Los profesionales de la salud infantil advierten que los controles deben ser regulares, periódicos y con responsabilidad.
La importancia del control del niño sano: no hay que esperar a enfermarse para ir al médico La importancia del control del niño sano: no hay que esperar a enfermarse para ir al médico
El control médico pediátrico es uno de los puntos primordiales en la crianza de los hijos. No se trata de un mero capricho lo que recomiendan los profesionales de la salud, sino de un paso más que fundamental para determinar el futuro de los niños en cuanto a salud se refiere.
Hay tiempos que respetar. No hay que esperar a que el niño manifieste alguna dolencia para concurrir al médico, sino que las visitas al pediatra deben ser periódicas, regulares y con responsabilidad.
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Es común ver a niños resfriados, con algún dolor o sintomatología, en una sala de espera de algún consultorio médico, aguardando ser atendidos. Sin embargo, son pocos los que, sin tener nada de eso, se encuentran en el mismo lugar.
Sobre esta situación, se refirió el Dr. Ángel Muratore, médico pediatra, y explicó de qué se trata el "Control del Niño Sano".
"El control del niño sano son consultas de seguimiento que se dan para vigilar que el crecimiento y desarrollo sean adecuados en todos los aspectos, para identificar de manera temprana y oportuna las desviaciones en su estado de salud; antes de que estas representen graves problemas y afecten la calidad de vida", indicó el médico pediatra.
Pero, ¿cuándo deberían ser otorgadas estas consultas?
El especialista en salud infantil sostiene que la Academia Americana de Pediatría refiere lo siguiente: la primera consulta debe ser a los 7 días de vida; la segunda, a los 28 días de vida o al cumplir 1 mes; en tanto que luego, mientras sea menor de 1 año se debe realizar 1 consulta cada 2 meses hasta cumplir el año de edad (otras fuentes dicen 1 cada mes).
Después de ese tiempo, cuando el niño tenga entre 1 y 2 años, se debe realizar 1 consulta cada 3 meses; de los 2 a 3 años, 1 consulta cada 6 meses; de los 4 a los 10 años: 1 consulta al año; entre los 11 y 14 años, 1 consulta anual, y lo mismo, entre los 15 y 17 años.
"No solo hay que llevar al niño al pediatra cuando está enfermo, ni hay que ocupar esa cita por enfermedad para considerarla como cita de control. Debe hacerse el esfuerzo por llevar al niño a consulta cuando está sano para enfocarse en ello, el control del niño sano", considera el médico, valiéndose de lo que manifiesta la academia Americana de Pediatría.
Necesarios
Así como son importantes las visitas de control al ginecólogo durante el embarazo para ver que todo vaya bien, así de importantes son las visitas de control al pediatra para lo mismo.
"Debemos priorizar lo relacionado con la salud, médico, psicólogo, dentista, etc. lo cual cuando no hay enfermedad usualmente pasa a segundo término", indica.
En ese sentido, celebra: "Hay padres que son muy puntuales con sus citas de control del niño sano, son pocos, pero los hay, a ellos hay que felicitarlos".
Qué controles incluyen este protocolo sanitario
El control del niño sano son consultas pediátricas regulares para monitorear el crecimiento, desarrollo físico y emocional, detectar y prevenir enfermedades, y asegurar el bienestar integral del niño.
Paso a paso
Estos chequeos periódicos incluyen un examen físico completo (peso, talla, etc.), evaluación del calendario de vacunas, revisión de la visión y audición, y educación sobre nutrición y hábitos saludables para la familia.
La frecuencia de estas visitas varía según la edad, comenzando con controles semanales o mensuales en el primer año, y espaciando gradualmente a lo largo de la infancia y adolescencia.









