Estoy estancado, ¿qué puedo hacer?

Todos nosotros, cuando iniciamos algún proyecto, lo hacemos de manera ascendente. Esto es así porque estamos entusiasmados, motivados, contentos. Pero llega un momento en el que entramos en una meseta, en la rutina, en “más de lo mismo”. Entonces, si no hacemos un cambio, probablemente descenderemos.

A veces, cuando sentimos que precisamos un cambio, pretendemos hacer grandes modificaciones. Pero un cambio pequeño suele traer consigo una catarata de resultados. Podríamos compararlo con una bola de nieve que, a medida que va rodando montaña abajo, se vuelve cada vez más grande y genera una avalancha. Dicen que lo mínimo es lo máximo. Es decir, que un pequeño cambio, por insignificante que parezca, tiene el poder de transformar una situación que nos parece inmodificable.

Volviendo al tema del estancamiento, si yo hago algo y no resuelvo mi problema, no dejaré de estar estancado. Y, si vuelvo a accionar en dos o tres oportunidades y tampoco lo resuelvo, entonces deberé hacer algo completamente distinto. Lo ideal es hacer una pausa, dejar pasar unas horas o unos días para volver a hacer algo nuevo.

Un famoso médico solía decirles a sus pacientes: “Nos volveremos a ver en 15 días. Por favor, haga algo distinto de lo que viene haciendo”. El paciente preguntaba: “Doctor, ¿qué tengo que hacer?”. A lo que él respondía: “No sé, pero que sea algo totalmente distinto”.

Para salir del estancamiento, es fundamental atrevernos a hacer algo innovador, algo que nunca hemos hecho hasta ahora. Sin embargo, muchas personas se resisten a los cambios porque poseen un determinado paradigma (forma de pensar) que los limita. Por lo general, se trata de gente con mentalidad rígida que los lleva a actuar siempre de la misma forma.

En el fondo, le tienen miedo a la novedad. Pero la buena noticia es que todos podemos cambiar, y dejar de estar amesetados, si así lo deseamos. ¿En épocas de crisis también? ¡Claro que sí! Muchas veces la crisis resulta ser un motor que nos impulsa a innovar y ser creativos.

¿Por qué comer siempre lo mismo? ¿Por qué hacer siempre lo mismo a la noche? ¿Por qué ir al trabajo siempre por el mismo camino? Hoy más que nunca es necesario, en todas las áreas de nuestra vida, equilibrar los rituales que todos tenemos, eso que hacemos a diario, con la novedad, la sorpresa, el misterio. Dicha actitud produce un balance que nos mantiene vivos y expectantes.

Un verdadero líder de su propia vida debe primero administrar y liderar el cambio. Si anhelás disfrutar de éxito en todo lo que hagas, nunca dejes de perseverar, aun cuando sientas temor frente a la incertidumbre del entorno. Seguí adelante hasta que la curva se rompa y el cambio se introduzca.