Ella es Kristal, la que no sabe de límites y sueña con el mundial Ella es Kristal, la que no sabe de límites y sueña con el mundial
El equipo de la Asociación Argentina de Tenis Adaptado (AATA) ajusta los últimos detalles de su preparación para el Campeonato Mundial que se hará entre el 27 de este mes y el 3 de octubre en Cerdeña, Italia, y allí estará compitiendo una jovencita que nació en Córdoba, pero que reside con su familia en la ciudad de Frías, Santiago del Estero.
Se trata de Kristal Saddi que con sus 18 años, y sin ninguna experiencia internacional previa, irá en busca de cumplir un objetivo: llegar lo más lejos posible y ser una de las mejores tenistas en su categoría (Junior) en la que habrá que esperar si le toca en la primera ronda un rival hombre o mujer, ya que se compite en la modalidad mixta.
Kristal hace seis meses que está instalada en el Cenard de Buenos Aires cumpliendo con los entrenamientos con el equipo de la Asociación Argentina de Tenis Adaptado y el próximo 25 de este mes estará viajando a Cerdeña para empezar a soñar con el título en el Mundial.
“Yo voy a disfrutar del Mundial. Es mi primera vez que voy a participar de un torneo internacional y mis expectativas son esas, las de disfrutar y hacer todo lo posible por representar de la mejor manera a mi país”.
Así describió la deportista sus expectativas de cara a un evento que tendrá en el equipo a otros representantes argentinos que viajarán con las mismas ilusiones que ella.
Pero antes de que todo eso ocurra, Kristal tiene mucho para decir de lo que siente y piensa de la sociedad, que desde su punto de vista, todavía está en deuda con todas aquellas personas que presentan una discapacidad y que muchas veces son discriminados sin piedad.
“Yo lo vivo siempre. Desde cuando era chica y hoy que tengo 18 años todo sigue igual. La gente no piensa en el daño que le está haciendo a una persona con problema de discapacidad. No entiende que yo también puedo hacer lo mismo que los demás. Más allá de mis limitaciones físicas, tengo la cabeza en orden y sé lo que pretendo para mi vida. Hoy estoy estudiando Derecho Penal y quiero ser abogada porque sé que uedo ejercer mi profesión. Yo estoy bien de la cabeza y no porque no pueda caminar voy a renunciar a mis sueños u objetivos. Y Después que termine quiero estudiar para jueza también”.
Kristal, además de definirse como una joven independiente que nació con la enfermedad de mielomelengocele siendo hermana melliza de Cristian, es frontal y directa ciento por ciento. Va de frente con sus ideas y no se guarda nada cuando tiene que opinar.
“En mi vida sufrí, y lo sigo sintiendo, mucha discriminación. Pasa en todos lados y en cualquiera de los ámbitos. Yo soy de subir las cosas que hago en las redes sociales y cuando veo las reacciones con comentarios de la gente a mis posteos de fotos o artículos, me produce mucho dolor. Ellos no saben el daño que están haciendo cuando opinan cosas que no le hacen bien a uno. La sociedad te juzga mal y sin saber nada de uno. Me pasó que llegaron a decir que soy linda, pero que no podía caminar. El maltrato hacia las personas discapacitadas es muy grande y cada vez se acentúa más. Yo no acepto está actitud de la gente y menos cuando se trata de burlarse de una persona a la que le tocó vivir así”.
La referencia viene a su propia historia de vida. Kristal, cansada de las presiones y de los comentarios que salían de la boca de la gente que la rodeaba, decidió un día largar los andadores que le permitían caminar para movilizarse únicamente con la silla de ruedas.
DURA REFLEXIóN
“Decidí pensar en mí y no en satisfacer a los demás. Yo no era feliz caminando con los aparatos. Me dolía el cuerpo. Ahí dije que la persona que me quiera, ya sea familia, amigos, novio lo que sea, va a estar conmigo sentada, parada, con una pierna, con un brazo o lo que sea. A mí no me caracteriza el estereotipo, sí mi corazón y mi persona. No quiero volver a caminar. Hace seis años que no agarro los andadores. Hago los pasos, pero no puedo caminar por cuenta propia. No haré algo que me duele y que no me hace feliz. Caminaba para hacer feliz a los demás. Soy lo que soy y voy a morir así. Al que le guste bien, y al que no, también”.
Sus palabras suenan fuertes como las 22 operaciones a las que fue sometida hasta el momento desde que nació.
“Mi primera cirugía fue con tres días de vida y pesaba 500 gramos. Fue de la columna. También tengo operaciones en la cadera, las piernas, los pies y tengo dos implantes de vejigas. Ahí fue que me hicieron una mala praxis y me agarró una peritonitis. Casi me muero”.
Varias son las anécdotas que Kristal guarda en su memoria. Y una de ellas fue cuando en un viaje en tren en Buenos Aires, dos jóvenes que estaban observándola, mantuvieron un diálogo entre ellos que pudo escuchar y al mismo tiempo la hicieron reaccionar. “Uno dijo que yo era bonita y el otro le respondió que sería más linda si caminara. Los enfrenté y les dije lo que les tenía que decir. Muchas veces cosas como estas te ponen con la autoestima baja y te lastiman.
Todo el mundo cree que tiene derecho a juzgarte y decir lo que quiera para molestarte, pero no es así”. Kristal tiene a su familia en la ciudad de Frías y fue allí donde empezó su vínculo con el tenis. Siempre veía a su hermano mayor (ángel) jugar y competir. Un día llegó a la “Ciudad de la Amistad”, Diego Moliner que practicaba el tenis adaptado y cuando la vio que se movilizaba en ese tiempo en un triciclo especial, automáticamente la invitó a sumarse a la actividad y prácticamente le abrió el camino para lo que es hoy: una aspirante al título mundial en Italia.
“Antes de empezar a jugar al tenis a los 12 años, mi vida era la escuela y nada más. Tampoco aceptaba mi discapacidad. La sociedad te hace creer que sos diferente a las demás personas. A mí una silla de ruedas no me define como soy hoy. Muchos me llegaron a decir si por qué esto me pasó a mí y no a mi hermano mellizo (por Cristian). Yo siempre les respondí que agradezco a Dios que no le haya pasado a él porque yo me considero una persona muy fuerte. Tampoco me hubiera gustado que él viva todo lo que me pasó a mí. La verdad que no se lo deseo a nadie”.
Conmueven las palabras de Kristal, una joven deportista que pronto estará representando a la Argentina en el Mundial de tenis adaptado y que con esa fortaleza y ese espíritu de lucha que es admirable, tratará de vencer otra vez los límites para instalarse en lo más alto de su carrera. Ella se merece eso y mucho más. l








