10/01/2016 21:35 Opinión
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"La devoción en la religión es amor, fervor y veneración" "La devoción en la religión es amor, fervor y veneración"
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En estos tiempos, vivimos nuestra fe y se muestra que somos devotos de algunos santos o de maneras de orar, pero en nuestra Iglesia Católica hablamos de devoción. Antes de ser devoto hay que saber qué significa la devoción. La devoción en la religión es amor, fervor y veneración. Quiere decir: amo algo, tengo fervor y voy a venerar esas personas a través de la práctica piadosa para llegar a manifestar ese amor. Entonces, podemos decir que un devoto es amoroso o una persona que manifiesta su amor por la persona o santo. La devoción es también la entrega total a una experiencia mística, relacionada con la fe hacia Dios. Todo lo que vivimos como experiencia es una entrega total a él. No es que vamos hacer algo para obtener una cosa, sino que a través de la devoción llegamos a Dios. No significa hacer algo porque todos hacen. Hoy hablamos mucho de la devoción popular a un santo, pero para ser un verdadero devoto hay que tener fe, encomendar, rezar a un santo de forma rutinaria, visitar la iglesia o al patrono. Todo para ayudarnos a llegar a Dios. La devoción puede ser también el sentimiento de veneración a Dios, manifiesta en actos o servicios piadosos, hechos con gran cuidado y atención. Ese sentimiento no es únicamente sentir una emoción para decir “tengo problemas y por eso voy a rezar”, sino porque realmente quiero venerar y respetar; quiero saber que esas cosas son cosas que me permiten vivir mi fe, son servicios piadosos y hay que hacerlos con cuidado para no desviarse después. Todo lo que hay como devoción en nuestra Iglesia Católica está orientada en el Evangelio y a la doctrina. Entonces, si hablamos de devoción de nuestra Iglesia, no podemos alejarnos de la Palabra de Dios, ni de su doctrina. Un devoto acepta, recibe y enseña lo que dice la a Iglesia Católica. Si no hay una Palabra de Dios en esa devoción, no hay orientación y hay que hacerlo. Por ejemplo, si soy devoto de San Gil es para llegar a poner en práctica mi fe y dejar la palabra de Dios llegar a mí; y de la doctrina que enseña la Iglesia. Las devociones cristianas son prácticas religiosas dentro de nuestra fe. Tenemos que tener cuidado porque hay personas que están desviando, pensando que son “sus cosas”. Si la Iglesia no ha beatificado y santificado una persona no hay que decir “soy de ese santo”. Por ejemplo, si soy devoto de San Juan Pablo II voy a ir a ver qué dice la Iglesia de él. Cada católico pone en práctica y realiza aquella devoción que lo ayuda a profundizar su fe o a vivir mejor su sentimiento hacia Jesús. Si todo es para ir a Dios y para vivir esa comunicación y unión con Dios, entonces podemos a llegar a profundizar la fe. En nuestra Iglesia debemos corregir un montón de cosas, formar a la gente para que no haya devociones que estén afuera de la fe católica. Las devociones pueden ayudar a los creyentes a crecer en la vida cristiana. Pero, cuidado. Las devociones se pueden recomendar, nunca imponer. Hay muchas congregaciones que son riquezas, entonces cada uno puede buscar dónde se siente bien para crecer en la fe. Tal como decían los apóstoles: “Jesús aumenta nuestra fe”, Son caminos para que podamos llegar a controlar un poquito lo que estamos haciendo, para no estar afuera de la Iglesia y aceptar que la Palabra de Dios y la doctrina entran en esas devociones. Si no hay esas cosas, no es una devoción cristiana católica. Por eso hoy en nuestras maneras de vivir, debemos dejar a la Palabra de Dios iluminar nuestras prácticas devocionales, sobre todo llegar a unirnos a la Iglesia, con lo que enseña para que podamos imitar a Cristo, a través de las devociones. Todo lo que hay como devociones a santos y santas, son personas que han vivido su fe en Cristo, entonces no podemos decir que soy devoto y no asistir a misa, ni leer la Palabra. ¿De qué devoción estaríamos hablando entonces? Cristo nos ayuda para que podamos tomar esa decisión, buscar los caminos que puedan ayudarnos para ser mejores cristianos. Y la Virgen siempre nos ayuda para que podamos vivir estas devociones, veneraciones, que no son adoraciones. Con nuestra manera de vivir hoy esas devociones, puede hacer una confusión total. Pueden decir: “Los católicos están haciendo adoración a las imágenes”, y nada que ver. Son veneraciones, devociones para decir que a través de esas imágenes vamos a recordar a un santo, a nuestra Madre la Virgen María y a Jesús. Adoramos a Dios de la Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Que Dios y la Virgen nos ayude en ese camino de la felicidad y unión, con el único Salvador, que es Cristo.







