Denuncia espejo y devastación emocional: la víctima del caso Vélez al límite

La causa por la presunta violación grupal denunciada en marzo de 2024 contra cuatro ex jugadores de Vélez Sarsfield en Tucumán escaló a un nuevo nivel de tensión esta semana, poniendo en el centro la salud emocional de la víctima y el cuestionado accionar de la Justicia.

Este martes, la magistratura ordenó una serie de allanamientos en diversos domicilios de la provincia. Los procedimientos no se realizaron en el marco de la investigación principal por abuso sexual, sino a raíz de una "denuncia espejo" presentada por la defensa del futbolista José Florentín. La denuncia acusa al diputado nacional Carlos Cisneros y a los abogados Patricia Neme y Franco Venditti de orquestar un supuesto "plan criminal" para incriminar a los deportistas.

Fuentes del caso confirmaron que esta maniobra legal busca deliberadamente desviar el foco y enturbiar el proceso que investiga el gravísimo delito de abuso sexual agravado.

Estrategia: efecto devastador

La estrategia defensiva, tildada de "maniobra de presión", ha tenido un efecto devastador en la joven periodista denunciante. Según pudo reconstruir este medio, la mujer atraviesa una profunda crisis emocional y debió ser asistida psicológicamente tras un dramático episodio en su lugar de trabajo.

Allegados revelaron que la víctima intentó atentar contra su propia vida desde la azotea de la oficina donde se desempeña. La intervención oportuna de sus compañeros logró evitar la tragedia. "Está devastada por la revictimización y las presiones que recibe", describieron desde su entorno, destacando que el acoso legal y mediático ha socavado su salud mental.

Justicia: Celeridad para la defensa, languidez para la víctima

La celeridad con la que se ejecutaron los allanamientos solicitados por la defensa contrasta notablemente con la parálisis que exhibe el expediente original. Pese a contar con más de 15 meses de instrucción y un volumen probatorio considerable, la fiscal Adriana Reinoso Cuello aún no eleva la causa a juicio.

Especialistas en género y derecho penal consultados por este medio advierten sobre un patrón preocupante: mientras las denuncias de abuso sexual se estancan y se demoran, las maniobras defensivas y las contrademandas se tramitan con una rapidez inusual. Este desbalance judicial agrava el daño emocional de las denunciantes, sometiéndolas a una revictimización constante.

Indignación y reclamo social

El desarrollo de la causa ha generado una fuerte ola de indignación. Organizaciones de mujeres como "Ni una menos" y la comunidad en redes sociales exigen que la Justicia tucumana actúe con perspectiva de género y sin demoras. "Una contradenuncia no borra una violación en manada", sintetizó una fuente vinculada a los movimientos sociales.

El círculo íntimo de la joven ha pedido "responsabilidad a los medios y a la Justicia" para evitar que la revictimización termine en un desenlace fatal. Mientras la víctima se recupera bajo cuidado profesional, la causa por violación grupal sigue esperando su elevación a juicio, y cada día de demora es percibido, según allegados, como un riesgo adicional para su vida y un día más de impunidad para los acusados, detalla el portal de Contexto Tucumán.