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Marcelo Birmajer, uno de los escritores más laureados del país que quiere recorrer el mundo y ganarse la vida como juglar

01/11/2021 20:57 Camerino
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Marcelo Birmajer, uno de los escritores más laureados del país que quiere recorrer el mundo y ganarse la vida como juglar Marcelo Birmajer, uno de los escritores más laureados del país que quiere recorrer el mundo y ganarse la vida como juglar

Marcelo Birmajer es uno de los autores literarios más laureados de la actualidad, comenzó su carrera profesional en la revista de historietas Fierro. Desde allí proyectó una trayectoria plena de reconocimientos: solo con mencionar que ganó dos premios Konex como escritor y guionista y que sus obras fueron traducidas a 11 idiomas, el último el japonés. Además, tiene un vínculo muy estrecho con los medios de comunicación con colaboraciones y participaciones en radio junto con Pepe Eliaschev y actualmente con José Fernández Díaz en radio Mitre.

“Tengo más trabajo que éxitos, me siento muy afortunado”, señala con modestia Marcelo Birmajer cuyas historias también fueron llevadas a la pantalla grande y chicas. En un diálogo profundo en “A solas con EL LIBERAL” confesó que su sueño es poder recorrer el país y el mundo contando sus cuentos acompañado de música, como los antiguos juglares que recorrían los caminos recitando sus obras acompañada de sones.

Durante la charla, contó el día en que su hermano fue asesinado por terroristas en Israel. También hizo una defensa encendida del periodista “Pepe” Eliaschev, cuestionado en su momento por haber revelado el pacto con Irán. Además, cuestionó en duros términos a quienes promueven el uso del lenguaje inclusivo y los calificó de “secta”.

-¿Cómo fue tu inicio en el arte literario?

-“Tenía 19 años recién cumplidos, llevé una nota a la redacción de la revista Humor, tan significativa para los argentinos, de la editorial Urraca. La recibió Gloria Guerrero que escribía en las páginas de rock que la vio y me dijo: “ésta la voy a llevar a la revista Fierro (de la misma editorial). Entramos a la redacción de la Revista Fierro y estaba Juan Sasturaín jugando al fútbol sentado en una silla, con una bola de papel. Me tomó la nota, a los días me llamó, me dijo que le gustó y que me la iban a publicar. En julio del 86 me publican la primera nota la revista Fierro, muy cerca del “mundial” de Maradona. Me acuerdo porque la tapa previa era Diego Maradona dibujado como un robot por el gran dibujante (Oscar) Chichoni. Y en el número siguiente salió mi nota que se convirtió en una sección porque comencé a publicar todos los meses un ensayo sobre historieta. Fue la primera nota que me pagaron y es un dinero bendito el que te pagan por trabajar y el milagro de que sea trabajar en tu vocación. Todo eso me representa Fierro para mí y cada vez que me acuerdo me vuelvo a conmover”.

-Señalaste en una entrevista que la revista Fierro era tu jardín de infantes, tras estos años de trayectoria, ¿en qué nivel dirías que te encuentras?

-“Y yo nunca hice la universidad, mi universidad en cuanto a mi carrera es Clarín: hace 11 años que estoy cursando, publicando ininterrumpidamente un cuento todos los sábados. Agradezco de todo corazón a ese diario por ser tan hospitalario conmigo. Es uno de los sueños como escritor saber que todos los sábados puedo compartir con el lector un cuento, una historia inventada. Y un diario me lo permite y que tiene doble valor, porque el diario es para las noticias y a mí, me dan el privilegio inmenso de poder inventar. Eso en Clarín. Y ahora estoy en un trabajo, que estoy muy agradecido con Jorge Fernández Díaz y a todo el personal de Radio Mitre, en el programa ‘Pensándolo bien’. Es un trabajo que para mí, es una alfombra roja en el periodismo”.

Familia, infancia y escuela

La historia de la familia de Marcelo Birmajer es sorprendente. Su abuelo materno vino como polizón en el último barco desde Polonia rumbo a América, un día antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Sus otros abuelos provinieron de distintos puntos de Europa y hasta de Medio Oriente. Todos coincidieron en la Argentina, el país del cual el literato se siente orgulloso, y que lo vio crecer en el barrio de Once en la Ciudad de Buenos Aires, y asistir a escuelas públicas que le dieron la formación y el estímulo necesarios para ser hoy un afamado escritor.

