Casa Gigli, un negocio ligado a la imagen que celebra sus 107 años

Uno de los pocos negocios asentados en Santiago del Estero que muestran con orgullo el haber superado los 100 años es Casa Gigli, desde que su fundador don Vicente Gigli, se estableciera en la provincia, recién llegado de su Italia natal.

Don Vicente llegó a Santiago en 1910 proveniente de Recanati, provincia de Macerata, en Italia. Instalado en estas tierras, aprendió el oficio de relojero. Más tarde se convertiría en comerciante, fotógrafo y pionero del cine en esta provincia.

En 1910 se inició en el comercio instalando su propio local en Independencia 145. En aquel lugar,  ejerció su oficio de relojero, vendiendo joyas y posteriormente artículos para fotografía, óptica y cine. Fue agente exclusivo de la marca Kodak entre 1915 y 1965. En el año 1945 el comercio se trasladó a un local en calle Avellaneda 233. También por entonces, llegó a formar una familia con la señora Josefina Frediani.

Cinco años después de la apertura del local, ya había agrandado su comercio y con perspectivas mejores aún, sentía la necesidad de otro local. La población urbana crecía también y sus exigencias progresistas requerían del comercio una actitud correlativa.

El señor Gigli no descuidó este orden de cosas. El público le había vigorizado en sus actividades y él no podía ni debía desentenderse de esas poderosa e insustituible fuerza de impulsión. Por eso,  en 1915, se trasladó a otro edificio de la misma calle. Allí continuó trabajando acompañado ya de su señora esposa, doña Josefina Frediani, eficaz e inteligente colaboradora.

Las prácticas comerciales de esta casa, no fueron nunca espectaculares. Trabajaba, y este sigue siendo su sistema, con sencillez.

Algunos años más tarde, convertida ya en verdadero establecimiento moderno, ampliadas y perfeccionadas todas sus secciones, especialmente las de óptica y fotografía habían colocado a Casa Gigli al nivel de cualquier importante comercio similar de las grandes ciudades.

Vicente Gigli fotografiaba episodios públicos, deportivos, culturales, políticos, etc. En su comercio exponía y vendía las fotografías que obtenía. También fue fotógrafo de la policía y hacía las fotos carné de los detenidos. Se conservan solo algunos positivos y negativos de su colección que se estima fue enorme.

Desde 1920 aproximadamente generó un importante archivo de cine que se conserva y constituye un valioso patrimonio histórico y cultural, filmando numerosos acontecimientos, con una interrupción entre los años 1945 y 1955 en que escasearon los insumos debido a la Segunda Guerra Mundial y sus secuelas.

Esa necesidad de don Vicente Gigli de captar imágenes, se las fue pasando a sus hijos. De esta forma, su apellido no solo remite a un negocio o a un comercio, sino que va mucho más allá. Es sinónimo de una buena parte de la historia gráfica de Santiago. Las imágenes y películas captadas por don Vicente y más tarde por su hijo, Leonardo “Nano” Gigli, conforman la memoria gráfica de una gran parte del siglo pasado.

El caso de este negocio que aún hoy funciona en su local de calle Independencia pero en el interior de una galería comercial que lleva el apellido de su fundador, es uno de los pocos casos extraordinarios que han logrado superar las diferentes circunstancias de una actividad comercial a lo largo de los años.

No solo lograron superar las vicisitudes económicas tan frecuentes en nuestro país, sino que además, superaron los cambios tecnológicos para continuar vigentes en el mundo comercial local. Sin embargo, lo más importante es que el apellido de sus fundadores, logró trascender más allá del negocio.