1810: La Contrarrevolución Escondida en Santiago del Estero

La Revolución

EL 10 de junio de 1810, Domingo de Palacio, Alcalde de Primer Voto, Diputado de Comercio, Jefe Provisorio de la Administración de Correos, solo en la Sala Capitular, “en ausencia” de los restantes capitulares, abre las distintas comunicaciones que se le han enviado al Cabildo de Santiago del Estero, que informaban de la reunión revolucionaria de la Junta de Gobierno del pasado 25 de mayo. Ni José Manuel de Achával, ni Francisco Solano de Paz, ni Pedro José Lamí, ni Pedro Ignacio Urrejola, ni Sebastián de Palacio, y tampoco, por supuesto, Antonio Aranda o García del Villar, están presentes. Recién 15 días después (¡!) podrán reunirse de manera oficial para decidir qué hacer con las informaciones que se le han comunicado, para contestar, finalmente, los oficios que se le han enviado desde Buenos Aires, o también pensar seriamente qué acción tomar, con las inquietantes invitaciones al Cabildo de Santiago del Estero, por Gutiérrez de la Concha y Santiago de Allende, -Gobernador y Comandante de Armas, respectivamente, de Córdoba-, para se reúna con el levantamiento de esa provincia en abierta colisión con la Junta de Gobierno de Buenos Aires.

Cuándo se enteran los santiagueños de la Revolución de Mayo

¿Desde cuándo saben los santiagueños que la Revolución se ha producido? El tema no es menor, la asombrosa dilación, mora, tardanza, para abrir un correo urgente, luego para que el resto de los capitulares sesionen y definan una materia tan apremiante como necesaria e impostergable, nos permitiría entender con mayor claridad la situación en la que se encuentra la sociedad santiagueña de junio/julio de 1810.

Al ex Virrey Liniers, Conde de Buenos Aires, residiendo en Córdoba, en una de las estancias jesuitas de Alta Gracia, le llega un chasque el dia 28 de mayo, tan sólo tres días después de producidos los hechos revolucionarios. La comunicación era del ya depuesto Virrey Cisneros, urgiéndolo a sostener la causa realista. Este mismo chasque comunicará al Gobernador de Córdoba y este a un grupo amigo, rápidamente, de una situación intolerable, que desafiaba sus creencias sobre la posibilidad de un gobierno independiente de España, aunque sea, como manifiesta dicha Junta, un episodio transitorio, hasta la reposición de Fernando VII.

 Liniers era un buen soldado, un líder llano, un político sin astucias, que había sido tocado por la Corte de Braganza, por los intereses napoleónicos, probado una y otra vez, su fidelidad a España, a pesar de su origen y formación francesa. Deberá exagerar su fidelidad, sobreactuar su compromiso, es importante para él, para su destino político, actuar de una manera irreprochable ante la Corte Española. Liniers va a sentirse involucrado, a pesar de él, su retiro hacia Alta Gracia, tenía que ver con una búsqueda de quietud en el cuerpo y mente de un sexagenario militar en tiempos de bruscos cambios, que lo llevaron al poder de un recóndito espacio dentro del mapa de la Corona Española, en el Virreinato del Río de la Plata.

Córdoba-Santiago-Charcas-La Paz-Lima

Pero los santiagueños se enteraron casi inmediatamente, Gutierrez de la Concha, Gobernador de Córdoba, intentaba un puente mediterráneo, que le permitiera a Nieto,-en Charcas-, quien estuvo a cargo de la represión ominosa de la Revolución de Charcas de 1809, en el Alto Perú, con la ayuda de quien gobernaba la región, Sanz, establecer un frente militar compacto en contra las aspiraciones revolucionarias. De manera que así como llegó el correo de Córdoba a Santiago del Estero,- de manera oficial, porque nos consta que hubo comunicaciones con el poder santiagueño por vía extraoficial-, hablando de 6.000 hombres a cargo de nada más y nada menos que de Santiago de Liniers, estas comunicaciones pasaron al Alto Perú y también al Perú, como señales tranquilizadoras sobre una Revolución tambaleante atacada desde el mediterráneo, el eje Córdoba-Santiago del Estero-, Salta- Charcas, La Paz-Lima, destrozaría las intenciones de la Primera Junta. Fue muy importante la vacilación de Santiago. Debilitaba la retaguardia de las armas cordobesas frente al Ejército revolucionario, que ya marchaba hacia Córdoba, y la posibilidad que el Alto Perú no sólo resistiera sino que avanzara sobre los caminos de Salta y Santiago del Estero, para prestar una ayuda apremiante a las tropas de Liniers.

Carta de Moreno a Chiclana

 Así le escribe Moreno a Chiclana, el 28 de julio de 1810:

“Amigo del alma: hemos recibido noticia de que Nieto Y Sans, se unen a Lima, y que sus Pueblos están muy disgustados con esta medida. En La Paz se preparan a anticipar el golpe, sin esperar nuestros socorros; y Córdoba presenta tal aspecto , que no dexa otro recurso a los malvados, que la fuga.

La junta quiere, que Vd no espere el resultado de la Expedición, para continuar su marcha ; pues entonces llegaría tarde, y sin tiempo para atajarlos: es preciso pues, que Vd llene los primeros objetos de su misión, que inmediatamente tome los 25 hombres y marche por caminos extraviados, para llegar antes que los fugitivos: Salta necesita urgentemente de su presencia, y su pronta llegada producirá miles de bienes, que podría entorpecer la demora.

Propuse a la Junta la expatriación de esos dos malvados, que Vd me previene, y se me contestó que siendo Vd el Governador, tenía en su mano el hacerlo, quando quisiese.

