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¿Cómo afecta el estrés a la salud ocular?

11/07/2022 00:04 Opinión
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¿Cómo afecta el estrés a la salud ocular? ¿Cómo afecta el estrés a la salud ocular?

El estrés es una respuesta automática de nuestro cuerpo ante las situaciones que percibimos como desafiantes. Esta respuesta o activación natural de nuestro organismo, si no supera ciertos umbrales, es necesaria y positiva para poder reaccionar y adaptarnos a los cambios constantes de la vida.

Sin embargo, cuando percibimos una de estas situaciones como excesivamente amenazante, cuando se produce un acontecimiento que nos hace pensar que va a requerir un sobreesfuerzo por nuestra parte que va a poner en riesgo nuestro bienestar o cuando el estrés se convierte en crónico, entonces, repercute negativamente en nuestra salud: las respuestas internas que se ponen en marcha afectan a, prácticamente, todo nuestro organismo; incluyendo los ojos

Cómo se manifiesta y afecta

Los síntomas o molestias que manifiestan los pacientes son: enrojecimiento y quemazón ocular, párpados pesados e incluso disminución de la agudeza visual. En función del grado de estrés, de su duración en el tiempo y de las características de cada individuo, las manifestaciones a nivel ocular varían.

No obstante, las más frecuentes e importantes son: Mioquimias: inflamación de los párpados (blefaritis). Afectación de la mácula, que es la zona más importante de la retina. A esta enfermedad la denominamos coroidopatía serosa central. Pérdida de visión.

1. Mioquimias o “tics”: Las mioquimias son un trastorno benigno que consiste en pequeños temblores o espasmos localizados alrededor de los párpados a causa del movimiento involuntario de los músculos de los párpados (fasciculaciones benignas). Muchos pacientes lo describen como un “tic”. El fenómeno puede durar días o semanas y no se acompaña de ningún otro signo o síntoma. Recomendaciones: si eliminamos excitantes, descansamos el tiempo necesario y realizamos un suave masaje en la zona, probablemente, contribuiremos a que desaparezcan.

2. Inflamación de los párpados (blefaritis): La blefaritis -inflamación o infección de los párpados- es la enfermedad ocular más frecuente. Sus características y múltiples etiologías posibles, así como su solapamiento con otras entidades, como el síndrome de ojo seco, dificultan la estimación de su prevalencia. La blefaritis puede clasificarse según su topografía y según su etiología. Según su topografía: Blefaritis anteriores: afectan la parte de la piel (cutánea) del borde palpebral. Blefaritis posteriores: afectan la parte mucosa (conjuntiva) y la unión entre la parte cutánea con la mucosa. Según su etiología: De origen inmunitario (blefaritis seborreica). De origen infeccioso. Los síntomas o molestias que manifiestan los pacientes son: enrojecimiento y quemazón ocular, párpados pesados e incluso disminución de la agudeza visual. Entre los muchos factores de riesgo, se incluyen el estrés, la ansiedad y la toma de antidepresivos. Recomendaciones: se recomienda la limpieza específica del borde de los párpados; en algunas ocasiones, tratamiento tópico antiinflamatorio, y eliminar los problemas hormonales o psíquicos subyacentes.

3. Afectación de la mácula (coroidopatía serosa central): Es una enfermedad que aparece, principalmente, en varones sanos de entre 25 y 55 años de edad, sin enfermedades mentales y bien integrados socialmente. Los estudios también nos dicen que son más propensos a desarrollar retinopatía serosa central los individuos con una personalidad “tipo A”: personas que están bajo mucho estrés, muy competitivas e implicadas laboralmente y que no gestionan adecuadamente el estrés que sufren. Determinados factores estresantes, como un divorcio, problemas económicos, accidentes o enfermedades importantes, pueden preceder a la presentación de la enfermedad. En algunos casos, si se resuelve el problema que ha causado la situación de estrés, en las semanas siguientes se produce una mejora de la agudeza visual. ¿En qué consiste? Se caracteriza por la aparición de un desprendimiento seroso bien circunscrito de la retina sensorial y por una alteración de las funciones de barrera y de bombeo a nivel del epitelio pigmentario de la retina.

¿Cómo se manifiesta?

Los pacientes sintomáticos describen el inicio súbito de:

Visión borrosa Micropsia (los objetos aparecen menores de lo que son)

Metamorfopsias (los objetos aparecen distorsionados)

Oscurecimiento de la zona central de la visión o disminución de la visión.

4. Pérdida de la visión: El estréss también puede producir la pérdida súbita de la visión. La etiología es muy variada, pero se presenta con mayor frecuencia en individuos con personalidad histérica porque manifiestan así un problema psiquiátrico. En estos casos debe descartarse que haya un problema orgánico (oftalmológico o neurológico) y, una vez excluida esta causa, la indicación sería acudir al psicólogo e intentar reducir el nivel de estrés.

Síntomas

Malestar con tensión ocular.

Visión borrosa.

Visión doble.

Sensación de cansancio ocular.

Pesadez en los ojos.

Enrojecimiento ocular

Escozor y aumento de la secreción de lágrimas.

Disminución de la agudeza visual y percepción borrosa de los objetos.

Dolor de cabeza.

En ocasiones, es posible experimentar náuseas, vértigo, rigidez muscular y dolor en los hombros, cuello y espalda; así como sensación de quemazón o pinchazos en la cara, sequedad, rojeces o hinchazón.

Estas molestias suelen aparecer al final del día, especialmente si se han realizado actividades como leer, ver mucha la televisión, conducir, trabajar en ambientes con humo o trabajar frente a la computadora.

Recomendaciones

Optimizar la iluminación del campo visual y del lugar de trabajo habitual.

Realizar descansos periódicos de la actividad visual. Es decir, procura descansar 5 o 10 minutos.

Levantarse del asiento para no mantener la vista fija.

Mantener los ojos lubricados para evitar la sequedad.

Colocar filtros u otros accesorios de protección en la pantalla.

Sentarse adecuadamente, a medio metro de la pantalla.

Colocar todo el material de trabajo tan cerca de la pantalla como sea posible. Esto con el fin de minimizar los movimientos de la cabeza y los cambios de enfoque.

Realizar una serie de ejercicios oculares sencillos. Estos ejercicios se deben realizar sin gafas o lentes de contacto.

Procurar que la inclinación de la superficie de trabajo sea de unos 25 grados a partir de la superficie horizontal -reducir tensión en la cabeza, los hombros, el cuello y los ojos-.

Hacer descansos para enfocar la vista a distancia. Es ideal que te tomes un minuto por cada 15 para disminuir la fatiga ocular.


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