Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

Poesía cargada de futuro

12/05/2018 21:08 Viceversa
Escuchar:

Poesía cargada de futuro Poesía cargada de futuro

Por Omar Estanciero

de la Redacción de EL LIBERAL

Nacieron en los ochenta y noventa, y desde hace unos años transitan por la misma senda del encuentro y la creación artística. Son jóvenes exponentes de la movida literaria santiagueña y forman parte de escenarios participativos donde se cocina la pasión por las letras, a veces desde una posición periférica, en discusiones armoniosas de café, en bares y en las redes sociales y otros espacios comunes donde se muestran abiertamente para compartir su momento en versos.

Hace un buen tiempo, la aparición de espacios de gestión cultural, han hecho posible la visibilización de jóvenes escritores que permanecían en el círculo íntimo de los amigos y grupos literarios. Hoy, desde distintos formatos de producción, como el fanzine, plaquetas y otras publicaciones artesanales de tirajes pequeños, es posible descubrir otras formas de estética literaria, hasta a veces con una cierta intransigencia con respecto a las líneas poéticas anteriores, una concepción que va ganando terreno en espacios públicos, presentaciones de libros, o en cualquier otra juntada que implique intercambiar y compartir el amor por el mismo arte.

Valiéndose de estas acciones que van creciendo en forma colectiva, EL LIBERAL reunió -en una primera parte del informe- a los escritores Andrés Navarro, Mario Lavaisse, Leticia Auat y Rosario Saín para hablar del tema. ¿Cuál es el rol social de la poesía en la actualidad? ¿Hay un público y mercado que permita el crecimiento de la literatura en Santiago del Estero? Estos fueron algunos de los ejes planteados para conocer un poco más la movida literaria en que andan los jóvenes.

-¿Cuál es el rol social que está cumpliendo actualmente la poesía en Santiago del Estero?

-Andrés Navarro: En el mejor de los casos la poesía escapa a los roles que le propone la sociedad y por eso a veces logra el efecto de adelantarse a su época. La poesía puede oscilar entre dos polos clásicos: el trabajo enfocado en lo estético, y el trabajo enfocado en el contenido (el mensaje de orden social y político). Y digo oscilar porque en el medio hay infinidad de grises. Según veo, los nuevos escritores santiagueños apuntan a una poesía con contenido político.

-Rosario Saín: No veo mucha gente interesada en la poesía de manera métrica. Hemos formado (me incluyo) un movimiento diverso y minoritario de activistas del verso. El folclore santiagueño tiene mucho que ver con esto. La gente ajena a la lectura intensa de las danzas gramaticales, seguramente, ha de estremecerse con alguna que otra zamba o chacarera. Creo que la identidad cultural favorece al inmiscuirse en la vida poética de los santiagueños.

-Mario Lavaisse: Preguntarse por la función social de la poesía hoy me parece interesante, pero sólo como contraste con épocas anteriores. Realmente no creo que les quepa alguna función específica a “la poesía” o a “los poetas”. Los tiempos han cambiado y mucho. Yéndose muy lejos, me gusta el ejemplo de los Vikingos, sociedad para la cual los poetas significaban lo que para hoy a nosotros los historiadores, es decir, que eran los encargados de la narración sobre los acontecimientos. En otra época de nuestra Argentina los poetas, y esto me lo hizo pensar Andrés Navarro, no eran solamente autores de poesía, sino que eran pensadores cuya voz tenía cierto lugar de privilegio en el espacio social, eran políticos de peso, “notables” para decirlo en una sola palabra. Hasta el día de la fecha esos campos se fueron volviendo progresivamente autónomos, lo que hace que de un poeta hoy no esperamos su visión del mundo social ni acción política, solamente que haga poesía. Y tal vez todavía persiste ese capital simbólico de antes que privilegiaba la palabra del poeta y es por eso que todavía es un deseo socialmente disponible.

