Para la Fiscalía, el muchacho "vendía"; para la defensa, "convidaba" drogas

La Fiscalía atribuye a "Kiwi" un combo de imputaciones.

"Tenencia con fines de comercialización"; "suministro de estupefacientes a título gratuito" y "aplicación de estupefacientes mediante engaños".

En esencia, lo acusa de veder drogas y haber engañado a jovencitas (con "kristal") que acabaron internadas.

Sin embargo, el defensor, Diego Lindow, contragolpeó, reclamando una batería de nulidades. La más importante fue el cuestionamiento del allanamento a la propiedad de "Kiwi", ocasión en que fue apresado.

Lo medular

Para Lindow, el procedimiento adolece de sustento legal y enumeró jurisprudencias defendiendo su postura.

Pero en lo más sustancioso, Lindow instó a la jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, a dejar sin efecto las graves imputaciones y que quede apenas la "tenencia simple" de drogas.

En esencia, según el abogado su defendido "convidaba" drogas, lo cual puede allanarle la libertad la semana próxima.

Contundente

Empero, Luciana Jacobo destacó que no implica una acusación antojadiza, sino resultante de las pruebas obtenidas por los investigadores.

Sea cual fuese la verdad penal real, ambas partes observan la historia con retinas diametralmente opuestas. Jacobo interpreta que "Kiwi" le tomaba el pulso a la noche; captaba amigos con regalos de drogas y luego los convertía en sus clientes.

En cambio, Lindow sugirió que no es un nene de pecho, pero a lo sumo el único "pecado" que se le puede endilgar sería "convidar" drogas a su pobre entorno de clase media alta.