Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Opinión

A 30 años de la caída del Muro de Berlín

09/11/2019 09:21 Opinión
Escuchar:

A 30 años de la caída del Muro de Berlín A 30 años de la caída del Muro de Berlín

Por Pedro José Basbús. Magistrado, docente, cátedra de Derecho Internacional Público, Ucse.

“Se podrá viajar fuera de la RDA sin condiciones previas...inmediatamente, ahora mismo creo yo” fueron las palabras que el portavoz del Gobierno de la República Democrática Alemana (RDA) Günter Schabowski expresara en aquella conferencia de prensa ofrecida por el Politburó referida a los permisos de viaje entre las entonces dos Alemanias, el día 9 de noviembre de 1989 y que precipitara la caída del denominado Muro de la Vergüenza.

En realidad, según el periodista italiano de la Agencia Ansa, Riccardo Ehrman, en las notas de Schabowski se consignaba que las normas de viajes perdían su valor “provisionalmente” y que esta medida entraba en vigor “inmediatamente”. El “ahora mismo” fue lo que precipitó los acontecimientos. El inesperado anuncio, emitido en directo por televisión, propició que miles de ciudadanos de la RDA se acercaran aquella misma noche a la frontera para festejar el fin de un muro que separaba, a lo largo de 155 kilómetros, dos modelos de Estado antagónicos.


Te recomendamos: Consideraciones sobre la crisis en Chile


Orígenes

El Muro de Berlín fue un muro de seguridad que formó parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989.

Rodeaba y separaba la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de la República Federal Alemana (RFA) en Berlín Oeste, de la capital de la RDA entre esos años.  Fue el símbolo más conocido de aquel período denominado “guerra fría” y de la división de Alemania. 

Este muro era denominado en la RDA (República Democrática Alemana) como Muro de Protección Antifascista y por parte de los medios de comunicación y parte de la opinión pública occidental como “Muro de la Vergüenza”.

El Bloque soviético que dominaba el Este, sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un Estado socialista en Alemania del Este.

Antes de la construcción del muro en 1961, debido a la maltrecha economía soviética, en contraposición con el crecimiento económico del Berlín occidental, se estima que 3.5 millones de alemanes orientales huyeron de la RDA hacia la RFA (aproximadamente el 20 % de la población de la primera).

Un muro de 45 kilómetros dividía la ciudad de Berlín en dos, mientras que otros 115 kilómetros rodeaban su parte oeste aislándola de la RDA. Es decir, el Muro constituía la frontera estatal entre la RDA y el enclave de Berlín Oeste.


Te recomendamos: La otra crisis: Siria, Turquía y el Kurdistán


¿Cómo había comenzado todo?

Muchos consideran que el día 13 de agosto del año 1961 fue aquel punto de partida de la frontera que, dentro de un solo país, separaba dos ideologías bien marcadas.

Entiendo que la realidad había comenzado antes.

En efecto, el 1° de septiembre del año 1939 las tropas alemanas (Wehrmacht) destruyen el paso fronterizo en Prusia Oriental (sobre el río Vístula, los  puentes ferroviario y carretero de Dirschau) dando comienzo a lo que se denominara la “guerra relámpago” y por la cual Alemania (con el visto bueno soviético luego del tratado de no agresión Von Ribbentrop-Mólotov) invade Polonia y recupera para sí los territorios otrora cedidos en el Tratado de Versailles (fin de la 1ª Guerra Mundial, 1919) con aquella aspiración de crear un espacio vital que garantizara la existencia del Estado.-

La caída de Polonia se acelera pocos días después con la invasión soviética (17 de septiembre de 1939) y la asombrosa pasividad de los aliados (el Reino Unido y Francia). Fue el detonante de la 2ª Guerra Mundial en Europa y del fin de la Segunda República Polaca.

Dos años después, los Estados Unidos ingresan al conflicto luego del ataque a Pearl Harbor internalizando la guerra desde Europa hacia América y, para el alivio de la Gran Bretaña (maltrecha a causa del desastre de Dunkerque y los sucesivos bombardeos alemanes a Londres) comenzaba a cambiar el rumbo de la guerra.

En junio de 1941 ante la creciente intención de Hitler de imponer el espacio vital alemán lo que aumentaba sus pretensiones expansionistas (Alemania ya había invadido Yugoeslavia y Grecia) tiene lugar la operación “barbarroja” nombre secreto dado al plan de invasión de las Fuerzas del Eje (Alemania, el Reino de Italia y el Imperio del Japón) a la URSS, lo que termina de inclinar a este estado hacia el bando de los Aliados, es decir aquellos estados liderados por los EE.UU., Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Francia Libre y  China).

A partir de ello, los aliados independientemente de los esfuerzos bélicos, comienzan a pergeñar encuentros mutuos con el objeto de desarrollar técnicas de defensa frente a las Potencias del Eje y dibujar el mundo de la posguerra, convencidos de que, más temprano que tarde, el fin del conflicto iba a tener lugar y los iba a posicionar en el bando vencedor.

