“ACUSADA”, TRAGEDIA QUE DIVIDIÓ AL PAÍS “ACUSADA”, TRAGEDIA QUE DIVIDIÓ AL PAÍS
Los primeros días de enero de 2022
prescribió una causa muy renombrada,
que mantuvo a la opinión pública interesada
en cada detalle durante años.
El periodismo supo dosificar en cuenta
gotas la información que había, mientras
llenaba horas y horas de cobertura.
Con la subjetividad de siempre, alternando
hechos con opiniones. La causa
se bautizó mediáticamente como el
“Caso Lucila Frend”.
La víctima del crimen
fue Solange Grabenheier, pero curiosamente
el caso tomó, contra la dinámica
que suele operar, el nombre de
la única acusada. El juicio se celebró en
su momento y Frend fue absuelta.
En
2013 se confirmó la absolución y ésa
fue la última movida judicial antes de
la prescripción.
No obstante, el público en general
no quedó satisfecho ante el conformismo
de una sentencia que absolvió por
falta de pruebas pero no halló ningún
otro sospechoso.
Quizá por eso un filme de 2018 generó
especial interés.
En efecto, ésta es la historia que el
film de Gonzalo Tobal, director y guionista,
recogió para contar en “Acusada”.
A pesar de que, por cuestiones legales,
la producción no pudiera explicitarlo
ante la prensa.
Las divergencias, que no son muchas,
no acallaron las similitudes innegables
entre el caso real y esta ficción
cinematográfica.
Un video de alto contenido sexual
El asunto que aborda fue cómo continúa
la vida de “Dolores Dreier”, inspirada
en la figura de Lucila Frend, después
del crimen de “Camila Nieves”
(Solange), quien aparece muerta en el
departamento que ambas habían compartido.
Una pelea que ocurre en el filme
por un video de alto contenido sexual
presuntamente registrado y viralizado
por Camila , desata la separación
de las amigas y la mudanza de Dolores.
Pero luego, unos días antes del crimen,
se amigan. En ese contexto acude
la acusada a la fiesta que Camila ofrece
en el departamento en que habían convivido.
Dolores toma lo suficiente para
quedarse dormida y, según su versión,
al despertar, se retira hacia su trabajo.
Camila sigue sin contestar los mensajes
y crece la preocupación del entorno.
Un grupo de amigos, por pedido expreso
de Dolores, acompaña a la joven, pero
finalmente ella no se atreve a ingresar.
Dentro, los amigos hallan el cuerpo
inerte de Camila en un sillón del living.
En el referente real, la pelea no se
produce por los mismos motivos. Se
trata de un conflicto pasional. Una especie
de triángulo de traición entre Dolores,
Camila y el novio de una de ellas.
Aun cuando los hechos son de corte
policial, el relato no lo es. No se investiga
un crimen ni irrumpe un detective
que lleva a cabo la pesquisa.
En cambio,
el tema es la supervivencia de la
acusada y los vericuetos judiciales que
se ponen en juego para probar su culpabilidad.
Rigor histriónico de Lali
La puesta en escena fue protagonizada
por Lali Espósito, quien despliega
un sorpresivo oficio de rigor histriónico.
Y no es excepción en eso, aunque
la vara se haya puesto bien alta cuando
conocimos que los actores eran consagrados
en su mayoría.
El casting es una de las mayores
fortalezas del filme. Leonardo Sbaraglia
interpreta al padre de la acusada.
Inés Estévez aparece como la madre de
la chica y Daniel Fanego hace las veces
de abogado defensor de la familia
Dreier. Pero incluso personajes de segunda
y tercera importancia son interpretados
por actores de primer nivel:
Gerardo Romano y Gael García Bernal
son ejemplo de ello. El mexicano representa,
con bien compuesta tonada argenta,
a uno de esos periodistas amarillistas
que abundaron en el tratamiento
mediático del caso.
El guión y un prejuicio
El guión tracciona utilizando un
prejuicio considerado casi una razón
universal en nuestra sociedad y es que
las clases altas son encubridoras natas
de iniquidades.
Los personajes menos
corruptos coinciden con un novio
mucho más humilde y una amiga cuyo
comportamiento revela una educación
menos prudente y conservadora.
Sin embargo, si el punto de partida
es un caso real, no está de más recordar
que la víctima compartía status social
con la acusada y tenía al menos los
mismos recursos económicos.
El personaje del hermano menor de
Dolores es una de las inclusiones más
efectivas del texto, porque permite vislumbrar
el dramatismo de los hechos
más allá de la perspectiva de la protagonista.
El resultado
El resultado de esta obra, para quienes
seguimos el caso en los noticieros
televisivos, diarios y revistas, puede alcanzar
la calificación de “muy satisfactorio”.
No parece ser igualmente hábil
el relato si se desconoce el referente
real.
De cualquier manera, vale la pena
verlo aunque no sea más que para
admirarse del trabajo del guión, escrito
en colaboración por el mismo director,
y de las actuaciones destacadas. O,
quizá, para conocer una aproximación
a una tragedia que dividió al país. Entre
quienes creyeron y quienes no creyeron
en Lucila Frend.
Un gran elenco
Además de Lali Espósito, el elenco
está conformado por Leonardo Sbaraglia,
Inés Estévez, Daniel Fanego, Gerardo
Romano, Gael García Bernal,
Daniel Campomenosi, Emilio Vodanovich,
Ana Garibaldi, Rodolfo Barili y
Cristina Pérez.








