Cabo denunció que un agente la besó en el cuello y la manoseó

Un agente de la Comisaría 37 de árraga, departamento Silípica, habría besado en el cuello y posado sus manos a la altura de los pechos de una colega cabo 1ª, según se desprende de una investigación a cargo del personal de la Departamental N° 7 de Loreto.

árraga es la localidad cabecera departamental de Silípica, 32 kilómetros al sudoeste de la ciudad capital hacia el sur por ruta nacional N° 9.

De acuerdo con los voceros policiales, noches atrás los protagonistas quedaron a cargo de la guardia, junto a dos compañeros más, incluido el jefe.

El incidente en pugna

Ya avanzada la madrugada, la cabo 1ª se paró junto a una ventana. En un momento, el agente se habría abalanzado sobre su humanidad, besándola con intensidad en el cuello, mientras sus manos buscaban sus pechos y hasta rozándola con sus genitales, por debajo de la cintura de la funcionaria policial.

Urgente, la cabo primera reaccionó a los gritos, empujó y lanzó al efectivo contra una pared. Sin embargo, no devino en un escándalo que pusiera en alerta a los otros dos efectivos, quienes terminaron la jornada ignorando lo que había sucedido entre sus pares.

Casada, con hijos, la policía luego verbalizó a sus superiores lo ocurrido y al cierre de esta edición, su caso provocaba un fuerte cimbronazo orgánico en la 37, cuya definición será potestad de la Departamental N° 7.

Pese al hermetismo en que el suceso era instruido, trascendió (por protocolo) que la funcionaria será interrogada, al igual que el agente sospechado y los otros dos integrantes de la guardia.

Por otra parte, las fuentes deslizaron que la denuncia habría provocado un profundo cimbronazo en la 37 de árraga. Administrativamente, la guardia masculina sería sumariada y nadie puede aventurar, explicar, ni prever, el futuro inmediato colectivo.

Pese a ignorarse el futuro de los dos protagonistas, los efectivos (dependientes de Jefatura) indagarían en las condiciones que precipitaron el exceso denunciado. Tanto es así, que no se descarta que preventivamente al sospechoso se le prohíba trabajar en árraga, ya que es improbable que pueda compartir un mismo espacio con la denunciante.

En tanto, los expertos bregarían por una inspección ocular en el edificio policial, resueltos en develar el lugar en que el agente habría cruzado una línea invisible con la cabo 1ª y las secuelas se avecinan imprevisibles para los dos.