Por Mathilde De Robien
Sentirse bien en casa, un pilar de la salud mental Sentirse bien en casa, un pilar de la salud mental
Aunque sentirse bien en casa no es, evidentemente, la única condición para estar bien, sí contribuye a preservar la salud mental. Se trata de un reto que se ha convertido en la gran causa nacional para 2025, a la vista de las alarmantes cifras relativas al bienestar psíquico.
Las enfermedades mentales y los trastornos psíquicos afectan a más de mil millones de personas en el mundo. Personas que viven con trastornos psíquicos graves. Todos ellos, siguiendo tratamientos psiquiátricos (depresión, trastornos de ansiedad, trastornos bipolares, trastornos de la conducta alimentaria, esquizofrenia, trastornos obsesivo-compulsivos...) es la primera partida de gasto de la seguridad social, por delante del tratamiento del cáncer.
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Sentirse bien para mejorar la salud mental
Con una docena de expertos psiquiatras, investigadores, actores sobre el terreno cuyas aportaciones se publicaron a finales de agosto en un libro titulado Le domicile, pilier de la santé mentale (El hogar, pilar de la salud mental, Ed. de L'aube), la Fundación demostró hasta qué punto sentirse bien en casa contribuye a sentirse bien consigo mismo.
"Partimos de la idea de que el hogar es el lugar donde se construye la salud mental: cuando se vive de forma positiva, como un remanso de paz, seguridad, amor y vínculos sociales, la salud mental mejora, mientras que cuando se vive de forma forzada, como una imposición, la salud psíquica se deteriora", explica a Aleteia Sophie Bressé, secretaria general y directora científica de la Fundación del Hogar, en Francia.
Una relación ambivalente con el hogar
El hogar no tiene la misma realidad para todos. Puede percibirse tanto como un refugio protector como una fuente de estrés y ansiedad. "El hogar como lugar de angustia no solo afecta a los migrantes, las personas sin hogar o las víctimas de violencia intrafamiliar, sino a todas las personas que se sienten relegadas, confinadas en su hogar, aisladas o enganchadas a una adicción", precisa Sophie Bressé.
Porque es en la intimidad del hogar donde pueden surgir las angustias en los niños, los adolescentes, los adultos o las personas mayores, a través de la soledad, la ansiedad, la violencia intrafamiliar o las prácticas adictivas, en particular las pantallas.
"El primer factor para mejorar las condiciones de salud mental son las condiciones de alojamiento", subraya Serge Hefez, psiquiatra y psicoanalista. "Tener un hogar, un lugar donde estar protegido, ya sea solo, en familia o incluso en grupo en un centro de acogida, es la primera condición para poder recuperar un mínimo de salud mental".
Cinco elementos que contribuyen al bienestar en el hogar
El estudio "GoodHome", realizado en 2019 con una muestra de 13 000 personas de diez países europeos diferentes por el Instituto de Investigación sobre la Felicidad de Copenhague para el grupo Kingfisher, especializado en la mejora del hogar, destaca cinco elementos que contribuyen al bienestar en el hogar.
"Este estudio demuestra que, cuando nos sentimos bien en casa, nuestras posibilidades de llevar una vida feliz se multiplican por diez. Sorprendentemente, los factores más importantes no son el lugar donde vivimos, ni el tamaño de nuestra casa, ni el hecho de ser propietarios o inquilinos. Lo que más importa es tener un hogar que nos ofrezca una sensación de seguridad, comodidad, control, orgullo e identidad", explica Véronique Laury, directora general de Kingfisher.
Elementos que deterioran la salud mental
Estos cinco elementos que conforman el bienestar en el hogar son: en primer lugar, la seguridad, es decir, sentirse protegido en el propio hogar. En segundo lugar, la comodidad, que hace que el hogar sea un lugar donde recargar las pilas, descansar y sentirse bien.
El tercer elemento es el control. Se trata de tener el control sobre el propio entorno, como decidir la hora de las comidas, invitar a los seres queridos y poder cambiar ese entorno como se desee. "El bienestar en casa depende de la posibilidad de invitar a gente a casa, de ser ese espacio de vínculos", insiste Sophie Bressé.
Por lo tanto, es necesaria una dualidad para sentirse bien en casa: «El hogar debe ser a la vez ese lugar de refugio, ese espacio privado, solo para uno mismo, pero también un espacio que nos conecta con los demás y con el mundo a través de las interacciones sociales".
El cuarto elemento reside en el orgullo que se siente por el hogar, en la medida en que una casa se convierte en el escaparate de los logros personales. Por último, el elemento esencial para sentirse bien en casa es la identidad, el hecho de poder ser uno mismo.
"En este sentido, la casa es el lugar donde uno puede ser uno mismo, escuchar la música que le gusta, cocinar lo que quiere, el lugar donde puede expresar su personalidad, sus valores, su religión...", precisa Sophie Bressé. El hogar puede convertirse así en un lugar donde se vive y se expresa la fe a diario.
Entre los católicos, los objetos de devoción presentes en los hogares una Biblia, un icono, un crucifijo... invitan a profundizar en la relación con Cristo y a vivir habitados por su presencia. Son tantos signos que les recuerdan el amor infinito de Dios y su vocación de conformarse a Cristo. Más allá de la comodidad, el control o el orgullo, ¿no son acaso contemplar a Dios y dejarse amar por él los caminos más directos para alcanzar la felicidad?
Fuente: Aleteia