Acerca de su familia, cuenta con orgullo: “Soy un descendiente de judíos de todas partes del mundo, mi abuelo materno Trau venía de Polonia, escapó como polizón el último días antes de que estallara la guerra, en el mismo barco que (Miguel) Najdorf el gran ajedrecista. Mi abuela Babor que se casó con mi abuelo Trau, era una judía siria así que venía de medio Oriente. Mi abuelo paterno Abraham, era rumano de Mesarabia cuando Mesarabia era Rumania y mi abuela paterna era Sofía Gavensky que venía de Lituania. Así que ese es mi punto de partida proteico y mapamundi. Mi padre era Boris Birmajer, nacido en la Argentina, contador como yo, pero en los números. Mi madre que vive aún, Ana Perla Trau, también nacida en la Argentina”.

Sobre su niñez, recuerda con afecto que se crió “en el barrio de Once, un barrio de clase media, como dice Jorge Fernández Díaz, ‘del país bueno’. Un barrio abiertamente judío en el sentido que era un barrio laico, pero con mucha influencia judía: todavía no habíamos recibido la fértil afluencia de los coreanos, peruanos, los paraguayos que terminaron de condimentar a un barrio de por sí ya cosmopolita. Fui pocos años a colegios judíos, el resto de mi educación primaria y secundaria fue en colegios públicos y mi esparcimiento en un club estatal, el club Gas del Estero”.

Marcelo Birmajer también vivió un par de meses como ciudadano en Israel, “porque mis padres se divorciaron y mi madre cuando tenía 4 años nos llevó a vivir a Israel, pero duramos tres meses y regresamos a este destino argentino del que tan orgulloso estoy. Amo profundamente a mi país, soy 100% argentino y soy 100% judío”.

Educación y críticas a Alberto Fernández

Acerca de su profesión, el escritor confesó que le debe “todo a la educación pública, soy para bien o para mal de los que me leen y por ahí no les gusta, producto de la maestra Estefanía de primer grado del Colegio Cornelio Saveedra; de la profesora Alberti de cuarto grado, de mi profesor Cytrynblum, de la profesora Bruzzone del Mariano Moreno. Les debo a ellos el acercamiento a la literatura, a la historia, profesores que me descubrieron, que encontraron en mis letras algo de valor, que me ayudaron a progresar. éramos alumnos de todas las clases sociales, de todas partes del país, de culturas y etnias muy distintas, pero que confluíamos en un mismo proyecto”.

“Eso fue algo muy productivo, por eso me dolió tanto cuando el actual gobierno de Alberto Fernández comenzó a analfabetizar a los niños y arruinó a la educación argentina como nunca ningún gobierno de ninguna época esta nación”, dijo al criticar el cierre de las escuelas durante la pandemia.

-¿Por qué fuiste muy crítico del manejo de la pandemia por parte del gobierno? ¿Te afectó?

-“A mí en lo personal no, vivo encerrado escribiendo. Lo que me afectó fue por mis compatriotas, fui testigo de cómo arruinaron a la educación pública. El presidente Alberto Fernández cerró las escuelas del país sin ningún justificativo, sin ninguna necesidad, por el mero afán de analfabetizar, por el mero afán de apagar la luz que había prendido Domingo Faustino Sarmiento. El presidente Alberto Fernández en particular odia la educación y arruinó una de las pocas cosas que funcionaban bien en este país: que los hijos del pueblo nos reuníamos en los colegios para aprender un idioma en color. Quieren intrusarnos con un idioma absolutamente compulsivo, coercitivo que es hablar con la e, le han quitado a los hijos del pueblo el idioma del país”.

-No compartes el uso del lenguaje inclusivo.

-“Creo que cada secta tiene la libertad de hablar como se le antoje; hay libertad de expresión, hay libertad de culto. Lo que es inadmisible es que traten de imponerla”.

-¿Por qué hablas de secta?

-“Porque el que habla con la e, en vez de hablar con el lenguaje de la lengua popular argentina que es la que nos enseñaron en el colegio, la que votamos cuando elegimos un partido político, la que manda nuestra Constitución, el español, es un secta que elige hablar en un idioma distintos de loa argentinos. Eso nadie lo votó, nadie lo eligió, nadie lo propuso, es una intrusión en nuestro lenguaje. Que cada secta hable como quiera en la vida privada, pero que no la impongan en los decretos, en la escuela, en la vida pública”.

Desde que se permiten los espectáculos, has iniciado una gira por todo el país, llevando un show a los escenarios combinando literatura y música.

