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El sobrino del papa Francisco, el doctorado Honoris Causa y el milagro santiagueño

Por Cintia Suárez.

30/11/2025 06:00 Santiago
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"Como familia decidimos acompañar e ir a recibir, en nombre de Jorge, el reconocimiento a su tarea"

Tras el reciente Doctorado Honoris Causa otorgado al papa Francisco por la Universidad Nacional de Río Cuarto, el martes 25 de noviembre, José Ignacio Bergoglio —hijo de María Elena Bergoglio, hermana de Francisco— conversó con El Liberal no solo acerca de esta distinción, sino también sobre el fallecimiento del Sumo Pontífice, quien representó una figura paterna en su vida, así como sobre la posibilidad de que algún día sea canonizado.

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—¿Cómo surgió la iniciativa del Doctorado Honoris Causa?

La iniciativa surge de la misma Universidad Nacional de Río Cuarto, de la Facultad de Ciencias Humanas, cuando Jorge aún estaba vivo. El proceso por el cual se decide otorgar el título de Doctor Honoris Causa, al ser un poco extenso, lamentablemente terminó concretándose cuando Jorge ya había fallecido. Entonces se decidió que el Honoris Causa fuese in memoriam. Luego comenzó la organización y se contacta el decano, quien nos cuenta la idea, y como familia decidimos acompañar este momento e ir a recibir, en nombre de Jorge, el mencionado reconocimiento a su tarea.

—¿Cuándo fue la última vez que hablaste con él y de qué?

Con Jorge hablé por última vez, si no me equivoco, el 29 de enero de este año, y fue para comentarle que mi mujer estaba embarazada, que estábamos esperando nuestro primer hijo. Al poco tiempo nos enteramos de que era una nena, y me quedó pendiente contarle que era una nena. Siempre estaba con la idea de: "Bueno, ahora cuando le den de alta", "ahora cuando se acomode"… y finalmente nunca le llegué a contar esa novedad. Siempre tratando de respetar esos tiempos de recuperación y rehabilitación que necesita el cuerpo después de tantos problemas de salud y una internación tan larga, me quedé esperando para poder contarle. Estoy seguro, sin duda, de que él ya sabe que Sofi está acá entre nosotros, y estoy seguro de que una parte de él está con ella acá con nosotros.

—¿Ves en tu tío un candidato a santo?

Sin duda fue un gran hombre, un gran ser humano y un gran líder espiritual, pero no estoy yo facultado para poder decir si es candidato a santo o no. Respecto al proceso, al inicio del proceso, tengo entendido —por una noticia que leí hace poco, respecto de la beatificación de Benedicto XVI— que se puede dar inicio a la solicitud cinco años después del fallecimiento. Así que me parece que también es muy prematuro. Hace unos meses recién Jorge volvió a la casa del Padre, y me parece que es prematuro pensar en esto en este momento.

—¿Cómo te gustaría que sea recordado tu tío, el papa Francisco?

Quiero que sea recordado como ese tío amoroso que yo conocí: bromista, inteligente, comprometido, trabajador; un hombre simple que trabajó toda su vida para lograr la paz, la unidad, para derribar muros, construir puentes y buscar ser un faro de esperanza en un mundo tan loco y tan destructivo como el que vivimos.

Como un verdadero padre

En el corazón de su familia, el papa Francisco ejerció un rol entrañable: ser una figura paterna para José Ignacio.

"Siempre digo que mis dos tíos, Alberto y Jorge, se convirtieron en las figuras paternas que tanto extrañé cuando era niño", expresó José Ignacio en una entrevista concedida a la BBC durante este año.

"Jorge sabía ser serio cuando era necesario, pero nunca perdió su espontaneidad ni su sentido del humor. Era un tío cálido y accesible, y lo quería profundamente", dijo José Ignacio.

También evocó, en esa entrevista, el inolvidable día en que su tío se convirtió en Sumo Pontífice, un destino que nunca habría creído alcanzable:

"Había ido a comer a casa de un amigo de la familia y empezamos a ver el cónclave. En cuanto se elevó el humo blanco, empecé a temblar. Me puse increíblemente nervioso. Entonces, el protodiácono salió y anunció: 'Habemus Papam'. Solo oí 'Giorgio Mario'. Caí de rodillas frente al televisor y empecé a llorar".

Tras la noticia del anuncio, José Ignacio comentó que fue a compartir la noticia con su madre, que vivía a solo 15 cuadras, y que el trayecto le tomó mucho más tiempo de lo habitual, ya que los vecinos lo paraban para felicitarlo.

"En casa, abracé a mi madre y lloramos un rato. Luego empezaron a llegar primos y amigos, y el teléfono no paraba de sonar. En medio del caos, con los medios locales e internacionales acampados frente a su puerta, el teléfono volvió a sonar alrededor de las 21. Una voz distante del otro lado simplemente dijo: 'Hola'.

—¿Con quién hablo? —pregunté.

—Es Jorge, boludo —me respondió". [Mantuvo intacta esa espontaneidad porteña, siendo ya el flamante papa].

"Le pasé el teléfono a mi madre. Mientras hablaban, vi cómo se le secaban las lágrimas. Fue un momento increíblemente conmovedor", comentó José Ignacio al medio inglés.

