Por Néstor Escobar.
Entre aulas y patrullas: dos vidas unidas por la vocación de enseñar y proteger Entre aulas y patrullas: dos vidas unidas por la vocación de enseñar y proteger
En cada 11 de septiembre, la sociedad argentina se detiene un momento para rendir homenaje a quienes dedican su vida a la enseñanza. Ser maestro, más que una profesión, es un compromiso profundo con la formación de las futuras generaciones. Sin embargo, hay historias que merecen ser contadas por el carácter singular de sus protagonistas: docentes que, además de enseñar en las aulas, cumplen el rol de policías, entregando su tiempo y su vocación al servicio de la comunidad desde dos frentes distintos, pero igualmente valiosos.
Ese es el caso del sargento Jorge Roldán, maestro de grado en la Escuela N.º 734 de Cerrillo, oriundo de Los Telares, y el sargento Juan Manuel Tucci, maestro de la Escuela N.º 502 "Jorge Washington Ábalos" del paraje Puente Negro, en Avellaneda, oriundo de Añatuya. Ambos comparten un mismo desafío: equilibrar la docencia con la vida policial, dos mundos que parecen lejanos, pero que en ellos conviven y se retroalimentan.
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Jorge Roldán: "Una moneda con dos caras, proteger y construir"
Para Roldán, la decisión de ingresar a la carrera policial estuvo marcada por un deseo profundo: "Mi motivación principal fue un profundo deseo de servir a la comunidad y contribuir a la seguridad de la sociedad. Siempre creí en la importancia de mantener el orden y proteger a las personas, especialmente a los más vulnerables"
El uniforme le dio la posibilidad de convertir esa vocación en un servicio concreto, pero la docencia apareció como un complemento imprescindible. "La policía resuelve problemas que ya existen, mientras que la educación previene. Quise no solo proteger a mi comunidad, sino también formar a las nuevas generaciones con valores y pensamiento crítico", explica
En su visión, ambas tareas no se contraponen: "Son dos lados de una misma moneda: una protege el presente, la otra construye el futuro. En el aula aprendo empatía y paciencia, y en la calle aplico disciplina y resolución de conflictos. Se retroalimentan y me fortalecen como persona".
Juan Manuel Tucci: "Dos mundos distintos, un mismo deseo de servir"
La historia del sargento Juan Manuel Tucci tiene un comienzo distinto. Su ingreso a la policía estuvo motivado por una necesidad laboral. "Lo que me llevó a elegir la carrera era el hecho de tener una salida rápida. Poco a poco me fui involucrando, aprendiendo y valorando esa profesión", recuerda.
Con el tiempo, la docencia lo convocó de otra manera: "En la escuela es otra profesión, humanamente diferente. Allí uno se prepara, estudia y elige trabajar en un ámbito donde el respeto y el cariño de la comunidad y de los chicos hacen que sea un lugar hermoso de convivencia y trabajo. Eso me hace sentir muy cómodo en mi lugar de trabajo". Desde el el año 2009 que el sargento Tucci se dedica a la docencia en la Escuela Escuela N 502 " Jorge Washington Ábalos", paraje Puente Negro (Avellaneda). Si, en la escuela del querido Shunko Tucci reconoce las diferencias marcadas entre ambas profesiones: "En la policía los valores son diferentes. Es un ambiente donde uno debe respetar y seguir un régimen jerárquico. En la escuela, en cambio, el trato es más cercano y cálido. Pero en ambos espacios uno siempre busca intervenir para mejorar la vida de los demás que nos necesitan".
Dos vocaciones, un mismo compromiso
Lo que une a Roldán y Tucci no es solamente el hecho de ser policías y maestros, sino la capacidad de encontrar en ambos mundos la oportunidad de servir. En la comisaría, con disciplina, jerarquía y firmeza; en el aula, con ternura, empatía y paciencia Su vida cotidiana está marcada por la organización y el sacrificio: entre guardias, clases, tareas administrativas y tiempo con sus familias, logran mantener un delicado equilibrio. "Es un esfuerzo constante de disciplina mental y física, pero el deseo de cumplir con ambas vocaciones me da la energía necesaria", asegura Roldán. Los dos coinciden en que las aulas rurales tienen un significado especial. Allí el vínculo con los pequeños y la comunidad es más cercano, más humano. "El respeto y el cariño de los chicos hacen que uno se sienta parte de la comunidad, no un extraño. Esa calidez es el motor que me impulsa", dice Tucci.
En tiempos donde la figura del maestro muchas veces se enfrenta a desafíos enormes, conocer estas historias permite revalorizar la importancia de quienes no solo enseñan conocimientos, sino que transmiten valores.
"Desde la docencia busco sembrar respeto, curiosidad y pensamiento crítico. Desde la policía, integridad, justicia y coraje", reflexiona Roldán. Tucci, por su parte, destaca la posibilidad de influir en dos planos distintos de la sociedad: "Ambas profesiones me permiten ayudar a los demás, aunque en escenarios muy diferentes. La clave es no perder nunca de vista la vocación de servicio".
Un homenaje doble
En este Día del Maestro, las historias de Jorge Roldán y Juan Manuel Tucci invitan a través de las páginas de EL LIBERAL- a pensar en los múltiples caminos que puede tomar la vocación de enseñar. Porque ser maestro no solo es escribir en un pizarrón, también es ser ejemplo de vida, transmitir valores y sembrar esperanza en quienes más lo necesitan. Ellos son maestros y policías. Son educadores y protectores. Son el presente que cuida y el futuro que construye. Un homenaje doble para quienes, con convicción y esfuerzo, eligen cada día enseñar y proteger








