La protagonista arrastra una historia de abandonos y una tendencia proclive a los vicios.
La acusan de asesinar a su tío y confesarlo por whatsapp a un amigo La acusan de asesinar a su tío y confesarlo por whatsapp a un amigo
Yésica Viviana Torres es juzgada desde ayer por el homicidio de su tío, Jorge Osvaldo "Buena" Torres, y la prueba contundente de la Fiscalía es una presunta confesión, por celular, a un amigo que se percibe mujer.

El escenario fue la casa de Jorge en calle Pública del Bº Obras, en Campo Gallo, Alberdi. Y la fecha, el 7 de agosto del 2023.
Hasta aquella tarde, Yésica vivía en una habitación cedida por una abuela. Atrás quedaron los días en que viajó a Buenos Aires y un forzado regreso. Un desamor, una hija que después fue apartada de su vida fueron sumergiéndola quizá en claroscuros y mucha furia interior.
Muerte misteriosa
En ese contexto, sobrevino el crimen de su tío, un hombre con problemas de alcoholismo. "Buena" fue hallado sin vida -el lunes- por su hermana docente Alicia Torres. El hombre se encontraba boca arriba en su cama, con los pies apoyados en el piso. Se cree que el homicidio fue el domingo.
Los médicos confirmaron dos puñaladas; la más grave, a la altura del tórax izquierdo. La otra, de menor cuantía hacia la cintura.

Tres días después, Mussi pidió allanamiento y detención de Yésica, quien residía en el mismo terreno de su tío y víctima.

Hubo un abanico de especulaciones. Una ambición desmedida de quedarse con el terreno y la casa, tres meses después del fallecimiento de su abuela. Otra teoría alude a malos tratos de la víctima, años atrás, con Yésica como damnificada.
Alegato de apertura
En el debate, la Fiscalía realizó el alegato de apertura. Destacó que antes y después del homicidio, Yésica habría subido estados confusos a su whatsapp. Por ejemplo, que apuñalaría a quien se metiera con ella; también, enviado advertencias de neta violencia.

Asimismo, Yésica también habría llamado a dos amigos. Uno de ellos, un hombre que se percibe mujer. Ante el testigo, la acusada literalmente se habría quebrado. Con la inmediatez de las redes y viralizaciones, las sospechas llegaron a la policía. Y el testigo estelar aportó la información que envió a Yésica tras las rejas y ahora enfrenta una posible pena oscilante entre 8 y 25 años de prisión.








