Poesía | Mauricio González Faila Poesía | Mauricio González Faila
Y esto corazón
Las luces de los días
las horas del momento
la eternidad
suave
derramada
inolvidable guerra
en este campo librado:
proclamas de libertad
vociferar
tremenda alegría
ser uno
desarmado
uno
la flor
la piedra
el eco de tus ríos.
Y si tal vez
Dije su nombre,
bajo aquel puente,
amé lo que era:
luna,
abstracta,
natura de otro mundo,
ostentaba su tigre,
un trapecista concentrado,
bufones,
la promesa para mi alma,
olvidé,
peripecias sufrí,
caminos inventé,
hilos de compleja red.
Ay si quiera...
Carnaval verán mis ojos.
La eternidad deshilachada, la cara con
barro pintada:
una lágrima,
un río,
un pájaro atravesando mar de asfalto,
el poco tacto de tus multitudes,
ácido limón,
blando corazón,
desparramando demonios,
antiguo exorcismo,
tu alma no quiere,
ver detrás del ropaje,
al vacío arrojarse,
desmoronarse,
tu amurallada ciudad,
tu seguridad mariposa.
A veces tras luces
Comprender el universo, las partes, los caminos rojos; se vuelve difícil volar cuando llueve,
rezar , pensar fuera de esta ciudad.
Mirar, adorarte, confundir la lengua y el lugar. Latir si no hay tambores, si no se agitan
tus dedos, frío está el íntimo rincón de la piel que conoces:
mi país,
el mástil para tus banderas,
la miel,
la copa,
la carne,
el espíritu,
susurrando por doquier.
Hay
Sé que existo,
que viajo si estás,
que doy en el blanco de tus dedos,
en la oculta selva:
la lengua enjugada,
la memoria ardiente,
la carne salada,
la sagrada palabra,
profana el corazón,
soñarte libre...