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EL LIBERAL . Santiago

Qué hacer y cómo realizar el duelo ante la muerte provocada por el Covid-19

04/04/2020 21:05 Santiago
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Qué hacer y cómo realizar el duelo ante la muerte provocada por el Covid-19 Qué hacer y cómo realizar el duelo ante la muerte provocada por el Covid-19

Buenos días. Hoy voy a comentarles cómo podemos realizar nuestro duelo si somos alcanzados por este virus que nos trae tantas complicaciones y estados ansiógenos en nuestra vida cotidiana; como ser: los cambios de hábito, costumbres, apatía entre los seres humanos, distanciamiento por el mismo temor al contagio, dificultades en los horarios de los que tenemos que trabajar con la salud o esenciales, situaciones de incertidumbre, de allí nos aborda la gran pregunta del millón; ¿hasta cuándo estará este virus entre nosotros?... Pero la idea de este escrito es aún más introyectivo al ser humano porque iré haciendo una exhaustiva psicoeducación de cómo debemos afrontar cuando este virus victimiza de forma mortal un ser querido, a un ser humano, a un ser indefenso para un enemigo desconocido.

Una de las grandes tragedias que estamos viviendo en nuestra lucha contra el coronavirus está relacionada con el fallecimiento de nuestros familiares. Por sus características especiales, el aislamiento y por el alto grado de contagio que tiene el virus, los fallecimientos se producen en soledad, sin la compañía de seres queridos. Además, a esto se suman las medidas de seguridad que se están tomando al respecto, impidiendo las despedidas, la realización de funerales, velatorios y demás rituales necesarios para despedir a nuestro familiar y poder así, empezar a elaborar el duelo.

El duelo

Una de las experiencias más dolorosas por las que pasamos las personas es la de despedir y aceptar la pérdida de un ser querido. El duelo es el proceso mediante el cual una persona elabora una respuesta adaptativa frente a la pérdida de un ser querido. La duración de este proceso depende de muchos factores como, por ejemplo, la vinculación con la persona fallecida, la causa de la muerte, el grado de espiritualidad, la existencia o no de despedida, etc. Por otro lado, dentro del proceso de duelo podemos distinguir varias fases que nos ayudan a recuperar la normalidad. Estas fases son las siguientes:

1. Negación

En esta primera fase de shock, la persona niega la pérdida. El impacto emocional es tan grande que la persona no está preparada todavía para hacer frente a la situación. Por ello, se pone en marcha la negación como mecanismo de defensa.

2. Ira o enfado

Durante esta etapa las emociones que están más presentes son la ira, el enfado y la rabia. La persona intenta buscar culpables con el fin de encontrar una explicación al fallecimiento.

3. Negociación

Esta etapa suele aparecer antes del fallecimiento. La persona tiene una falsa sensación de control sobre la situación y trata de poner en marcha estrategias para que no ocurra el fatal desenlace. Normalmente se pretende llegar a acuerdos con lo divino. Esta fase suele ser la más corta.

4. Depresión

Una vez que nos damos cuenta de que nada podemos hacer y somos consciente de la realidad de la pérdida, nos invade una enorme tristeza y sensación de vacío.

5. Aceptación

Cuando llegamos a esta etapa, somos capaces de aceptar la pérdida de nuestro ser querido. No se trata de olvidarlo, sino de recolocarlo en nuestra vida para poder seguir adelante. Es importante señalar que no todas las personas pasan por todas las fases ni en el mismo orden, cada persona necesita su tiempo para ir resolviendo cada una de ellas. Una vez que la persona ha pasado y superado las distintas fases, podemos concluir que ha llegado al final del proceso.

Elaboración del duelo ante el coronavirus

Como ya he comentado, el virus es el que está marcando las reglas en lo referente al acompañamiento, despedidas y velatorios. Ante estas circunstancias es posible que algunas de las fases propias del duelo se bloqueen o se alarguen más de lo habitual, pudiendo dar lugar (o no) a un duelo complicado. Otra de las características de esta situación, es que el proceso del duelo empieza antes del fallecimiento en sí, al no poder visitar ni acompañar al enfermo durante la cuarentena, hospitalización etc. El dolor por la pérdida del ser querido siempre va a estar presente, independientemente de que podamos estar o no cerca de nuestro ser querido. El sentimiento de dolor es implícito en este tipo de situaciones.

¿Qué hacer?

El objetivo fundamental del proceso de duelo siempre es el mismo; evitar las consecuencias psicológicas y neuropsicológicas por no elaborar bien la despedida. Para ello, vamos a tener en cuenta las siguientes pautas.

Aprovechar las formas de comunicación a distancia

En muchos hospitales del país se está poniendo en marcha el uso de tablets y celulares para favorecer el contacto entre el paciente y los familiares. Esto puede resultar de gran ayuda en una futura despedida con el enfermo. Aunque no podemos hacerlo en persona, vamos a compartir con nuestros seres queridos el dolor y el sufrimiento por el que estamos pasando. Mediante reuniones virtuales podemos compartir nuestros sentimientos, recordar a la persona fallecida y rememorar los momentos especiales vividos con él.

No dejar de realizar rituales de despedida

Los velatorios, funerales y demás rituales son importantes para poder despedir al ser querido e iniciar el proceso de duelo. En este caso no podemos hacerlo en el momento del fallecimiento, pero si podemos posponerlo al momento en el que podamos llevarlo a cabo. Que haya pasado más tiempo del normal no implica que no tenga sentido realizar esos rituales de despedida.

