Aniversario 210 de la creación de la Bandera Nacional

En oportunidades, uno suele encontrar un texto que le resulta extraordinario no solo por su contenido novedoso sino por el arte didáctico de enseñanzas. Tal el caso del ensayo del Dr. Guillermo Carrillo Bascary, abogado constitucionalista, vexilólogo y un apasionado de la investigación histórica. En la edición N° 19 de la revista digital "Belgranianos" publica un ensayo titulado "La bandera que nació en Tucumán, triunfó en Salta y desapareció en Buenos Aires". Con su anuencia utilizo fragmentos del mismo para elaborar el presente artículo.

Todos conocemos que la primera bandera creada por Belgrano fue la enarbolada en la villa de Rosario, el 27 de febrero de 1812 sobre la batería "Libertad". También sabemos de propia boca del General que tuvo los colores blanco y celeste como los tenía la escarapela también creada por él. Acompañamos a Bascary cuando afirma que ya no se puede dudar que aquella bandera tenía dos franjas blanca y celeste, horizontales superpuestas y que su creador le dio significancia de bandera nacional.

También se nos dijo que el Triunvirato de Buenos Aires se enojó mucho y le ordenó guardarla. El autor nos explica que esta bandera fue guardada por el encargado de la guarnición Rosario y que nunca más se supo de ella (Belgrano ya había partido hacia Jujuy). Pero no sería esta la única bandera creada por el Gral. Manuel Belgrano.

Ya en Jujuy, Belgrano crea una nueva bandera. Idéntica en colores y dimensiones a la de Rosario. Esta insignia fue bendecida en la catedral previo a la jura de obediencia del ejército al nuevo gobierno patrio el 25 de mayo de 1812. También le asigna al símbolo trascendencia de insignia nacional. La respuesta de Buenos Aires fue más grave pues le ordenó deshacerse de ella. Y así lo debe haber hecho conociendo la conducta de obediencia del general a sus autoridades. Esta bandera también desapareció de la historia.

Esto explica porque Belgrano pelea en el campo de las Carreras con un ejército sin bandera. Interesante dato que no se repite con frecuencia en otros autores.

Después de la Batalla de Tucumán, Belgrano crea una tercera bandera, pero con fino tino, la llama “bandera del ejército”. Táctica inteligente para evitar la desaprobación de Buenos Aires, pero al mismo tiempo, ratificar el sentido de independencia nacional que le otorgaba a la misma.

Según documentación el encargo de la compra de la tela y confección de la bandera fue responsabilidad de Vittorio Tedín. El gasto fue de 15 pesos. Se pagaron con recursos del Regimiento 6.

Con esta bandera confeccionada en Tucumán, partió el Ejército Auxiliar hacia Jujuy y el Alto Perú. Al llegar al Pasaje del río Juramento, Belgrano hizo jurar, primero obediencia a la Asamblea del año XIII, recién instalada y en el mismo acto jura a la bandera.

Como prueba de tal situación recuerda el testimonio del militar santiagueño, Cnel. Lorenzo Lugones “se presentó en el campo el General Belgrano con una bandera blanca y celeste en la mano que la con mucha circunstancia y reverencia colocó en un altar (…) y concluye diciendo: “Este será el color de la nueva divisa con que marcharán a la lid los nuevos campeones de la Patria” (Carrillo Bascary, G.p.28).

Avanza el autor para hacer mención a la actitud de Belgrano en las derrotas de Vilcapujio y Ayohuma. Vuelve a rescatar los testimonios del General Paz y el Cnel. Lorenzo Lugones que coinciden en referenciar que el desastre fue general, pero que la bandera no se perdió porque siempre estuvo retenida fuertemente por las manos del General. Esta es la bandera “vieja” que Belgrano entregara a la Virgen de la Merced cuanto la nombró Generala del Ejército. Más tarde fue trasladada a Buenos Aires y, curiosamente, en poco tiempo desapareció para siempre.

Es interesante más allá de las noticias históricas que desgrana el texto observar, entre líneas, la diplomacia inteligente desplegada por Belgrano para que ningún poder le impidiera entregar al país su “bandera nacional”.