La Carta del Atlántico (14/08/41), La Declaración de las Naciones Unidas (01/01/1942) la homónima de Moscú. La Conferencia de Dumbarton Oaks (21/08/1944) entre otras fueron brindando pautas del mundo de la posguerra y la creación de una Organización Mundial que asegure la paz y seguridad internacionales (ONU) con la particularidad de que no fue sino hasta la Conferencia de Yalta (4 al 11 de febrero de 1945) el momento en que las tensiones entre los Aliados (de un lado los EE.UU., Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Francia y del otro la Unión Soviética- China expectante pues aún no había finalizado la contienda con el Imperio del Japón) se vuelven más incisivas.

Fue en Yalta y en Potsdam (17 de julio al 2 de agosto de 1945 en mi opinión, en donde comenzó a gestarse la “construcción de un muro que dividía ideologías” pues se entiende que estas Conferencias fueron el punto de partida de lo que se denominara “Guerra Fría”.

En Yalta se conviene, entre otros puntos, el desarme, la desmilitarización y partición de Alemania en cuatro zonas, una para cada aliado y otra para la Unión Soviética, se cede a esta última territorios alemanes ubicados en Sajonia (centro este) Turingia (centro oriental), Brandemburgo (este), Meklemburgo (norte), se decide la creación de un gobierno provisional en Polonia (ante la presión Soviética) pierde Polonia en manos de la URSS los territorios anexionados anteriormente por aquella y se aplican indemnizaciones a cargo de la Alemania vencida.


Te recomendamos: La crisis en Yemen y el impacto en la Argentina


En Potsdam se acuerda el ultimátum al Imperio del Japón, se reafirma la división de Alemania y Austria en cuatro zonas, la desnazificación de la primera, el reasentamiento en la forma “más humana” de las minorías alemanas de Polonia, Hungría y Checoslovaquia dentro de las nuevas fronteras de Alemania y Austria y mientras la U.R.S.S. pretendía romper relaciones con el gobierno español de Franco, se acuerda que España no formaría parte de la nueva organización mundial que nacía (ONU).

Sin embargo ya el germen de desconfianza entre los Estados Unidos (y sus aliados Francia y Gran Bretaña) y la Unión Soviética estaba instalado. Lo que fue una alianza en la contienda mundial unidos por el espanto de las Potencias del Eje, daba lugar al nacimiento de lo que dividió al mundo durante gran parte de la mitad del siglo pasado: la Guerra Fría.

La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, militar, informativo y científico iniciado tras finalizar la Segunda Guerra Mundial entre el bloque occidental-capitalista liderado por los EE.UU. y el bloque oriental –comunista, liderado por la URSS.

Su origen se ubica desde el año 1945 según indicara anteriormente durante las tensiones de la posguerra y se prolongó hasta la disolución de la Unión Soviética (inicio de la Perestroika en 1985, accidente nuclear de Chernobil en 1986, caída del muro de Berlín en 1989 y golpe de estado fallido en la URSS en 1991). Ninguno de los dos bloques nunca tomó acciones directas contra el otro, razón por la que se denominó “Guerra Fría”.

Las razones de este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas y políticas. Por un lado, la Unión Soviética financió y respaldó revoluciones, guerrillas y gobiernos socialistas, mientras que Estados Unidos dio abierto apoyo y propagó desestabilizaciones y golpes de Estado, sobre todo en América Latina (Cuba, Centroamérica) Asia (Corea) y áfrica.

Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial,  la gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos, marcaron significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX, pues las dos superpotencias deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el planeta.

Algunos conflictos de esta época fueron la guerra civil griega, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la revolución cubana, la guerra civil del Líbano, la homónima en Angola, la guerra afgano-soviética y la guerra del Golfo, por nombrar algunas.

Y la construcción del Muro encarnó el sumun del conflicto ideológico pues el hombre (gobiernos) intentaba impedir libertades económicas y políticas so pretexto de la vigencia de un estado por sobre otro.

Entre 1961 y 1989 más de 5000 personas intentaron cruzar el muro. Se había erigido una franja denominada la “Franja de la muerte” formada por una alambrada, un foso y una carretera que era continuamente vigilada por los denominados “guardianes del muro”. Tratar de escapar era similar a jugar a la ruleta rusa. Muchos murieron en el intento.

¿Fue útil el Muro?

A la luz de los acontecimientos y el empobrecimiento de Alemania oriental frente a su vecina occidental, las constantes y reiteradas restricciones a la libertad individual y violaciones a los derechos humanos, la idea del hombre de separarse de su semejante a través de un muro hoy luce superada aunque algunos estados son reacios a abandonar este método.

La caída del Muro marcó el fin de una era. Sin embargo aún persisten diferencias entre ambas zonas que indican la presencia de un “Muro invisible”.

Más de 3,7 millones de alemanes han abandonado el este desde la reunificación del país, en búsqueda de nuevas oportunidades, lo que demuestra que intentar tapar el sol con las manos (eufemismo de las intenciones de la RDA) fue fútil.

Persisten aún desigualdades entre el este y el oeste y es tarea del gobierno intentar el equilibrio pues aquella característica es terreno fértil para el resentimiento y el surgimiento de ideas totalitarias (surgimiento de la extrema derecha y neonazis).

En el año 1990 el entonces canciller alemán Helmut Kohl garantizó a los del Este “paisajes florecientes” tras la reunificación con el Oeste.

Aún queda por cumplirse esta tarea, casi tres décadas más tarde. 


Lo que debes saber
Lo más leído hoy