-¿Cómo crees que se inmiscuye la poesía en la vida de los santiagueños? ¿Hay un público y mercado que permita el crecimiento de la literatura?

-Andrés Navarro: Las culturas actuales, no sólo de Santiago, no apuestan a la literatura como un hecho artístico de gran importancia, como lo pudo ser en otra época. Los elementos culturales (culturales en sentido amplio) se desarrollan más en otros ámbitos. El espectáculo es el elemento que más convoca a la sociedad actual. En ese sentido, me parece que la literatura queda apartada del foco de atención de la masa social. Buscar explicaciones del por qué, supone un análisis muy amplio, pero lo veo como un signo de época. En las grandes ciudades se puede ver un mayor movimiento literario, pero igual sigue siendo una minoría dentro de esas ciudades. El debate que se renueva siempre es si el objeto-libro se va a morir o no, ante el avance de la tecnología y los nuevos formatos para generar objetos culturales. Sin embargo el libro no ha desaparecido. En el mejor de los casos, se amplían los canales de difusión.

-Rosario Saín: La madre de ciudades siempre se caracterizó por el amplio caudal de escritores de estirpe. Ha de depararnos una buena trayectoria literaria en la provincia.

-Mario Lavaisse: Como se inmiscuye la poesía en la vida de los santiagueños es una buena pregunta para hacerle a Jorge Rosenberg, que justamente con sus Zocos mostró la infinita cantidad de poesía que se esconde en nuestra vida cotidiana, en nuestros hábitos y en los relatos que no paramos de hacer circular de generación en generación. Tal vez no esté a simple vista, pero está. Respecto de la pregunta por el mercado, la respuesta me parece evidente: no, no hay un mercado, pero que existan emprendimientos de este tipo colaboran con que haya uno alguna vez. Dentro de diez, quince años, que el panorama va a ser mucho más alentador que hoy, porque hay mucha gente formándose y produciendo en la actualidad.

-Leticia Auat: Me parece que de igual manera que en cualquier lugar. Es decir, por todos lados, porque la poesía no sólo está en los libros de textos, habita en muchos espacios y formatos. En Santiago hay una tradición folclórica/paisajista importante. Pero también hay una emergencia de lo urbano, que no es la urbe de hace 60 años, sino neo-urbes. Subculturas y comunidades semiestructuradas, semidigitales, que apelan a los códigos de una gran metrópolis. Entonces parece que estamos ahí, pero no, es el síndrome de Estocolmo cultural. Cada generación tendrá entonces sus propios desafíos. Cuanto más atrás volvamos en el tiempo, veremos más generaciones formando parte de un mismo legado. Ese legado hoy se actualiza (o se transgrede o se niega) en tiempos más cortos, quizás en una o dos generaciones, porque los cambios sociales se han acelerado. Estos nuevos formatos, que circulan en una sociedad más apurada, más consumista y descartable, y que presta muy poco de su tiempo de atención, corren el riesgo de ser tratados como una especie de cajita feliz, con alguna dosis de impacto o sorpresa a modo de simple entretenimiento. Hay que ver ahí qué hace con esto el artista, ya que el objeto de consumo en principio sólo existe para ser consumido, no para que lo tomemos y reflexionemos sobre eso. Lo que se viene es complejo.

-¿Hay una renovación estética en la poesía que se escribe en Santiago en estos últimos años?

-Andrés Navarro: Sin dudas que no se escribe como hace 100 años. Una de las características de esta época es que se escribe más corto. Pensando en un lector que tiene menos tiempo para leer que el de otra época. Los ritmos de vida son diferentes. No es común hoy encontrar textos largos y con estilos abigarrados, más bien se tiende a una escritura que proponga una lectura rápida y ágil.

