Lorenzo Mazarelli usa el celular para crear sus pinturas 

El joven artista santiagueño Lorenzo Mazarelli es un claro ejemplo de los cambios de paradigma que se han dado en las artes visuales, en sintonía con las profundas transformaciones de los medios de producción y consumo, a partir de las innovaciones tecnológicas. 

Aunque Lorenzo hace arte utilizando diversos soportes, tanto físicos como digitales, la mayoría de sus obras salen a través de la tecnología propuesta por diferentes apps y sus variadísimas paletas. 

Su estilo se enmarca dentro de la figuración. En las composiciones de Mazarelli coexisten, por medio del recurso del montaje visual, personajes de carácter realista junto a otros mitológicos 

En estas imágenes llenas de color, la realidad y la fantasía se mezclan. En sus cuadros hay magia, misterio y un lenguaje visual que nos lleva, como si fueran parte de un universo onírico, a mirar nuestras propias angustias e ilusiones.  

"Lo que caracteriza mi obra son escenas de la vida cotidiana, construidas de una manera surrealista, a veces caóticas, cargadas con un dramatismo inspirado en la pintura barroca", afirma Lorenzo Mazarelli.

Ejes temáticos: la arquitectura de la ciudad, sus leyendas 

Las obras que nos propone Lorenzo Mazarelli evocan a nuestra ciudad, la que trajinamos todos los días. Y esa subjetividad, a menudo no requiere un gran contexto para conectarse completamente y apreciar la intención creativa del artista. 

 En los cuadros de Mazarelli se vislumbra un repertorio específico, combinado con ejercicios de montaje junto a figuras icónicas de leyendas locales. Utiliza variadas paletas de colores, en algunos casos vibrantes, casi como luces de neón, y en otros apagados, desaturadas. Su dibujo experimenta constantemente múltiples cualidades expresivas. 

Lorenzo rescata el paisaje urbano santiagueño para sus obras. Trata de reflejar el diario vivir de nuestra ciudad, aunque siempre acompañándolo con alguna figura mítica. Todo en un contexto contemporáneo. Para admirarlas solo basta entrar a su Instagram, @lorenzomazarelliart.  

"Yo he estudiado en la Escuela Industrial. Soy maestro mayor de obra, aunque siempre he querido dedicarme al arte. Cuando terminé el secundario pude ingresar a la Academia Juan Yaparí y egresé como profesor de Artes Plásticas. Lo que rescato de mi paso por la Escuela Industrial es mi afición por la arquitectura, por ese tipo de arte. Eso es lo que más me llama la atención de las ciudades. Yo he visitado Tucumán, Córdoba, y lo que más me impactó fue la arquitectura. Por eso muchas veces elijo edificios antiguos para dibujar, como en el caso de EL LIBERAL, porque tienen muchísima historia y siento que no son suficientemente valorizados. Hice algunos dibujos de otras provincias, pero los descarté, porque pienso que es más valioso rescatar los de mi provincia. Esa convicción me lleva a representar lo urbano en mis obras: es por la arquitectura del lugar donde he nacido, por donde transito todos los días. Es aquí, en nuestra ciudad, donde suceden todas las cosas, la parte pública especialmente.

Me gusta mezclarlo con seres mitológicos, con nuestras leyendas, que también forman parte de nuestra identidad santiagueña, de nuestra religión católica, por eso hay ángeles, pero también diablos y duendes salamanqueros. También dibujé otros con fusiones hombre - animal, obras llamativas, para generar un contraste de lo cotidiano de nosotros con algo que es surrealista, que verdaderamente no existe en la realidad. Por eso digo que la inspiración en mis obras tiene algo barroco, pero también surrealista".

