender nada. La verdad, no sabés ni por dónde empezar".

"Hace cuarenta años que mi padre comenzó a trabajar esta tierra. Y nunca, jamás, nos pasó algo parecido. Es un campo de secano, vivimos de la lluvia y de la siembra. Ni avionetas de fumigación hemos visto alguna vez por aquí. Imaginate lo que significa tener, de golpe, una avioneta prendida fuego en tu propio campo. Es como una película".

Vulnerable

Los vecinos del lugar dijeron que vieron a tres personas, otros a dos. La verdad, no se sabe con certeza. "Lo único que yo le dije a un lugareño fue: 'ni se te ocurra acercarte'. Porque uno no sabe qué clase de gente puede estar detrás de esto. Cuando llegaron las fuerzas de seguridad y pusieron custodia, me sentí un poco más tranquilo, pero el miedo ya estaba adentro. Es muy feo caminar por tu propio campo y tener la sensación de que alguien se esconde en el monte. Que en cualquier momento puede aparecer alguien y apuntarte. Es una mezcla de inseguridad y de vulnerabilidad difícil de explicar". "Siempre vi estas escenas en películas o en noticias que pasaban en otros lugares, lejos de acá. Y de pronto me toca vivirlo a mí, en el mismo lugar donde trabajo todos los días. Es chocante. Te hace sentir vulnerable".

El propietario del campo dijo a EL LIBERAL que sigue en shock. "Ando por el campo y parece que voy a encontrar rastros de alguien escondido. Es como si hubieran violado mi intimidad. Este es mi lugar de trabajo, y de repente se convierte en escenario de algo que no tiene nada que ver con nosotros. Es terrible".

Eduardo Prados está aprendiendo a convivir con esta experiencia, a aceptarla. Pero le cuesta. En varios pasajes de la entrevista con EL LIBERAL repitió que nunca pensó que en su propio campo va a encontrar una avioneta incendiada, fuerzas de seguridad y gente escapando.

Lo único que quiere Prados es volver a sentir la tranquilidad de antes, cuando el único problema era si llovía o no para la siembra. Eso es lo que realmente importa en la vida de campo. Lo que parecía un paisaje rutinario de trabajo rural se transformó en un escenario inesperado, cargado de incertidumbre. La avioneta cayó, sus ocupantes desaparecieron y la investigación sigue en marcha. Pero en el corazón del productor queda la marca de un hecho que lo obligó a convivir con el miedo y con una sensación de vulnerabilidad que jamás había sentido en sus tierras.

Un misterio: ¿donde están los ocupantes de la avioneta?

La noche del jueves pasado se tiñó de misterio en la localidad de Garza, cuando, alrededor de las 19.30 horas, una avioneta de mediano porte cayó en una zona montuosa del paraje San Ramón y fue consumida por las llamas. Personal de la Policía Federal, con asiento en Santiago del Estero, fueron los primeros en llegar.

Luego, los peritos de Gendarmería junto con efectivos de la Departamental 8 de Fernández y Subcomisaría de Garza. A todo esto los hermanos Prados- productores rurales- ya se encontraban en el lugar junto a varios pobladores de la zona, todos shockeados.

Según los primeros datos, algunos vecinos de la zona aseguraron haber visto a tres personas que escapaban a toda prisa del lugar apenas minutos después del siniestro.

Esta versión abrió interrogantes sobre qué ocurrió realmente en el monte. Los investigadores sospechan que serían dos.

Todo indicaría que los ocupantes de la aeronave son bolivianos. Mientras tanto, siguen sin aparecer. El campo quedó custodiado y se llevan a cabo pericias. El caso sigue siendo investigado.