Tumbero jaquea la paz menonita al amenazar a una adolescente: "Venite o no dejaré a nadie vivo"

"¡Más te vale que vengas ya. Si no iré con una escopeta y mataré a todos los de la Colonia Menonita!", advirtió un expresidiario. La destinataria resultó una adolescente de 16 años, por quien el tumbero fue apresado y ahora la Fiscalía abrió una investigación y choca con una valla infranqueable: el idioma.

La historia se sitúa en Pampa de los Guanacos, departamento Copo. Hasta el fin de semana, todos los colonos transitaban su vida en el sosiego habitual, bien lejos de la sociedad convencional. El grupo mayoritario habla el idioma alemán antiguo.

Como caído de otro mundo, ingresó un audio de whatsapp a un celular de una familia menonita. Del otro lado, un santiagueño furioso bramó, ordenándole a una adolescente encontrarse urgente, bajo pena de copar la colonia y no dejar a nadie vivo.

Urgente, el padre de la menor interpuso la denuncia en la Seccional 43 de "Pampa" por amenazas. Sin desentonar, el fiscal, Santiago Bridoux (foto), identificó al "picante" y lo apresó en menos de tres horas.

Trataríase de un sujeto que hoy se ve beneficiado con libertad condicional. Es decir, se encuentra libre dentro de una condena por abuso sexual. Es más, trascendió que el recurso no expiró, pero bajo duras reglas de conducta: de ser violentadas, chau a la libertad del tumbero.

Las medidas inmediatas

El entorno de Bridoux deslizó que el "duro" prefirió no declarar, en la indagatoria, pero su defensa atribuyó su lenguaje amenazante al exceso de alcohol en sus neuronas.

Lejos de aceptar la explicación, el fiscal ahora citó a todo el grupo familiar. Planifica escuchar a la adolescente, resuelto en evacuar las dudas razonables: ¿Conoce al personaje? ¿Es víctima de presión, abusos? ¿Cómo obtuvo el número de celular de su familia?, solo por citar las preguntas básicas.

Antes, Bridoux precisará un traductor, ya que la jovencita no habla castellano. ¿Más cuesta arriba aún la misión por cumplir? Por costumbres, las mujeres menonitas tendrían vedado hablar con extraños y los funcionarios no le escaparían a esa regla.

De remate, lo que le sucede a una mujer menonita, resulta ser de interés colectivo. Mínimo, el día de la Cámara Gesell, el fiscal tendrá a una comitiva menonita congregada en los tribunales de Monte Quemado, a contramano de cualquier deseo utópico de privacidad.