Es de destacar el minucioso dibujo de la figura humana en las obras de Mazarelli. Al respecto, nos comentó: "Los personajes que represento están basados, la mayoría, en bailarines santiagueños. Me gusta mucho verlos danzar. Aprovecho sus poses dramáticas y dinámicas y les saco fotos que posteriormente me sirven de modelos. Los transformó en ángeles. Siempre hay flechas, cadenas, o algo que sujeta o perfora. Así quiero representar el dolor. Un dolor interno reflejado en situaciones de dolor externo. Un dolor existencial. Muchas de mis obras las pinté en momentos caóticos de mi vida", confiesa. Y va más allá: "Para mí el arte funciona como un mecanismo de defensa. Refleja mi lucha interna, los procesos, las etapas, los duelos que pasé, los cambios que experimenté desde mi adolescencia. En la pintura encontré una manera de sublimar todas las situaciones por las que pasaba. Ahora lo hago de una manera más consciente. Me doy cuenta que algunas situaciones caóticas de mi vida las había representado en mis obras, con otros personajes, en otras situaciones. Pero el sentimiento que quería transmitir, el dolor que yo llevaba adentro, era el mismo que yo había experimentado". 

Apps en el celu

Los nuevos artistas de este siglo no usan tanto los instrumentos analógicos de los viejos pintores. Los pinceles de cerdas finas, las pinturas acrílicas, óleos, carboncillo, espátula, etc., se siguen usando, pero ya no son indispensables. Esta generación cuenta además con aplicaciones y programas digitales que incluyen una amplia gama de herramientas que ayudan o complementan su trabajo. Y a la hora de elaborar un proyecto, el uso de estas herramientas digitales, con interfaces versátiles, facilita la tarea del diseñador.

Mazarelli comenta al respecto: "Las apps que uso son Sketchbook y Boceto. Solo trabajo con el celular. La verdad es que sí, es muchísimo, más barato y más práctico. Más que nada porque los materiales que se utilizan en el arte tradicional son muy costosos. El arte digital es más práctico porque puedes hacerlo en cualquier tiempo muerto.

No siento que uno sea mejor que el otro. Cada uno tiene sus pros y contras. El arte digital es más económico. Genera un archivo que puede ser multiplicado muchísimas veces. A diferencia de un dibujo físico a lápiz que tiene carácter de obra única, y por eso mismo, otro valor. Además en este arte tradicional no estás tan conectado a pantallas.

Para mí, el arte digital no es un hobby. Es parte de mi trabajo artístico y la forma en que me expreso. Es cierto que muchas veces no genera un rédito económico directo, pero sí funciona como una ventana que refleja mis ideales y mi manera de pensar. Además, muchas de esas obras digitales pueden transformarse en proyectos u oportunidades que sí me dan un beneficio económico.

Considero que las obras digitales son tan originales como las físicas, con la particularidad de que se pueden reproducir y circular masivamente, por ejemplo en redes sociales. Si tuviera que hablar de un hobby, mencionaría la fotografía, que sí la practico de manera más libre y sin el mismo compromiso que con mi obra digital o plástica".

Su entorno y referentes en el arte

La familia de Lorenzo Mazarelli no es ajena a las artes plásticas. El pintor nos cuenta: "Mi mamá es modista, ama de casa y también hace todo tipo de manualidades, pero lo que más la caracteriza es la destreza con las que produce miniaturas realistas en cartón. Buenísimas. 

Yo desde muy chico tengo contacto con el arte a través de ella y de mi hermana, que estudiaba el secundario en Bellas Artes. Hice la Primaria en la "Nicolás Avellaneda" y me cruzaba al frente y andaba en medio de los talleres del ISBA Juan Yaparí", recuerda.

"Mis principales influencias son Sainer Etam, pintor y muralista polaco, Salvador Dalí, Caravaggio. Me identifico mucho con sus obras. Con algunas características puntuales. Pero no busco copiar su estilo. Siempre estoy en busca de crear mi propio universo con diferentes técnicas. Más que nada estos artistas inspiran, como lo hace la música".

Lorenzo Mazarelli fue galardonado en numerosos concursos de artes visuales, y ha realizado exposiciones no solo en Santiago, sino también en otras provincias. "Básicamente para mí, pintar es mi medio de expresión, un lenguaje visual que utilizo para mostrar mi caos interno. No pienso en los demás cuando estoy creando. El foco está en mí. Es mi modo de supervivencia, la forma en que sublimo las malas situaciones por las que he pasado en mis etapas de crecimiento", afirma convencido este joven artista santiagueño.