"Los duelos son importantes porque son los que nos permiten elaborar, trabajar, atenuar el dolor agudo para convertirlo eventualmente en un recuerdo sufriente pero no agudos".
Abadi: "En Argentina nos dicen que estamos en crisis. Mentira, no hay crisis. Hay la permanencia de un malestar que se llama decadencia" Abadi: "En Argentina nos dicen que estamos en crisis. Mentira, no hay crisis. Hay la permanencia de un malestar que se llama decadencia"
Categórico, el doctor José Eduardo Abadi, aseguró que en la Argentina "no hay crisis, acá hay la permanencia de un malestar que se llama decadencia".
-¿El miedo a la muerte, el no aceptar la finitud, es lo que angustia, sobremanera, a la humanidad?
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Desde hace siglos se dice que el miedo a la muerte, esa condena sin fecha, inevitable pero que no tenemos noción de cuándo va a ser, nos angustia y yo creo que, sobre todo, al hombre primitivo y Occidente, pero creo que no se ha entrenado en Oriente un aprendizaje que podemos hacer en torno a la muerte como parte de la vida que podríamos llamar sabiduría de la vida donde podemos entender que hay una cierta inmortalidad que consiste en estar en la memoria del otro, de nuestro ser querido, y que nuestros átomos volverán al universo de dónde partieron. La idea de la infinitud y la omnipotencia son tentadoras, pero son terroríficas también.
-¿Cómo vivir y comprender los duelos?
Los duelos son importantes porque son los que nos permiten elaborar, trabajar, atenuar el dolor agudo para convertirlo eventualmente en un recuerdo sufriente pero no agudos. El duelo es aquello que nos permite cerrar ciertas heridas, aunque pueda el último punto no darse puedo tener los puntos suficientes para abrir las puertas a lo nuevo, a la esperanza, a volver amar. Los duelos nos permiten elaborar eso que es una pérdida, aprender y también nos exige, es un don que Dios nos regaló con un cierto poder particular, que es que nuestra memoria amorosa los preserve para siempre. El duelo no solo aparece frente a la pérdida de un ser querido. También lo vivimos en una separación, en la distancia de una amistad o en cualquier cambio que nos enfrenta con la ausencia.
-Dr. Abadi, ¿nos puede decir cómo se puede ser feliz en tiempos difíciles? ¿Cómo alcanzamos la plenitud?
Plenitud y felicidad son dos cosas distintas. Dentro de la felicidad podemos tener momentos de plenitud, no plenitud como colmar la totalidad de nuestro ser para todo el tiempo. La felicidad posible, que incluye la adversidad, la pérdida, el dolor, etc.; eso sí, es una realidad de vivir. La crisis son situaciones en las cuales el paisaje que teníamos dibujado queda atravesado, cambiado, movido, dejó de ser lo que era. La crisis nos exige recomponerlo. Lo importante es saber que una crisis tiene un comienzo y un final, son transitorias, tienen un disparador, tienen que poder corregirse. Es importante diferenciarlo porque en Argentina nos dicen que estamos en crisis, Mentira, acá no hay crisis, acá hay la permanencia de un malestar que se llama decadencia. No es crisis eso. Esta especificidad es lo que nos permite recombinar esa situación en un principio caótica. Si lo hacemos sanamente, con buenos interlocutores, pidiendo ayuda cuando no la tenemos, teniendo honestidad intelectual y afectiva podemos definir nuevos paisajes que tienen que ver con el crecimiento también.
"La curiosidad al diván" es una invitación a mirar hacia adentro"
-¿Qué propone o qué revela en "La curiosidad al diván"?
Pretende jerarquizar, valorar, estimular como la curiosidad está tan ligada al preguntar, al observar, al explorar, al intentar descubrir, a jugar si uno quiere. Esta tan ligada al conocimiento y al placer. El conocimiento, porque me permite entender y ver mejor las cosas cuando voy explorándolas. Y el placer porque, muchas veces, el acercamiento a lo nuevo nos permite una fuente de satisfacción que es importante. Eso lo jerarquizo en el libro. Este libro nace del deseo de detenernos a pensar, de explorar nuestra interioridad y de dejarnos llevar por la curiosidad como motor de conocimiento, encuentro y transformación. Una invitación a mirar hacia adentro, a navegar por nuestros propios abismos y tesoros, y a descubrir quiénes somos en lo más profundo. "La curiosidad al diván" es una invitación a mirar hacia adentro, a navegar por nuestros propios abismos y tesoros, y a descubrir quiénes somos en lo más profundo. Un título que podría haber sido también es, por ejemplo, el del primer capítulo "Mi valija abierta".
"Los duelos nos permiten elaborar una pérdida y nos exigen, es un don que Dios nos regaló con un cierto poder particular, que es que nuestra memoria amorosa los preserve para siempre. El duelo no solo aparece frente a la pérdida de un ser querido"
"La crisis son situaciones en las cuales el paisaje que teníamos dibujado queda atravesado. La crisis nos exige recomponerlo. Lo importante es saber que una crisis tiene un comienzo y un final, son transitorias, tienen un disparador, tienen que poder corregirse".
"En el país, al que triunfa se lo envidia en vez de admirarlo. Así es como se crean situaciones de soledad, de aislamiento y de miedo que atentan contra el disfrute de los logros propios"
- ¿Cómo debemos construir autoestima en un mundo, especialmente en la Argentina, en donde impera la zozobra?
La autoestima de la Argentina está herida muchas veces. La autoestima, como la de un chico, necesita amor, valoración de los que la conforman a la estructura vincular. Es decir, ser valorado, ser amado y tener disponibilidad de encuentros con los otros. La Argentina, muchas veces, parece tan dividida belicosamente. Es difícil encontrar esa especie de sentimiento de cariño unificador, que haya disensos. Ahí es donde uno se siente desprotegido, uno se siente atacado. Hay mucha envidia circulante en nuestra sociedad porteña y tal vez en las zonas urbanas principales. En el país, al que triunfa se lo envidia en vez de admirarlo. Así es como se crean situaciones de soledad, de aislamiento y de miedo que atentan contra el disfrute de los logros propios y de animarse a hacerlo que es la autoestima. Construir autoestima también tiene que ver con la valoración y el amor recibidos, con el apoyo, con palabras lindas que nutren para resistir las feas que vendrán.










