Salud en peligro: la “comida chatarra” genera daños en el organismo a corto y largo plazo

El calor, las nuevas aperturas en el contexto de la pandemia y las tentaciones han generado un interesante incremento del consumo de “comida chatarra”, esa que se consigue al paso en cualquier parte de la ciudad.

Por las altas temperaturas, los profesionales de la salud recomiendan tener mucho cuidado a la hora del consumo e instan a dejar de lado esta opción para prevenir complicaciones en el organismo, a corto o largo plazo.

La Lic. Raquel Carranza, especialista en Nutrición explicó los daños que puede ocasionar la ingesta desmedida de comidas con alto contenido de grasa y sodio. Y al mismo tiempo instó a los santiagueños a preparar cuidadosamente sus comidas.

“Al incorporar este tipo de comida en nuestro organismo, por el tipo de componentes que presentan y los métodos de cocción que las caracterizan, nos estamos haciendo un daño. Son productos que en su mayoría presentan altos contenidos de sodio, azúcares o carbohidratos de absorción rápida y grasas saturadas como el colesterol, que si hacemos de ellas un consumo regular en frecuencia predisponen al desarrollo de enfermedades no transmisibles, como la obesidad, sobrepeso, dislipidemias, hipertensión arterial, insulinoresistencia, síndrome metabólico, diabetes, así como también patologías digestivas agudas y/o crónicas, tales como gastritis, constipación, hipersensibilidad intestinal, esteatosis hepática, etc.”, advirtió la Lic. Carranza.

Las consecuencias en la salud pueden verse a corto o largo plazo, con lo cual, representan una amenaza para la salud, de cualquier forma.

“A la larga, su consumo puede inducir en ocasiones a presentar síntomas de fatiga y debilidad, por el déficit de vitaminas y minerales, que conlleva este tipo de comida”, advirtió la especialista.

La Lic. Raquel Carranza precisó además que “es un tipo de comida que contiene elevada concentración calórica a expensas de grasas y carbohidratos de alto índice glucémico, además de sodio y aditivos. Estos últimos son mejoradores del sabor y conservación, con alto contenido de sodio en su mayoría”.

¿La comida rápida podría llegar a generar una adicción o acostumbramiento?

La Lic. Raquel Carranza afirmó que la comida rápida podría llegar a crear acostumbramiento o adicción.

“Esto es probable, debido a los componentes que posee. Poseen elevado contenidos de azúcares, sal, grasas saturadas, aditivos , entre ellos resaltadores del sabor, que crean comidas con alta palatabilidad que junto al porcentaje de grasa, hacen que el gusto se acostumbre fácilmente”, explicó la especialista.

Ante ello, se refirió a la frecuencia con la que se la podría consumir.

“Es importante marcar que no es una prohibición absoluta. El consumo esporádico de estos productos no generaría grandes inconvenientes si la alimentación ordinaria diaria está constituida por alimentos de todos los grupos de la guía alimentaria para la población argentina”, precisó la profesional santiagueña.

Buena noticia: es posible revertir los malos hábitos

Después de haber hecho un hábito el consuno de comidas rápidas, no todo está perdido. Se puede revertir la situación, con la adquisición de nuevas y saludables formas de alimentarse.

En este sentido se recomienda: modificar paulatinamente los hábitos de vida; planificar una alimentación saludable con cinco o seis comidas diarias en las que los alimentos predominantes sean las frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, carnes magras de todo tipo, lácteos preferentemente descremados, frutos secos y aceite sin cocción; mantener un buen nivel de hidratación, eligiendo bebidas saludable, agua potable, limonadas, licuados de frutas sin azúcar, etc.; elegir métodos de cocción sin frituras; realizar ejercicio físico de manera continuada con planificación de duración y frecuencia; y crear entornos con alimentación saludable, que permitan tener acceso físico y económico a ellos.