 Vuele Vd mi Amigo a su destino; que nuestros émulos temblarán, quando sepan , que el gran patriota Chiclana, govierna las faldas de la Sierra.

 Moreno.

La urgencia de Moreno es angustiante. No escribe así. Aún cuando expresa medidas extremas es convincente, firme pero no suplicante. Moreno le pide que llegue a Salta, cuando aún no ha terminado el episodio de Córdoba. Le pide que vaya por caminos extraviados, tiene información de Santiago del Estero. Quiere asegurarse de que por fin llegue a las “…faldas de la Sierra…”, es decir Salta, el dominio político-militar de las zonas pertenecientes a Santiago, Tucumán, Catamarca y Jujuy.

 Moreno sabe que la situación ambivalente de junio de 1810 en Santiago del Estero, tiene más que una cara, que la carta que le envía a Moreno, Juan Francisco Borges, sobre la elección de diputado por la provincia ante la Junta de Gobierno de Buenos Aires, del 2 de julio de 1810, resultando electo el Bachiller Lami, en una comicio cuestionable, amañado, sale el perfil futuro de los hombres que irán llegando de las provincias. Es decir, reaccionario, conservador, y de fuertes alianzas con la estructura política y comercial de los hombres beneficiados por la Corte Borbónica. Pero, hay algo más todavía, en esta carta sobre la recomendación de: “use Vd caminos extraviados”, Moreno le pide que no use las Postas santiagueñas, que vaya por otros lugares. ¿Por qué? ¿Cuál es la amenaza? Domingo de Palacio, el Alcalde de Primer Voto está a cargo a su vez de un lugar estratégico: la Administración de Correos. Es decir, es quien de su mano, pasará o no correspondencia oficial y la del otro tipo. En realidad, nadie le gana en astucia a de Palacio, simplemente alterará el orden, “cajoneando” la correspondencia. La familia de Palacio se convierte en la enemiga de la Revolución para el grupo morenista, y junto con ellos Germán Lugones, (y los Lugones, claro), pero sobretodo el grupo de mayor poder económico y comercial, los Lami que son además Lopez de Velazco, los López de Velazco, los Achával, etc.

Los Palacio: Los Enemigos

Esto aparece muy claro, cuando por informes de Chiclana, la Junta anula la elección de Lami del 2 de julio de 1810. El informe que Levene nos trae en “Ensayos sobre la Revolución de Mayo y Mariano Moreno”, en carta de Chiclana a la Junta, dice sobre la elección santiagueña:”…A mi tránsito por la ciudad (Santiago del Estero) oí decir que el Diputado no es de los más adictos a el presente sistema de gobierno…” . Moreno está en vigilancia de la información de Santiago del Estero, no se le escapa que los miembros de ese Cabildo hubieran contemplado aliarse a Córdoba, le dice a Chiclana, el 15 de noviembre de 1810 “…A el Cabildo Abierto en que se nombró el diputado de Santiago del Estero no concurrió ningún individuo del clero, ni muchos vecinos que se hallaban en sus haciendas de campo y pudieron ser citados. Así lo afirman personas fidedignas con quienes he hablado sobre el particular…”.

 Aún siendo un tema complejo y extenso, quiero mencionar este último dato, la intervención de Ortíz de Ocampo del 6 de octubre de 1810 en la elección de capitulares para el año 1811 del Cabildo de Santiago, dice Castelli no confirmar la elección practicada por el Cabildo santiagueño porque esos miembros estaban “muy relacionados con la familia de Palacio”. La familia de Palacio claramente visualizada como el enemigo interno, ha conspirado en contra de la Revolución, téngase en cuenta que aquel año de 1810, hay dos miembros de la familia integrando nuestro Cabildo.

Castelli en Santiago: Auditoría de Pasiones Revolucionarias

Hay un dato que es relatado de manera pintoresca, pero que tiene una información importante para dilucidar la situación de Santiago del Estero. El Dr. Agustín Molina, amigo entrañable y discípulo del no muy valorado, Fray Cayetano Rodriguez, mentor intelectual del propio Moreno, quien quedara a cargo de la redacción de La Gazeta , Agustín Molina le escribe que, estando en Santiago en la primera semana de octubre de aquel año 10, con Castelli, viaja con él hacia Tucumán para que Castelli se ponga al frente de la ocupación militar y del doblegamiento realista en Alto Perú. En ese viaje, Molina cuenta a Fray Cayetano que escribe a Tucumán para que se preparen para hacer grandes fiestas a propósito de la llegada del Vocal de la Junta de Gobierno. Interesante notar que Castelli no procede de la misma manera con Santiago del Estero, aquí no hay ninguna fiesta a propósito de la llegada de Castelli, tampoco hay ruido, algarabía, entusiasmo con su presencia, diferente de la experiencia de Ortíz de Ocampo quien relata extensamente sobre su propia experiencia llegando a la Capital de Santiago días antes, diciendo:”…Pero mi entrada a la ciudad , presentó en mejor punto de vista el ardimiento patriótico de sus habitantes me ofreció ejemplos indecibles que interesarán sobremanera a todo patriota verdadero…”.

El 23 de septiembre se había anulado la elección del bachiller Lami del 2 de julio, a instancias de la denuncia que hace Juan Francisco Borges a Moreno, ratificados por los informes de Chiclana, ganándose para siempre la enemistad manifiesta de poderosas familias, agraviadas por haber quedado para la historia como opuestas a la gesta inicial de la construcción del nuevo poder, que luego fuera el bautismo de la historia de la Patria.

La carta del Dr, Molina desde Santiago del Estero, recomendando a los tucumanos que hagan de la bienvenida a Castelli, un evento festivo, revela los recelos con Santiago de todo ese grupo de hombres que ocuparan un lado y otro en los cargos de Gobierno de los próximos años.