El oscuro mundo de la prostitución Vip en Santiago y sus formas de operar desde las sombras

Una joven estudiante universitaria y empleada pública de esta ciudad fue detenida acusada de ser la administradora de una página de internet en la que se ofrecían servicios de acompañantes. Se trata de una forma camuflada de prostitución en la que un grupo de mujeres -que habría sido formado y dirigido por la detenida- ofrecía servicios sexuales a un mercado selecto. Las chicas habrían pagado un porcentaje a la sospechosa por cada encuentro concretado.

La noticia de su aprehensión confirmó la existencia del negocio de la prostitución Vip en la provincia y abrió el interrogante sobre cómo es el modus operandi de estas organizaciones que conviven en el submundo de la noche santiagueña.

Investigadores de la Unidad Fiscal de la Circunscripción Capital y de la Policía de la Provincia, dialogaron con EL LIBERAL sobre una problemática que se convierte en delito cuando inescrupulosos se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de algunas mujeres y se benefician económicamente explotándolas sexualmente.

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“La prostitución Vip existe, en Santiago y en otras provincias”, comenzaron diciendo los investigadores.

“Desde hace varios años, se erradicaron los prostíbulos en la provincia y de esa manera ya no existe el espacio físico donde explotaban a las trabajadoras sexuales, allí muchas veces había mujeres que estaba por su voluntad y otras que habían sido captadas y obligadas a prostituirse, lo que configura la trata (de personas)”, explicaron.

El trabajo de la Justicia y la Policía, obligó a los que están detrás de este “negocio” que mueve grandes sumas de dinero, a modificar las formas. “Se vieron obligados a mutar, a cambiar la forma de operar. Al no contar con un espacio físico único, y con la ayuda del avance tecnológico y el ‘boom’ de las redes sociales, encontraron nuevas vías para poder seguir aprovechándose de jóvenes vulnerables”, deslizaron desde la Justicia.

Al mismo tiempo, investigadores policiales, señalaron: “Esta semana se detuvo a esta joven, pero no es la única que opera de esta manera. Su acción se hizo más visible a través de una página web, pero hay otras mujeres y varones que manejan grupos de chicas y que se sirven de las redes sociales y del boca a boca”.

“Para ello sólo necesitan un número de WhatsApp, que se lo pasan entre los potenciales clientes; y cuando hablamos de un mercado Vip, es difícil para nosotros (la Policía) poder ingresar a esos círculos para obtener las evidencias necesarias y luego presentárselas a la Fiscalía”, agregaron.

“Es necesario el trabajo conjunto de varias dependencias policiales y del Ministerio Público Fiscal, sin una tarea mancomunada, sería prácticamente imposible desbaratar estas organizaciones”, aseguraron.

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“Generalmente hay una persona, mujer o varón, cuyo número telefónico (generalmente tiene uno exclusivo para esta actividad) es el que circula entre los clientes y es quien se encarga de acordar los servicios”, señalaron al momento de explicar cómo operan.

“Pueden llegar a pactar encuentros individuales o grupales, es decir, la presencia de un grupo de jóvenes por ejemplo para una fiesta o una despedida de solteros”, acotaron.

“Lo difícil es establecer si estas personas que se encargan de acordar los servicios, se benefician del trabajo de terceras o no, quizás es lo más difícil de demostrar”, advirtieron.

En cuanto a los lugares donde se concretan los encuentros, las fuentes señalaron que acostumbran a pactar que las jóvenes deben presentarse en algún edificio céntrico, o aguardan que las busquen de alguna confitería, o incluso en bares de estaciones de servicio.

Según revelaron, al tratarse de un mercado “Vip’” ello corre por el cliente.

Las fuentes deslizaron que la Policía de la Provincia tendría varias investigaciones similares en curso, de las que podrían surgir importantes novedades en las próximas semanas.

La delgada línea entre la trata y la promoción y facilitación

Según el 145 Bis del Código Penal, al abordar la trata de personas, señala : “Será reprimido con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años, el que ofreciere, captare, trasladare, recibiere o acogiere personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países, aunque mediare el consentimiento de la víctima”.