“La verdad que estoy feliz; estoy haciendo ‘Birmajer se hace cuento en vivo’ y espero ir pronto a Santiago del Estero, que me esperen ahí porque voy a ir. Me gusta contar mis cuentos, me gusta que me acompañe a la música mientras narro. Dios a veces nos hace el chiste malo de darnos una vocación para lo que no tenemos talento. Y la mía también es la de ser artistas de variedades, en la radio digo artista de vaguedades, eso sí lo soy. Pero a mí también me hubiese gustado cantar, actuar, y bueno a lo que sí llegué y yo creo que si lo hago bien, es a contar cuentos acompañados por músico. Y yo quiero pasar el resto de mi vida haciendo eso, quiero ir por todos los escenarios del país y del mundo. El 6 de enero del 2022 me voy a presentar por segunda vez en el Instituto Cervantes, que es la gran institución de habla hispana en Israel haciendo también ‘Birmajer se hace cuento en vivo’. También espero ir a España, pero primero quiero recorrer todo el país, mi tierra, en lugares grandes y chicos, llevando mis cuentos”.

-Como alguien tan identificado con la lectura, ¿qué significación haces de que el Diario EL LIBERAL esté cumpliendo 123 años y siga vigente?

-“Primero te voy a decir que el título resulta muy auspicioso. Y me fui convirtiendo en un liberal a través de mi vida adulta. De hecho para mí la adultez fue dejar de ser de izquierda e ir convirtiéndome cada vez más en un hombre de la libertad. Es el concepto central de mi existencia, lo es de mi tribu, los judíos; lo es de mi nación, la nación Argentina y lo es de mi pensamiento como individuo. Nuestro himno repite tres veces la palabra libertad, yo la repito todos los días por lo menos una vez. EL LIBERAL me identifica, llevar adelante un diario durante 12 años en este país es una vocación de paz, de cultura y de trascendencia. Muchas veces dije que morir por algo lo hace cualquiera, incluso lo dije en esta entrevista; ahora, trabajar, pagar tus impuestos, levantarte a las ocho de la mañana, mantener un diario, tener trabajadores, estar atento a quién compra el diario, conseguir avisos publicitarios, etc., eso solamente lo pueden hacer los héroes”.

El crimen de su hermano, una cicatriz que no cierra

A fines de 2015, su hermano menor el rabino Eduardo Rubén Birmajer es asesinado a cuchilladas por dos terroristas palestinos, en Jerusalén, en plena vía pública. Este crimen marcaría la vida de Marcelo Birmajer.

“El 23 de diciembre de 2015 dos fundamentalistas islámicos palestinos asesinan en Jerusalen a mi hermano menor, Eduardo Rubén Birmamer, lo asesinaron a cuchillazos a traición como es forma: ya sean suicidándose o acuchillando para luego morir, siempre a traición. Nunca con cierta norma de honor. Las guerras son absurdas generalmente, pero cuando se enfrentaban los griegos y los troyanos en el campo de batalla, Aquiles contra Héctor, había dos combatientes armados con sus respectivas corazas, sus armas, acá era por la espalda. Es una cobardía no solo porque los dos terroristas estaban armados y mi hermano no, sino porque literalmente fue por la espalda. Define al movimiento fundamentalista islámico la cobardía. El no amor por la vida, la indiferencia hacia la muerte no representa al coraje: hay gente que muere, se mata o mata por amor, hay gente que muere por dinero, pero valiente es el que ama la vida y defiende la causa justa, el valiente es el que supera al miedo, no el que no le teme a la muerte”, sostiene el escritor.

Sin saberlo, unos días antes de morir y sin avisar, Eduardo Rubén, el hermano asesinado de Marcel Birmajer, llegó desde Israel a la Argentina para visitar a su familia. Tiempo después, el escritor entendería que fue una manera de despedirse.

“Yo soy un hombre básicamente racional, pero cuando ocurre algo más allá de la razón, negarlo es una superstición. él vino una semana antes y mejoró todo en mi vida, me salvó de muchas cosas. Vino sin avisar, es muy raro eso, muy extraño. De pronto apareció en Buenos Aires sin avisar, y estuvo acá, tengo las pruebas, nos abrazamos. Se fue y mejoró mi vida literalmente, la cambió, vino y cambió mi vida. Y se fue y lo mataron”, recordó con dolor.

-Si hubieses sabido que lo iban a asesinar, en ese último abrazo hubiera sido eterno, nunca lo hubieras soltado.

-“Creo que había que soltarlo y que ahí hubo un intercambio, no había manera de cambiar ese destino. Pero le debo mi vida, porque lo que él hizo salvó mi vida. No lo voy a especificar, pero él hizo un milagro”.

