Cómo se vivía la Pascua antes: el relato de una niña bandeña que se convirtió en abuela

A sus 81 años, doña María Josefina, "Pocha" para sus seres queridos, hizo una vez más el vía crucis, este año junto a sus parientes, vecinos y amigos de la parroquia La Salette. Y lo hizo en silla de ruedas, como antes lo hacía con su bastón y antes caminando. Y lo que antes hacía en compañía de su esposo, José Raúl Argañaraz, fallecido el año pasado, ahora lo hace con su hija y otros seres queridos.

Su hija, Claudia Argañaraz, directora del colegio Cristo Rey, fue la intérprete de su relato, debido a problemas de salud, padece afasia, un "desorden del lenguaje, la lleva a hablar con antónimos y sin respetar la secuencia de los hechos, pero ella sabe lo que quiere expresar, el problema es la oralidad o sea la expresión".

"Pocha" recordó cómo se celebraba la Pascua cuando era niña: con respeto reverencial hacia las 3 de la tarde, el horario que se cree murió Jesús en el Gólgota. El silencio reflexivo y amoroso por la memoria de quien dio su vida para salvar a la humanidad.

Testimonio de vida y fe

"Mi mami se llama María Josefina Céliz, en el barrio todos la conocen cariñosamente como doña Pocha porque creo que no debe haber ni un vecino que no recibiera ayuda de ella por su generosidad y don de buena gente. Nosotros pertenecemos a la pequeña Comunidad de Nuestra Señora de Luján, de la Parroquia de La Salette".

"Ella desde que yo tengo memoria participa en estas celebraciones litúrgicas... una mujer de fe inquebrantable, tal vez no practicante activa pero fiel a su Señor a su Virgen María casi en todas las advocaciones".

"Ella dice que desde siempre, desde que tiene uso de razón estas cosas las trae incorporadas, porque su abuelo (vivían en el campo) todas las noches los reunía antes de dormirse en sus camas que sacaban al patio, y les contaba de las estrellas, de la luna, y a través de historias les contaba pasajes de la Biblia. Ella cuando empieza a crecer y a tomar relación de las historias que les contaba su abuelo con lo que leía en la Biblia se asombraba porque el mayor conocimiento que ella tenía de Dios se lo había dado su abuelo Godoy".

"Él no solamente les contaba a través de historias sino que también les hacía vivir la fe a través de costumbres y tradiciones. Estas conmemoraciones ellos tenían una serie de rituales para celebrarlas. Especialmente, cada Viernes Santo, a las 3 de la tarde, en punto, todos paraban de hacer sus actividades; obviamente, no so podía escuchar música, había que apagar la radio. Y ellos quedaban en silencio, haciendo meditación y oración".

"La celebración de la Pascua era un acontecimiento muy caro para la fe y creencias de ellos, iban todos juntos a la casa del abuelo al campo, todos los hijos y nietos la pasaban juntos. Carneaba algún lechoncito y preparaban la comida en conjunto".

Relata Claudia sobre el saludo: "Todos los que llegaban ahí se saludaban con las Felices Pascuas y pidiéndose la Bendición, se bendecían entre ellos, y la tradición decía que era tana la alegría que tenían porque Cristo ha resucitado, que se regalaban dinero. Iban a saludar a sus mayores y los mayores tenían algo en sus bolsillos para darles, o si no dulces, caramelos. Obviamente, tampoco faltaba la rosca que se regalaban entre ellos".

"Después, en grande ha hecho su primera comunión, me acuerdo que yo la he preparado, pero en realidad a mí la que me ha impulsado en la fe ha sido ella".

"No había ningún vía crucis de los que se hacen en el barrio del que ella no participara. Antes caminando, después con su bastoncito, ahora en silla de ruedas, pero no deja de participar. Se emociona mucho ella cuando asiste y muy devota de María y todas las advocaciones. De todas las que pasan por frente de casa, siempre participa, especialmente la Virgen de las Mercedes. Ella suele esperar en la esquina y toda la cuadra suele cargar la imagen".

"Así siente ella el amor de Dios, impregnado en todo su ser, porque es lo que le ha dado fuerza en todas las adversidades que ha vivido, ella ha perdido dos hijos en un accidente, dos varones, los más pequeños, los más ansiados, los más deseados. Gracias a la fe se ha podido levantar y ha podido vivir eso realmente como un vía crucis. Yo creo que la vida de mi madre es pasar por las 14 estaciones, por eso ella lo vive tanto, comparte con Jesús esa crucifixión y muerte".