12 de Febrero – ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE CHACABUCO

En la fecha, recordamos el 207 aniversario de la Batalla de Chacabuco, librada en la cuesta del mismo nombre, en territorio chileno, a unos 55 km al norte de la Capital, Santiago. Mantener en la memoria este rotundo triunfo del Ejército de los Andes, comandado por el General José de San Martín, frente a las tropas realistas dirigido por el Coronel Rafael Maroto, conlleva la necesidad espiritual de recordar con honor a los valientes soldados, oficiales y jefes que no solo devolvieron la libertad a Chile, sino también dieron inicio a la gesta libertadora de medio continente americano, tal como lo había planeado el Gral. San Martín, desde su llegada a Bs. As. y su experiencia primera con el Ejército del Norte.

Pero, con el propósito de entender mejor su significado, debemos, previamente, hacer mención al Cruce de la Cordillera de los Andes por San Martín y su Regimiento de Granaderos a Caballo, considerado dentro de la historia militar universal como un caso único, sin antecedentes similares y por lo tanto, un hecho irrepetible, por las condiciones de su contexto temporal y geográfico. 

Sin embargo, algunos historiadores, incomprensiblemente, quieren asimilar este hecho con el cruce de los Apeninos, realizado por Aníbal, general cartaginés, en el 218 a. C., o con el cruce de los Alpes por Napoleón Bonaparte en el año 1800 con el ejército francés. Tal postura no se sostiene, por muchas razones, entre las cuales señalaremos las siguientes:

-La Cordillera de los Andes es la cadena montañosa más elevada del globo (5.000 mts.)

-Es un conjunto de cordones montañosos y no una sola elevación como los Alpes o los Pirineos

-Su travesía se realizó a campo descubierto, es decir, soportando obstáculos físicos, geográficos extremos, tales como frío intenso, con ventisca constante; recorrido extenso utilizando senderos estrechos y casi desconocidos; sin ningún apoyo logístico posible ante la inexistencia de caminos transitados o poblaciones estables.

-El cruce fue realizado por 6 pasos diferentes. Dos eran las columnas fuertes y cuatro actuaron como agentes distractivos. La comandada por Juan Gregorio de Las Heras uso el paso de Uspallata, la otra, utilizó el paso de Los Patos, dirigida por San Martín como Comandante en Jefe y Bernardo de O?Higgins, patriota chileno, y Estanislao Soler como Jefes de División. Finalmente, las dos columnas volvieron a juntarse y fijaron campamento en el Curimón mientras las fuerzas realistas se apostaban en la estancia de Chacabuco.

El 8 de febrero, San Martín, ante la necesidad de conocer en detalle la posición del enemigo, envía al campesino chileno Justo Stay o Estay, baqueano de su entera confianza, además de hábil espía, El 11 regresa el enviado con una copia de las instrucciones secretas dadas por el gobernador Marcó del Pont, que los espias chilenos habían conseguido obtener de la Secretaria del gobernador de Chile.

Además, disfrazado de roto (pobre, sin recursos) había contado uno por uno los soldados enemigos cuando cruzaban el río Mapocho como también el armamento del que disponían. 

Estos datos hicieron que San Martín adelanta la batalla para el día 12. San Martín había dispuesta aplicar la táctica de pinzas en el campo de batalla. Al efecto, separó al ejército en dos divisiones. La comandada por José Estanislao Soler atacaría por el ala oeste y la dirigida por Bernardo O'Higgins lo haría por el este. En tanto, el propio San Martín avanzaría por el frente. Si bien es cierto hubo algunas confusiones y apresuramiento, al cabo de cuatro horas de combate la victoria del Ejército de los Andes fue total y completa. 

Al escribir el parte de guerra, San Martín informa del triunfo al Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, notificándole de la victoria obtenida, la cantidad de soldados muertos, de uno y otro bando, la cantidad de heridos y la toma de una bandera enemiga que remite a las autoridades de Buenos Aires.

Respecto a la cantidad de vidas perdidas en el Ejército de los Andes, si bien en el parte de guerra dá a conocer el número de 7 muertos y 26 heridos, no hay acuerdo entre los historiadores sobre la cifra definitiva, ya que algunos elevan la cantidad a un número más elevado teniendo en cuenta que no se menciona a la División del Regimiento de Zambos y Mulatos que fue destrozada totalmente.

Dos días después de Chacabuco, San Martín y su ejército entraron en Santiago, capital chilena. La ciudad estaba desierta, sin resistencia alguna y con su gobernador, Marcó del Pont, huyendo hacia Valparaíso, puerto al que no pudo llegar pues fue apresado en el camino, frustrándose así su fuga hacia Lima.

IMPORTANCIA DEL TRIUNFO DE CHACABUCO

En un análisis general es indudable su valor como victoria oportuna, además de crucial, habida cuenta que con la restauración de Fernando VII en el trono español se había iniciado una campaña de represión y disolución de todo movimiento revolucionario en América Española, cuyos jefes fueron torturados y fusilados en las cárceles o plazas públicas. Solo las Provincias del Río de la Plata mantenían en alto los ideales independentistas

De manera más precisa, podemos destacar tres aspectos:

En lo militar, confirmó que el éxito de la gesta libertadora descansaba en la disposición de ejércitos profesionales. Estableció el liderazgo indiscutido del Gral. San Martín como Jefe y Conductor del ejército libertador.

En lo estratégico, basta con citar el informe elevado por el virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela: "la desgracia acaecida en Chacabuco cambió totalmente el estado de la guerra". En otras palabras, plantea que vencer la revolución de las Provincias Unidas ya no era un objetivo alcanzable.

Por lo tanto, políticamente la victoria de Chacabuco insufló nueva firmeza y aires triunfales a las ideas de la libertad y la independencia, causa que encontró apoyo masivo entre los pueblos americanos.

No podemos dejar de mencionar las críticas que recibió San Martín por ordenar detener la persecución de los realistas que, como podían huían a través de las lomas. Esta decisión, opinan muchos historiadores, permitió que lograran unirse al resto de las fuerzas en Lima, y, especialmente, la sorpresa de Cancha Rayada. También están los que justifican la decisión en orden al protocolo militar que ordena no exigir esfuerzos extremos a la caballada y sus jinetes, que venían de soportar el esfuerzo del cruce de la Cordillera de los Andes, e inmediatamente soportar el desgaste y presión de un combate que duró muchas horas.

El gobierno de las Provincias Unidas otorgó a los vencedores de Chacabuco como distinción una medalla que encerraba entre dos ramas de laureles la leyenda: "La Patria a los vencedores de Chacabuco".

Finalmente, vale preguntarse cómo apreció San Martín, en su intimidad personal el triunfo obtenido. Él, en su nobleza y humildad, entendía que el mayor mérito lo tenía el pueblo de Cuyo, que supo responder con enormes sacrificios y donación espiritual a las exigencias de todo orden que les impuso para dotar al Ejército de los Andes de todo lo necesario para iniciar el camino hacia la libertad. El primer párrafo de la carta que dirigió al Gobernador Intendente de Mendoza, don Toribio Luzuriaga, el día 14 de febrero de 1817 desde Santiago de Chile, lo prueba de modo claro y preciso: "GLORÍESE EL ADMIRABLE CUYO DE VER CONSEGUIDO EL OBJETO DE SUS SACRIFICIOS"

Reitero que estas líneas de conmemoración responden al mandato dado por el propio San Martín a los patriotas del futuro:

"Al argentino libre corresponde transmitir a sus hijos la gloria de los que contribu-yeron a la restauración de sus derechos".

Por Clemente Di Lullo- Historiador

Presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Santiago del Estero-Capital.