“La caída de haberes, lleva a que ser jubilado y ser pobre sea lo mismo” “La caída de haberes, lleva a que ser jubilado y ser pobre sea lo mismo”
El Dr. Eugenio Semino,
Defensor de la Tercera
Edad, se refirió a la
situación de empobrecimiento
de los jubilados
y pensionados ante el
contexto inflacionario
actual, a la vez que alertó
por la situación del
sistema previsional que
“es una fábrica de pobreza
e irá aumentando
su producción”.
Semino, también
presidente de la Sociedad
Iberoamericana de
Gerontología y Geriatría,
indicó a EL LIBERAL
que “hace ya varios
años que los jubilados
dejaron de hacer
malabares para llegar a
fin de mes porque simplemente
no llegan, sin
importar lo que hagan.
Siendo el haber mínimo
el equivalente a un tercio
de lo que se necesita
para vivir, no hay manera
de estirar el ingreso
o de administrarlo para
que alcance”.
Sostuvo que “nadie
se acomoda a vivir con
un tercio de lo mínimo
que necesita. Lo que se
hace es buscar otro ingreso,
pedir plata a familiares
y amigos o endeudarse.
El problema
no solo afecta a quienes
reciben la mínima,
dado que la mayor parte
del resto de los jubilados
cobra entre
$40.000 y $60.000, alrededor
de la mitad de
los $100.000 que necesitarían
para cubrir su
canasta básica”.
Puntualizó que “la
pauperización del haber
lleva a que ser jubilado
y ser pobre se conviertan
en términos intercambiables,
a menos
que uno se haya consolidado
a lo largo de la vida
una posición económica
holgada”.
Agregó que “si jubilarse
es empobrecerse,
entonces, todos los problemas
que corresponden
a la pobreza, y que
son también problemas
de la sociedad y del Estado,
se suman a los que
ya de por sí pueden venir
con la edad”.
Destacó que “una persona
de edad avanzada y
sin recursos económicos
está totalmente excluida
del circuito del consumo,
por lo cual no contribuye a
la circulación de la riqueza
dentro de la propia sociedad.
Por otra parte absorbe
recursos de otros lados.
Necesita la asistencia económica
de su familia, convirtiéndose
para ésta en
una carga y deteriorando
su situación económica”.
Semino recordó que
“venimos de una sociedad
que tenía condiciones
que, desde la perspectiva
actual, parecen soñadas:
pleno empleo, pobreza de
un dígito, uno de los mejores
sistemas de salud y de
educación públicas de la
región y la posibilidad real
de acceder a una vivienda
propia. Esto significa que
la proporción de personas
que lleguen a jubilarse con
recursos económicos propios
que les permitan sustentarse
va a ser cada vez
menor en el futuro”.
Puntualizó que “tal como
está planteado, el sistema
previsional argentino
no es más que una fábrica
de pobreza que irá
aumentando su producción
con el paso del tiempo.
Lógicamente el aumento
de la inflación
contribuye a profundizar
la gravedad del cuadro”.
Destacó que “si afirmamos
que la inflación
ya no impacta en las jubilaciones,
es porque el
deterioro de éstas es tan
grande, que ya no pueden
ser consideradas jubilaciones.
Son, en todo caso,
subsidios que se devalúan”.
Detalló que “ante semejante
escenario es imperioso
cambiar el eje de
la discusión y dejar de
preguntarnos cómo hacen
los jubilados para sobrevivir,
para empezar a
preguntarnos cómo hace
la sociedad en su conjunto
para salir adelante sin
sistema previsional”.
Semino sostuvo que
“es necesario acordar entre
todos los sectores una
política estructural coherente
y realista que trascienda
las diversas gestiones
y que tenga como objetivo
llevar la jubilación
mínima al nivel de la Canasta
Básica del Jubilado.
Y que garantice, a su vez,
la actualización de todas
las jubilaciones, incluidas
las mínimas, de acuerdo
con la tres paritarias más
altas del año”.