-Mario Lavaisse: Seguro que hay una renovación estética, cada generación trae sus inseguridades y preocupaciones y las vuelca en el espacio público. Esto sucede de forma curiosa. Me ha pasado de encontrarme con escrituras muy similares, pero que provienen de dos lugares muy alejados en el espacio, pero que son contemporáneas. Claramente la época nos va dictando los temas y los abordajes. Para saber si hay una renovación estética habría que ver cuál era la estética “de antes” lo que me parece un tema poco abordado. Tenemos la idea del poema bucólico, del quebrachal y el hachero, pero tal vez sea un poco prejuicioso de nuestra parte, o hasta irresponsable me animaría a decir, hacer esa generalización, de que “lo de antes es bucólico”. Hay que preguntarse también si ése es un problema, si me preguntas a mí te digo que no. No es el tema el problema sino su abordaje. Un poema sobre un hachero y un quebracho puede ser muy bueno hoy, incluso, pero para eso va a tener que estar bien escrito. Falta todavía el estudio de las letras de Santiago, alguien que pueda rastrear alguna tradición (tal vez no haya ninguna, se me ocurre que entre J. W. ábalos y Dante C. Fiorentino se puede tender algún hilo, pero no le podemos decir “tradición” a la escritura de dos personas que además fueron contemporáneas). En ese sentido, creo que nos falta un José Andrés Rivas para nuestra generación. Se me ocurre pensar en Heraldo Pastor que tal vez pudiera estar cumpliendo esa función de conocedor de lo producido. O en gente más joven como David Sández y Anabel Castellanos, que tienen esa misma preocupación de separar la paja del trigo en materia de literatura local, y no les va a ser fácil porque puede que sea mucha la paja y poco el trigo.

-Rosario Saín: Encantar al público ha de ser esencial, pero lo principal es encontrar oyentes de la trama y no de la cosa que suena bonita. Los escritores escriben porque leen, y mucho.

-¿Qué obstáculos tiene hoy un escritor/poeta santiagueño para dar a conocer su trabajo?

-Andrés Navarro: Para dar a conocer un trabajo literario no hay muchos obstáculos. Sobre todo teniendo en cuenta los medios virtuales al alcance de todos. El tema será quién querrá conocer esa obra (esto en relación a lo que hablamos más arriba sobre los intereses de la época). Publicar el libro en papel tampoco es difícil, aunque en estos tiempos podríamos poner lo económico como un obstáculo. Es decir, hay muchos medios para dar a conocer un trabajo, el tema será ¿qué quiere hacer el escritor con su obra, hacia dónde apunta?

-Mario Lavaisse: Creo que en primer lugar hay un desinterés generalizado por la literatura en general. Alguna vez había pensado que tal vez el libro se está volviendo un producto anticuado, al respecto de esto todavía no estoy seguro. Quizás el obstáculo más importante es que uno quiere hacer circular un producto en un espacio en el que faltan instancias que puedan legitimarlo. Y es una tensión interesante ésta, porque uno solo no se puede legitimar, necesita de un agente externo sí o sí. De esto se discute mucho. Si existe o no un “campo literario” en Santiago. Pero esa es otra cuestión. Felizmente no ocurre como en Tucumán donde sí existe una élite que intenta resguardar algo, no sabría decir bien qué cosa sería, pero que les impide por ejemplo a las editoriales emergentes llegar a las librerías.

-Rosario Saín: Obstáculos fehacientes/materiales no hay. La dificultad, para mí, está en juntar un grupo de personas que te quieran leer en algún papel o escuchar en alguna mesa panel improvisada. En cuanto a lo que respecta el verdadero sentido del escritor que escribe, se irá dando concatenadamente mientras siga produciendo. En Santiago tenemos la suerte de contar con amables editoriales, de ilustres o instituciones.

-Leticia Auat: No me parece que haya tantos obstáculos en dar a conocer un trabajo como en encontrar espacios de formación. Me preocupa más que los escritores no tengamos espacios reales o serios de encuentro, de debate y sobretodo de creación. En este sentido residir en Santiago del Estero si te pone en una gran desventaja con respecto a cualquier ciudad desarrollada del país. Faltan mentores, talleristas. Hay una doble soledad en el proceso.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy