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La disputa Armenia- Azerbaiyán, un resabio de la guerra fria

30/09/2020 23:12 Opinión
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La reciente escalada de violencia en el territorio de Nagorno Karabaj, reedita la necesidad de conocer un poco más la antigua disputa entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave separatista y que hoy es denominado por la prensa internacional y los especialistas en política internacional, como “El Polvorín del Cáucaso”.

El territorio montañoso de Nagorno Karabaj, una región de unos 11.500 km2 con una población de mayoría armenia, ha sido desde hace décadas objeto de disputa entre Azerbaiyán, donde está ubicado, y los habitantes del enclave, que son apoyados por la vecina Armenia.

Nagorno Karabaj es hoy lo que, hacia principios del siglo XX fue la provincia armenia de Artsaj y se denominó, hasta el año 2017 como la República del Alto Karabaj. Está situada en la denominada Transcaucasia, Cáucaso meridional o Cáucaso sur, que es una región política del Cáucaso y comprende las actuales Repúblicas de Armenia, Georgia y Azerbaiyán y las repúblicas parcialmente reconocidas de Abjasia y Osetia del Sur, la República Autónoma de Najichevan (parte de Azerbaiyán y la mentada Nagorno Karabaj. Su población está formada casi totalmente por armenios. Es una región de aproximadamente 4.000 km2 y conviven en la zona, armenios cristianos y turcos musulmanes.

Los azeríes son una población predominantemente de origen turco con la que Turquía tiene estrechos lazos, aunque, a diferencia de los turcos, la mayoría de los azeríes son musulmanes chiitas, no sunitas. Turquía no tiene relaciones con Armenia, un país mayoritariamente cristiano ortodoxo que históricamente se ha apoyado en Rusia. Irán, un estado principalmente chiita, tiene una gran comunidad de etnia azerí, pero mantiene buenas relaciones con Rusia.

De suyo que el término Nagorno Karabaj fue utilizado por la prensa anglohablante y es de reciente construcción, pues une dos vocablos. Nagorno, deriva del término ruso nagorny cuyo significado es “territorio elevado”. Por su parte la palabra Karabaj tiene origen turco/persa y significa “jardín negro”.

En el año 1923 la Provincia de Artsaj contaba con siete escuelas, dos universidades, museos y más de 20 iglesias. Sin embargo, este territorio se convirtió en objeto de controversia entre Armenia y Azerbaiyán cuando ambos países se independizaron del Imperio ruso en el año 1918, fecha en la cual la entonces Unión Soviética tomara el control sobre la zona.

Pero debemos retroceder un poco más para poder entender la crisis.

Después de la revolución de octubre de 1917 (la Revolución bolchevique) el Alto Karabaj (la provincia de Artsaj) pasó a formar parte de la Federación Transcaucásica, la cual se dividiría en tres repúblicas: Armenia, Azerbaiyán y Georgia. Armenia reclamó su soberanía sobre el territorio con la ayuda del Imperio Otomano.

En 1917, luego de ser cedida a la nueva República Democrática de Azerbaiyán (Fundada luego del colapso ruso en 1917) la población azerí, que generalmente habitaba en la sección musulmana de Shusha (localidad del Alto Karabaj de mayoría armenia), inició un crecimiento demográfico veloz. En el año 1920, Transcaucasia fue integrada a la esfera soviética intentando lograr el apoyo público con promesas de unión entre Armenia y Karabaj. No obstante, la URSS pretendía convertir al sistema comunista a Turquía y para ello, deja Karabaj bajo la soberanía azerbaiyana. De esta manera la, hasta esa época, región autónoma del Alto Karabaj, fue integrada a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán (año 1923) decisión que molestó sobremanera a la mayoría armenia.

En 1923, se formó la óblast autónoma del Alto Karabaj (dentro de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán) y el férreo control soviético impidió que los rencores entre armenios y azeríes salieran a la luz.

Ahora bien, en el año 1988 hacia el final del régimen soviético, durante el período conocido como la “Perestroika”, la entonces autonomía azerbaiyana, poblada en su mayoría por armenios, anunció el deseo de escindirse de Azerbaiyán para unirse a la vecina Armenia.

Las fuerzas azerbaiyanas y los separatistas armenios comenzaron una sangrienta guerra en la que murieron entre 20.000 y 30.000 personas. Más de un millón huyeron de sus hogares, dando lugar a la guerra entre Armenia y Azerbaiyán (por el control de Nagorno Karabaj) que se prolongó hasta el año 1994. Empero, el 10 de diciembre de 1991, durante la guerra del Alto Karabaj, aquel territorio se autoproclamó como república independiente, sin que, hasta el día de hoy, haya sido reconocida por algún estado soberano miembro de la Organización de las Naciones Unidas.

Finalmente, el 12 de mayo del año 1994, impulsado por el gobierno ruso, se declara un alto al fuego no oficial el que duró, con intervalos, hasta el pasado sábado 26 de septiembre. Las negociaciones de paz fueron (y son) lideradas por el grupo de Minsk, formado por Rusia, los EE.UU. y Francia.

Como detalle de color agrego que el Ejército de Defensa del Alto Karabaj fue creado oficialmente el 9 de mayo de 1992 como la fuerza de defensa formal de la República del Alto Karabaj, que une las previamente desorganizadas unidades de autodefensa que se formaron a principios de 1990 con el fin de defender a la población de etnia armenia del territorio. Actualmente, el Ejército de Defensa posee alrededor de 15.000 a 20. 000 soldados bien entrenados y equipados. Se compone de infantería, tanques, artillería y sistemas antiaéreos.

Forzoso es decir que el impasse en el fuego, allende el año 1994, fue sucesivamente incumplido por diversas escaramuzas llevadas a cabo por ambas fuerzas. Los armenios se resisten a aceptar que Nagorno Karabaj sea legalmente parte de Azerbaiyán, argumentando que, al haber declarado su independencia de este último país, Nagorno-Karabaj es un país soberano. De allí es que insisten en invitar al gobierno de la república de Nagorno-Karabaj asistir a las conversaciones de paz, lo que es rechazado por Azerbaiyán, estado que considera que las tropas de Armenia deben abandonar la región y que debe permitirse que los desplazados azeríes regresen a sus hogares lo que fue respaldado por distintas resoluciones dispuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El 3 de noviembre del año 2006, el entonces presidente de la República de Alto Karabaj, Arkadi Ghukasyán firmó un decreto para celebrar un referéndum sobre un proyecto de constitución de Alto Karabaj, el que tuvo lugar el 10 de diciembre del mismo año entre los ciudadanos de Alto Karabaj, que votaron abrumadoramente a favor de una nueva constitución.

De acuerdo con resultados preliminares oficiales, con una participación del 87,2 % hasta el 98,6% de los votantes aprobó la Constitución. El artículo primero del documento describe a la República de Alto Karabaj como “un Estado soberano, democrático de derecho y social”. Más de 100 observadores internacionales no gubernamentales y periodistas siguieron la consulta y la evaluaron positivamente, diciendo que se llevó a cabo de acuerdo a los estándares internacionales, sin embargo, la consulta fue condenada por gran parte de la comunidad internacional en general por considerarla ilegítima.

La Unión europea y la OSCE (Organización para La Seguridad y Cooperación en Europa) rechazaron el referéndum. La UE anunció que era consciente de que un referéndum constitucional se había realizado, pero reiteró que solo un acuerdo negociado entre Azerbaiyán y los armenios étnicos podía traer una solución duradera.

En este estado de cosas arribamos al año 2016 cuando aquella frágil paz fue quebrantada por los ejércitos de ambos países (Armenia y Azerbaiyán) que se habían equipado con la compra de armas de Rusia, Israel y varios países pos soviéticos como Ucrania, Bielorrusia y la complicidad de ciertos países europeos (la denominada “guerra de los cuatro días”).

Actualmente las noticias sorprendieron al mundo cuando informaron, que el domingo 27 de septiembre hubo un ataque sobre asentamientos civiles en Nagorno Karabaj, incluida la capital, Stepanakert. Funcionarios dijeron que en el ataque murieron una mujer y un menor.

Las autoridades separatistas de Nagorno Karabaj informaron que 16 de sus soldados murieron, con al menos 100 heridos y Armenia comunicó que derribó dos helicópteros y tres drones, además de destruir tres tanques lo que movilizara al gobierno armenio a declarar la ley marcial en su territorio y la movilización total de la milicia.

Ahora bien, es común en este conflicto de larga duración, que ambos bandos se acusen mutuamente de disparar primero y desaten una guerra informativa para trastocar la verdad de los hechos. Así, la afirmación de Azerbaiyán de que ha “liberado” territorio controlado por los armenios ha sido negada por las autoridades de Armenia. Igualmente, las declaraciones de Armenia de que le asestó duras pérdidas a las fuerzas de Azerbaiyán han sido desmentidas por Baku. En uno y otro lado de la frontera se ha restringido el acceso a las redes sociales.

Y a esta altura del relato, el lector se interrogará acerca de la importancia de la zona en el equilibrio de la paz mundial, cuya respuesta nos lleva a considerar que Nagorno Karabaj está enclavada en una zona atravesada por los ductos de gas y petróleo que llevan el líquido hacia Europa, resultando más que obvio el interés de las grandes potencias por el control del territorio.

Azerbaiyán cuenta con grandes reservas de petróleo lo que le permite incrementar los gastos en armas. Armenia, más pobre, es un país cercano a Rusia, que tiene una base militar allí y vende armas a ambos bandos, habiéndose erigido en un árbitro en la región, mas, ¿Podrá evitar el incremento del conflicto?

La escalada registrada este domingo amenaza con convertirse en la más grave desde la firma del alto el fuego entre las partes, hace ya más de 25 años, al provocar una movilización general en Armenia, que se ha declarado garante de la seguridad de Nagorno Karabaj. El Consejo de Seguridad de la ONU exigió un cese inmediato de los combates e instó a las partes a bajar las tensiones y retomar las negociaciones de manera constructiva.

Turquía apoya abiertamente a Azerbaiyán mientras que Francia, que tiene una gran comunidad armenia, los Estados Unidos han solicitado el inmediato cese en las hostilidades e Irán se ha ofrecido como interlocutor, lo cierto es que, más allá de la intención de estos países, cualquier escalada de la violencia puede desestabilizar la economía global, dado que el Cáucaso sur es un pasillo para gasoductos que llegan desde el mar Caspio hasta los mercados mundiales.

Es necesario e imperioso que la Organización de las Naciones Unidas desarrolle todos sus esfuerzos para un urgente cese en las hostilidades inclusive instando al grupo de Minsk para una urgente resolución que coadyuve a la paz y seguridad internacionales en la zona en resguardo de la población civil que es víctima primera de cada conflicto armado.

El artículo 1° de la Carta de la ONU señala como propósito de la Organización mantener la paz y la seguridad internacionales y para ello, tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.

Los hechos están dados, resta esperar que la respuesta del mundo organizado se encuentre a la altura.

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