"Tienen que sentir que recuperan el control", imploran desde el Hospital Beilinson.
Así se preparan los hospitales de Israel para recibir a los secuestrados Así se preparan los hospitales de Israel para recibir a los secuestrados
Tres hospitales públicos de Israel se preparan para recibir a los 20 secuestrados de Hamas que se cree están con vida. La liberación sucederá en algún momento de las próximas horas, antes de que expire la ventana establecida por el acuerdo entre Israel y Hamas alcanzado por la mediación de Trump.
El hospital Beilinson, ubicado en Petach Tikva, que recibirá entre 7 y 10 rehenes.
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El nosocomio ha puesto en marcha un dispositivo humanitario especialmente diseñado para cobijarlos a ellos y a sus familias, priorizando la privacidad, el control sobre el entorno y la reconstrucción del vínculo familiar.
La unidad de rehenes, reservada y acondicionada para este propósito, se encuentra lista para la inminente llegada de los primeros liberados, mientras los equipos médicos, sociales y de seguridad ultiman los preparativos.
"El edificio es nuevo, no se utilizó hasta ahora, fue pensado para esto: ofrecer un entorno íntimo, lejos de la exposición y el ruido. Solo las familias inmediatas podrán ingresar, manteniendo la privacidad absoluta", explicó Aldar, portavoz de los hospitales de Clali.
El hospital ha recibido a 15 rehenes en dos ocasiones previas y espera un número similar en esta nueva fase, aunque la cifra exacta se mantiene en reserva por motivos de seguridad y logística. El acceso estará estrictamente limitado y la llegada de los rehenes se realizará en helicóptero desde la base de Re'im, con un operativo que garantiza la máxima discreción y protección.
Keren Schwartz, jefa del Departamento de Tratamiento Social en Beilinson, detalló que "lo más importante es devolverles el control y la privacidad, hasta en las pequeñas decisiones, como cuándo quieren que alguien entre a su habitación o cuándo desean comer. Tiene que sentirse como una casa, no un hospital".
Cada familia dispondrá de una habitación privada, con la posibilidad de decidir quién puede entrar y cuándo, y de espacios comunes para compartir momentos juntos, siempre respetando la voluntad de los liberados. El ambiente, decorado con objetos hogareños y detalles personales, busca recrear la sensación de hogar y seguridad, permitiendo que los rehenes y sus allegados marquen el ritmo de su propia recuperación.








