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Si alguien me pregunta qué es la Eutonía -la metodología de lo corporal que practico- le doy a leer este poema de Borges que no habla del cuerpo anatómico pero sí de lo corporal, de lo sensible, de lo que hace a la vida en el cuerpo.
En el trabajo corporal se generan Inventarios de espacios del cuerpo, de modos de moverse, de zonas que están ausentes, silenciosas o demasiado presentes, olvidadas, recordadas. Inventarios de la vida del cuerpo y de la no vida.
En "Shinto" encuentro un inventario borgiano hecho poema que comparto siempre con mis alumnos:
Shinto
“Cuando nos anonada la desdicha,
durante un segundo nos salvan
las aventuras ínfimas
de la atención o de la memoria:
el sabor de una fruta, el sabor del agua,
esa cara que un sueño nos devuelve,
el anhelo infinito de la brújula,
un libro que creíamos perdido,
el pulso de un hexámetro,
la breve llave que nos abre una casa,
el olor de una biblioteca o del sándalo,
el nombre antiguo de una calle,
los colores de un mapa,
una etimología imprevista,
la lisura de la uña limada,
la fecha que buscábamos,
contar las doce campanadas oscuras,
un brusco dolor físico.
Ocho millones son las divinidades del Shinto que viajan por la tierra, secretas.
Esos modestos númenes nos tocan,
nos tocan y nos dejan”.
Aquel profesor
El 24 de agosto de 1899 nacióe Jorge Luis Borges. En 1956 fue nombrado profesor
titular de la cátedra de Literatura Inglesa y Norteamericana, en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universida de Buenos Aires.
Precisamente fue mi profesor de la carrera de Letras de la UBA, cuando funcionaba
en Viamonte y Reconquista. Dicen que solo bochó a una persona en los finales de
la materia y que esto fue porque no abrió la boca.
Recuerdo que el poema "Beowulf" (como quien dice el "Martín Fierro") ocupaba
amplio espacio y tiempo en sus clases. Algo muy especial me ocurrió cuando di el
final: me encontré recitando algunos versos de ese poema en un idioma que
todavía no sé si era islandés antiguo o qué. Un momento mágico que él propició
en mí.
¿Cómo pensar lo sucedido? Creo que Borges estimulaba en el alumno la
confianza. Y de ahí, una alumna, como fui yo, de repente se animó a pronunciar
parte de un poema en un idioma que no era el suyo.
La ceguera de Borges fue memoriosa y encuentra en ella varios inventarios de una
vida que habla de un cuerpo que fue varios cuerpos y atravesó vicisitudes. Borges
en cada poema construye nuevos cuerpos.
Un ciego
"No sé cuál es la cara que me mira
cuando miro la cara del espejo;
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira
me alcanza. He vislumbrado tu cabello
que es de ceniza o es aún de oro.
Repito que he perdido solamente
la vana superficie de las cosas.
El consuelo es de Milton y es valiente,
Pero pienso en las letras y en las rosas.
Pienso que si pudiera ver mi cara
sabría quién soy en esta tarde rara".