DRAMA AMARGO CON LA POÉTICA OSCURA DEL POLICIAL NEGRO

POR

HERALDO

PASTOR

POR HERALDO PASTOR

El dramaturgo, director teatral y novelista Gonzalo Demaria dijo en una entrevista con EFE que su película debut no puede incluirse dentro del género carcelario, sino que va por "otro carril" alejado de lo realista y más próximo a lo poético. Es cierto que, aunque buena parte de la trama de "Nene revancha" transcurra en una prisión, resulta llamativa la moderada violencia que exhibe, si la comparamos con otros ejemplos locales, como las exitosas series "El marginal" o "Tumberos". Las situaciones de tensión son leves y no se apela tanto al golpe bajo y el hiperrealismo de las realizaciones mencionadas.

Es más, se podría preguntar si la lógica dramática del comportamiento DE estos internos, jóvenes gruñones eso sí y mostrándose siempre como "gallitos", pero a la vez demasiado contenidos, tiene que ver con su situación de criminales de delitos menores y con condenas breves. Esta prisión se muestra como una especie de unidad de transición, con solo unos cuantos internos que, ante cualquier inconducta, se arriesgan a ir a un penal de máxima seguridad. Las diferencias, pues, se dirimen en combates de boxeo supervisados por el propio personal de la institución.

Precisamente, a Darío Rojas, el Nene (tal su apodo) del título, hijo de un conocido boxeador ya fallecido, el Furia Rojas, le faltan pocos días para salir en libertad, de modo que se cuida. En esa circunstancia, ingresa en la unidad carcelaria otro joven, Leandro, que resulta ser hijo de otro púgil, Teodoro "el Gallo" Basanta causante de la muerte del Furia en el ring. No hace falta ser adivino ni estaríamos cayendo en un espoiler si decimos que para el Nene esta casualidad se le presenta como la ocasión ideal para tramar una venganza. El título ya lo anticipa, aunque utiliza "revancha", un término más común en el ámbito del deporte, sobre todo el de los puños. Así, la narración se divide en dos claras partes: la primera, en prisión; y la segunda, en el exterior.

El primer segmento, aparte del rasgo descripto (o quizá por ello) parece la excusa para un espectáculo "hot", casi diría de interés gay, arte homoerótico, con mucha testosterona, mucho músculo, desnudos totales masculinos (casi no queda actor en toda la película sin mostrar sus "encantos") y alguna escena de sexo. José Jiménez Zapiola, como el Nene, conocido por sus papeles en series juveniles, tiene el "physique du rol" para este villano sexi. Llama la atención que los actores enuncien sus parlamentos de manera bastante monocorde (sumado al acento porteño, que a veces complica entender las palabras). Aunque Demaría esté debutando en la dirección de un largometraje, tiene mucha experiencia en el ámbito del teatro, por lo tanto conoce de pautas dramáticas y dicho rasgo seguramente haya sido intencional, quizás para dotar de mayor dureza a sus personajes; además, habrá influido la presencia en el elenco de algunos actores no profesionales, incluso un expresidiario.

Demaría maneja algunas sutilezas, detalles que se pueden entender recién cuando ya ha promediado su relato. Agrega detalles de la historia en forma paulatina para posibilitar la participación del espectador. Va graduando hábilmente la tensión del drama que realmente no puede decirse que sea del subgénero carcelario; pero tampoco es que tenga un tono poético, como dice el autor, aunque tenga algunos rasgos surrealistas hacia el epílogo. Salvo que se haya referido a la poética áspera del policial negro, que "Nene revancha" deriva hacia eso, con su galería de perdedores, sordidez de ambientes y situaciones, y el impulso criminal siempre latente.