Francisco: Doctor Honoris Causa

En una ceremonia donde se honró su legado espiritual y humanista, la Universidad Nacional de Río Cuarto otorgó al Papa Francisco el Doctorado Honoris Causa in memoriam. Fue el martes 25 de noviembre, en el Aula Mayor de la Universidad, donde docentes, estudiantes, representantes de distintos credos, familiares del pontífice y el Obispo de Río Cuarto, Mons. Adolfo Uriona, se reunieron para rendir homenaje al primer Papa argentino, cuya ausencia física solo acrecentó la fuerza de su legado espiritual y humano.

La rectora de la Universidad, Marisa Rovera, destacó que el Papa Francisco deja como herencia una visión profundamente humanista de la educación, que interroga directamente el sentido y la misión de la universidad pública. Habló de valores que marcaron su pontificado —la solidaridad, el compromiso social y la búsqueda del bien común— y afirmó que este reconocimiento valora una enseñanza "trascendente, que continúa inspirando a la formación integral orientada a una sociedad más justa".

El P. Carlos Juncos, titular de la Pastoral Universitaria, evocó "la coherencia" de Francisco, esa capacidad de acompañar cada palabra con un gesto concreto. Por eso, sintetizó: "Francisco ya es del pueblo. Hoy la universidad lo recibe, lo homenajea, y reconociéndolo, le hace justicia."

José Ignacio Bergoglio recibió el diploma y compartió un testimonio que conmovió a todos. En un mundo regido por la apariencia y la fugacidad, expresó:"En este mundo donde cuenta la imagen, los likes, las visualizaciones, Jorge hizo carne cada una de sus palabras y las llevó como quien carga una cruz".

Con la voz firme, pero visiblemente emocionado, recordó también un gesto inolvidable de su tío:"Y cuando pienso en cada ejemplo que nos ha dejado Jorge, lo sintetizo en una imagen: esa Pascua de 2020, un hombre solo en el Vaticano cargando una cruz por todos nosotros".

El Obispo Uriona, por su parte, habló de la "inmensa resonancia" del magisterio de Francisco y de la "huella indeleble de su acción pastoral en el mundo y en la sociedad argentina". Su papado, afirmó, "ha marcado un antes y un después y se erige como una brújula moral para nuestro tiempo", recordando su apertura al mundo, su defensa de la dignidad humana y su cercanía con los pobres.

El decano Cristian Santos, impulsor de esta iniciativa, relató que el proyecto surgió hace un año, fruto del compromiso de toda la comunidad universitaria junto al P. Juncos. Justo cuando estaba todo avanzado, llegó la noticia que nadie quería recibir. "Por esa razón este Doctorado Honoris Causa es in memoriam, y precisamente por quedar en nuestra memoria, será para siempre", expresó.

Un prolongado aplauso final selló una ceremonia que fue mucho más que un acto académico: fue una reafirmación de amor y gratitud hacia un hombre que, con gestos simples y decisiones valientes, marcó a creyentes y no creyentes por igual. Y fue también una promesa: la Universidad mantendrá vivo su legado con una cátedra abierta dedicada al estudio de su pensamiento y de su obra pastoral, para que su mensaje —de paz, justicia y fraternidad— continúe iluminando el camino hacia adelante.

Cabe recordar, como antecedente, el Doctorado Honoris Causa post mortem otorgado a Santa Mama Antula por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, un caso emblemático por tratarse de una distinción concedida a una figura ya fallecida. La ceremonia académica se realizó el 26 de septiembre de 2023, en la ciudad de Santiago del Estero. Luego, los atributos de la flamante doctora fueron entregados personalmente al papa Francisco en el Vaticano por el rector de la UNSE, Ing. Héctor Paz.

¿Un posible milagro santiagueño?

Aquel viernes del 25 de abril, mientras el mundo entero se despedía del papa Francisco, en Santiago del Estero una familia atravesaba un hecho inesperado que para los profesionales de la salud rozó lo inexplicable. Recordamos aquella primicia de El Liberal.

Cuando Lionel Coronel Ventureira cayó a una cisterna de casi dos metros en Los Telares —sin signos vitales y con los médicos temiendo lo peor— su madre, con el corazón al límite, cerró los ojos y rezó con devoción al Papa Francisco: "Si vos sos un hombre de fe… pedile a Dios (…) que no me lo lleve a Leo".  

Cinco angustiosos minutos bastaron para que la vida pendiera de un hilo. Pero contra todo pronóstico, y tras maniobras de reanimación, los doctores celebraron con asombro: "Tu hijo está vivo… de milagro" 

Lionel regresó a casa sano, sin secuelas. Para su familia, aquel rescate no fue casualidad: fue un gesto divino. "Estoy segura de que el Papa ha intercedido por mi hijo", dijo su madre entre lágrimas.  

La historia de este niño santiagueño representa un mensaje de esperanza y demuestra que, en circunstancias extremas, la fe puede hacer posible lo inesperado.

De acuerdo a lo establecido por el Dicasterio de la Causa de los Santos para iniciar una causa de beatificación, la Iglesia exige que transcurran al menos cinco años desde la muerte del candidato, y que no pasen más de cincuenta. Este plazo busca garantizar la conservación de pruebas y testimonios. No obstante, el Papa puede dispensar esa espera, como ocurrió con Madre Teresa de Calcuta (dispensa de Juan Pablo II) y con Juan Pablo II (dispensa de Benedicto XVI). Mientras tanto seguimos recordando al querido papa Francisco que tanto ha honrado a Santiago del Estero.

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