Favorecer la expresión emocional a pesar de la situación y las restricciones

Podemos ayudarnos de la escritura, escribir una carta a la persona fallecida o mediante fotos y objetos recordar al ser querido. Es importante no culpabilizarnos por no haberlo acompañado en estos momentos y ser conscientes de que hemos estado a su lado a lo largo de todo su ciclo vital. Vamos a intentar evitar pensar en las condiciones y el modo en el que ha fallecido. El personal sanitario ha cuidado de él, lo ha acompañado y es posible que el paciente haya estado sedado y no haya sufrido. Un proceso de duelo requiere tiempo. Nos vamos a sentir tristes, pero necesitamos avanzar, seguir haciendo cosas y seguir viviendo. Tenemos que intentar alcanzar un equilibrio entre llorar a nuestro ser querido y continuar con nuestra vida.

Los diferentes tipos de duelo

Duelo anticipado

El duelo anticipado es aquel que se da antes de que la muerte haya ocurrido. Es habitual cuando se diagnostica una enfermedad que no tiene cura. El proceso de duelo es el habitual, lo que la persona experimenta son diversos sentimientos y emociones anticipatorios que le prepararán emocional e intelectualmente para la inevitable pérdida. El duelo anticipado es un proceso de duelo prolongado, no tan agudo como el resto, dado que cuando llega la muerte se suele experimentar, en parte, como algo que da calma.

Duelo sin resolver

El duelo sin resolver, como su nombre indica, significa que la fase de duelo sigue presente. Sin embargo, suele denominarse así al tipo de duelo que sucede cuando ha pasado cierto tiempo (entre 18 y 24 meses) y todavía no se ha superado.

Duelo crónico

El duelo crónico también es una clase de duelo sin resolver, que no remite con el paso del tiempo y que dura varios años. También se denomina duelo patológico o duelo complicado. El duelo patológico puede darse cuando la persona es incapaz de dejar de revivir de forma detallada y vívida los sucesos relacionados con la muerte, y todo lo que le ocurre le recuerda esa experiencia.

Duelo ausente

Este tipo de duelo hace referencia a cuando la persona niega que los hechos hayan ocurrido. Por tanto, es la etapa de negación de la que hemos hablado con anterioridad, en la que el individuo sigue evitando la realidad pese a haber pasado mucho tiempo. Es decir, la persona ha quedado estancada en esta fase porque no quiere hacer frente a la situación.

Duelo retardado

Es similar al duelo normal, con la diferencia a que su inicio se da al cabo de un tiempo. Suele ser parte del duelo ausente, y también recibe el nombre de duelo congelado. Suele aparecer en personas que controlan sus emociones en exceso y se muestran aparentemente fuertes. Por ejemplo, una persona que tiene hijos y debe mostrarse entera. El duelo retardado suele darse cuando la persona que lo sufre, en un primer momento, debe hacerse cargo de muchas cosas que requieren su atención inmediata, como por ejemplo el cuidado de una familia.

Duelo inhibido

El duelo inhibido se produce cuando hay una dificultad en la expresión de los sentimientos, por lo que la persona evita el dolor de la pérdida. Suele venir asociado a quejas somáticas. Las limitaciones de la personalidad del individuo le impiden llorar o expresar el duelo. A diferencia del duelo ausente, no es un mecanismo de defensa.

Duelo desautorizado

Este tipo de duelo ocurre cuando el entorno que rodea a la persona no acepta el duelo de ésta. Por ejemplo, cuando transcurrido un tiempo largo la familia le reprocha a la persona que siga en duelo. ésta reprime los sentimientos de cara a la familia, pero internamente no lo ha superado. Muchas veces, este tipo de duelo se da cuando la persona que murió o se marchó para siempre llevaba asociado un estigma y se encontraba excluida, al menos para el entorno cercano de la persona que lo sufre (por ejemplo, su familia). Expresar duelo puede llegar a ser un acto simbólico que subvierta ciertas ideas políticas y sociales. Por ejemplo, si la persona ausente era la pareja homosexual de alguien y la familia no aprueba este tipo de relaciones.

Duelo distorsionado

El duelo distorsionado se manifiesta como una fuerte reacción desproporcionada en cuanto a la situación. Suele ocurrir cuando la persona ya ha experimentado un duelo previo y se encuentra ante una nueva situación de duelo. Por ejemplo, puede haber experimentado la muerte de su padre, y al tiempo ve morirse a su tío, revive también la muerte de su padre, lo que le lleva a una situación mucho más intensa, dolorosa e incapacitante. Para concluir con esta situación tan dolorosa cómo afrontar los diferentes tipos de duelo y en este caso haciendo alusión a las muertes producidas por covid-19 (coronavirus); en esta situación tan excepcional y dura por la que estamos pasando, son muchas las circunstancias que se están viendo alteradas. Como hemos visto a lo largo de este artículo, una de ellas es el duelo, el cual se ve aplazado hasta que recuperamos la normalidad. La elaboración del duelo, aunque sea aplazado, es muy importante para superar la pérdida. Por ello, es recomendable ir dando los pasos necesarios que hemos descrito para ir avanzando en el proceso.

Referencias bibliográficas:

Equipo Vértice (2010). El duelo y la atención funeraria. Editorial Verticebook.

Payás Puigarnau, Alba. Las tareas del duelo. Psicoterapia de duelo desde un modelo integrativo-relacional. Madrid: Paidós, 2010. ISBN 9788449324239.

Worden, William J. El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós, 2004.ISBN 9788449316562.


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