“Es un hilo muy fino, y muchas veces depende del criterio de fiscales y jueces, para determinar si se trata de un caso de trata o de promoción y facilitación de la prostitución”, deslizaron los investigadores.

“Es que se cree que la trata implica una captación, pero la Ley es clara, y señala que pese a que la trabajadora sexual preste su consentimiento, puede configurar este delito”, remarcaron y agregaron: “Mucho más aún cuando ese consentimiento puede haberse dado tras una manipulación”.

En ese sentido, explicaron: “Las personas que administran estos grupos, pueden llegar a manipular a las jóvenes que ofrecen sus servicios; es decir, les hablan de que pueden obtener importantes ganancias, que con ese dinero pueden salir de deudas, les dicen que otras chicas como ellas también lo hacen, y van ‘minando’ su alrededor hasta que caen en sus redes y después no pueden salir”.

La responsabilidad penal de cada una de las partes

Para la Justicia, no le cabe sanción alguna ni a las trabajadoras sexuales ni a los clientes. Sobre la única persona que puede recaer algún tipo de pena, es sobre quién se beneficia del trabajo de terceros.

“La prostitución, la pueden ejercer de manera voluntaria y por su cuenta, la Ley pena que se la promueva y la facilite”, precisaron desde la Fiscalía y remarcaron, “más aún cuando un tercero se beneficia, lo que podría configurar la explotación, como en el último caso, donde supuestamente la detenida recibía un porcentaje de cada trabajadora sexual”.

En el artículo 187.1 del Código Penal, se tipifica el delito de prostitución de la siguiente forma: “Se impondrá la pena de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses a quien se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma”

Importancia

Más allá de que tanto las trabajadoras sexuales como los clientes no pueden ser acusados por la Justicia, sí pueden colaborar con ella.

El testimonio de las mujeres, que puedan revelar si existía o no el supuesto pago de porcentajes por cada encuentro concretado, resulta determinante en este tipo de investigaciones judiciales, ya que los hechos se desarrollan en círculos cerrados.

“El problema no es que exista, es que haya alguien por detrás explotándolas”

“La prostitución Vip existe en todo el país, no sólo en Argentina, sino en muchos países. Bailarinas, modelos, en la farándula, se da en todos lados. El problema no es que exista la prostitución VIP, el problema es que haya alguien por detrás manejándolas y explotándolas a estas mujeres”, sostuvo Mariana Contreras, referente en Santiago del Estero de la Asociación de Meretrices de Argentina (Ammar).

Contreras dialogó con EL LIBERAL sobre esta realidad y manifestó: Desde la Asociación “no tenemos acceso al tema de la prostitución Vip, supimos que existía esa página (de internet) por la noticia de la detención de esta chica, a la cual no la conocemos”.

“Las que trabajan de esa forma (círculos Vip) nunca llegan a nuestra organización”, agregó.

Seguidamente remarcó: “Hay que evaluar todo, a veces le ponen (la Justicia) la figura de facilitación, y era una intermediaria. Hay que ver en la Justicia cómo intervenía -la acusada- en los arreglos”.

Más adelante Mariana Contreras se refirió a la realidad de las mujeres que son trabajadoras sexuales: “No está reconocido el trabajo sexual en Argentina, entonces no es ilegal ejercer el trabajo sexual, pero tampoco está permitido, entonces hay un vacío legal”.

“Eso termina desamparando más a la trabajadora sexual, puede haber compañeras por consentimiento y una mujer se quedaba con la ganancia y eso sería explotación, no trata, entonces se mezcla todo”, afirmó.

Revictimización

“Por otro lado, en los procedimientos, terminan criminalizando más a la trabajadora sexual, las tratan como delincuentes”, deslizó en referencia a los últimos procedimientos concretados en nuestra ciudad.

“Para que haya una legalidad, primero se tiene que descriminalizar el trabajo que se hace y después recién se puede hablar de buscar un marco legal, pero primero dejar de estigmatizar, criminalizar a las mujeres que ejercen el trabajo sexual, porque esta ley las empuja a ejercer el trabajo de forma clandestina y terminan en este tipo de redes”.

“Ese cuadro, beneficia a personas para que lucren con el trabajo de las mujeres”, concluyó.