La Justicia "factura" a parientes de "Tila" por balacera con la policía

Ocho primos y sobrinos de Miguel Rodolfo "Tila" Valor serán conducidos hoy a audiencia en los tribunales termeños, tras la batahola y balacera en calle Maipú y pasaje Stromer, B° Villa Nueva, en cuyo fragor casi matan a tiros a un policía vestido de civil.

El escándalo se registró el martes a la mañana. En la previa, el juez de Control y Garantías, Silvio Sálice, refrendó nueve órdenes de allanamientos en puntos estratégicos, considerados bastiones o reductos del presunto homicida de Julio Calixto Jiménez.

Del conjunto de redadas, la más intensa se situó en Villa Nueva. Allí, una veintena de personas cargó duro contra los policías. Abundaron los tiros y pedradas. Después de un intenso enfrentamiento, la policía aprehendió a ocho personas y detuvo a Diego ángel Rearte, de 29 años, cuñado de Valor. Está prófugo, Mauro "Pelado" Valor, hermano de "Tila". En cuanto a los aprehendidos, el listado es el siguiente: Martina Antonella Valor (30); Sofía Rocío Sosa (19); Daniel Alfredo Suárez (34); Lucas Santiago Paz (24); Ricardo Francis Suárez (42); Martín Rafael (29); Rita Eusebia Valor (25) y Marta Liliana Valor (39). De ese grupo, sin distinción de sexo o edad, los policías incautaron cuatro armas de fuego, 35 cartuchos a bala, una motocicleta y han sido retenidas otras tres unidades. Ahora, los fiscales Emanuel Sabater e Ignacio Guzmán pasarán facturas, porque las deudas deben pagarse. Además, los tiros y destrozos devendrán hoy en seguras imputaciones. "Resistencia y atentado a la autoridad" se perfilan de bienvenida al grupo. La audiencia estaría a cargo del juez de Control y Garantías, Silvio Sálice.

Familia de la víctima reclama en el

Juzgado y la defensa pule estrategia

Familia de la víctima reclama en el Juzgado y la defensa pule estrategia

La Fiscalía indagará el lunes próximo a Miguel Rodolfo "Tila" Valor, alojado en el Centro único de Detenidos , el sospechoso de dejar agonizante a tiros a Julio Calixto Jiménez, quien pereció días atrás en el Hospital Regional.

En medio de una semana convulsionada, por cuestiones que la Justicia trata de establecer, "Tila" atacó a tiros a Jiménez, el jueves pasado, cerca de las 6.30 en 25 de Mayo esquina de Stromer y Habano, del B° Villa Nueva en Las Termas.

Sin embargo, una alta fuente adelantó que la tragedia conlleva mucho de odio y posibles negocios en común, con una de las partes insatisfechas, sobre todo en lo atinente a una pista bailable regenteada por el detenido en La Cañada.

Familiares y amigos de Jiménez marcharon ayer por Las Termas. Arribaron al Juzgado local e instaron a sus autoridades a detener "a otros cómplices" de la sangrienta balacera.

Blandiendo carteles en reclamo de Justicia, los parientes de Jiménez exteriorizaron su sentimiento y bregaron para que "todos los responsables, los cómplices, caigan…", fue la consigna dominante.

Mientras tanto, distante de todas las pasiones, el abogado Washington Inca Cardoso ensayaba anoche una estrategia a ser puesta en práctica desde el lunes, con "Tila" en silencio total.

Como la otra parte ya no está, nadie descarta que el plan conlleve un planteo sobre un "homicidio cometido en legítima", o bien "un exceso en legítima defensa".

En ambas figuras penales, la condición indispensable es que el otro protagonista haya iniciado un incidente, o acción, forzando a la otra persona (es decir a "Tila") a responderle, a defenderse, en el lenguaje de toda defensa.

Dejó su escondite para atenuar las secuelas y pacificar a los Jiménez

El arma homicida no aparece. Allí el quid o valla infranqueable que enfrenta el fiscal Sabater. Ya con “Tila” enviado a un prudente encierro, ahora el funcionario respira aliviado y desde hoy los efectivos de Homicidios y Delitos Complejos se instalarán en Las Termas, resueltos en tomar diversas testimoniales. Puesto en perspectiva, testigos presenciales faltarían, en medio de una sobreabundancia de “oídas”.

Ahora se viene lo sustancioso, es decir Sabater debe acreditar las acusaciones de homicidio y establecer que “Tila” dejó al borde de la muerte a Jiménez. El detenido no soltó prenda alguna hasta ahora. Solo se sabe que tras el incidente, huyó y se ocultó en La Cañada. Allí permaneció hasta el martes a la noche en que cedió al pedido de su familia y resolvió entregarse.