-¿Cómo se sobrelleva un dolor así?

-“No se sobrelleva, no se aprende nada, no se puede hacer el duelo. El dolor sigue presente, y ni siquiera sirve el odio porque afortunadamente a los dos asesinos los mataron inmediatamente. Se hizo justicia, es un alivio no tener que pensar que están vivos los asesinos. Pero no hay manera de sobrellevar eso, ni con la literatura, ni con amor, es un rayo que te atraviesa y te deja el alma quemada para siempre”.

“El pacto con Irán es una de las revelaciones más extraordinarias del periodismo argentino en toda su historia”

En un momento, la entrevista se conduce hacia la relación laboral y de profesor-alumno que tuvo Marcelo Birmajer con el periodista José “Pepe” Eliaschev. Fue entonces que reivindicó la figura del comunicador que en su momento fue cuestionado por haber relevado el pacto con Irán.

-Tu vínculo laboral con el periodismo viene de hace años. Trabajaste con el fallecido “Pepe” Eliaschev en radio. ¿Cómo fue esa experiencia?

-“Pepe era una personalidad muy singular, muy agudo, muy generoso, sabio. Compartíamos cierto ámbito de artistas de variedades; él había ejercido muy distintos oficios, había viajado por el mundo como corresponsal y por mi necesidad de trabajo, necesito hacer trabajos muy distintos, coincidíamos en esa promiscuidad laboral, pero ‘Pepe’ había llegado a ser un best seller, uno de los periodistas más escuchados de la radio, que incursionó en la televisión. De modo que yo era un alumno de él, no formal sino vocacional y él tuvo la generosidad de darme un espacio en su programa, que era uno de los más relevantes del espacio radiofónico”.

-Fuiste un defensor de Eliaschev cuando fue cuestionado por haber denunciado un pacto entre el gobierno argentino y el régimen iraní. Con todo lo que se conoció después, ¿consideras que fue reivindicada su figura?

-“Qué pertinente tu pregunta. Primero digamos que es una de las revelaciones más extraordinarias del periodismo argentino en toda su historia. él descubre que Cristina Fernández de Kirchner, a través de su canciller Héctor Timerman, arregla para que los iraníes acusados de la peor masacre del terrorismo internacional que sufrió nuestro país puedan quedar libres sin juicio ni cargo. Y no solo que el canciller Timerman lo insulta, lo desmiente, miente aborreciblemente sobre la primicia absolutamente comprobable que consiguió Pepe, sino que poco tiempo después fallece de cáncer (Eliaschev). Y hoy los cómplices de la teocracia iraní, los kirchneristas tienen el tupé de acusar a quienes denunciamos al canciller Timerman de haberle provocado la enfermedad. Yo no creo que las acusaciones contra Pepe le hayan provocado la enfermedad; muchos menos las acusaciones complemente justificadas contra Timerman.

-El atentado en la Amia tuvo muchos entretelones posteriores: el juez de la causa juzgado por encubrir, el memorándum, la muerte del fiscal Nisman que denunció a la expresidenta. Como guionista, ¿hubieras imaginado semejante trama?

-“Yo hubiera escrito un guión empezando en 2013-14, cuando Alberto Fernández denuncia el memorándum de entendimiento, que la palabra tendría que haber sido de colaboracionismo con la República Islámica de Irán. Lo denuncia como prueba en sí del delito el actual presidente, en aquel entonces un mero opinador público. Después, lo pondría como presidente diciendo todo lo contrario. E iría haciendo un flashback sucesivo hasta llegar al atentado, porque cuando Cristina Fernández de Kirchner dice ‘éramos muy jóvenes’; o Zannini que no tenía la menor idea cuando pusieron la bomba -que en realidad fue un atentado suicida-, o que Parrilli tenía pelo: siempre con Parrilli tiene un problema Cristina Fernández de Kirchner con la palabra pelo delante de lo que viene después”.

“La acusación que se le hace no es que ella participó de la planificación del atentado, a nadie se le ocurrió. De hecho fue muy firme en pedir la extradición y la presentación ante los tribunales argentinos de los acusados iraníes. De lo que se le acusa es de haber hecho exactamente lo contrario de lo que había exigido en 2007 y 2009; hace una vuelta geopolítica incomprensible para dejar libres a los acusados. Se defiende de algo de lo que no se le acusa y mantiene la culpabilidad en algo de lo que no rinde cuentas”.


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