Por el Pbro. Mario Ramón Tenti.
El legado del papa Francisco El legado del papa Francisco
Poder expresar lo que significó el papa Francisco para la Iglesia y el mundo todavía con el dolor a flor de piel por su partida no es tarea sencilla. Sin embargo, creo que es necesario hacerlo, para guardar en la memoria y el corazón sus enseñanzas que nos llenan de esperanza.
A nivel eclesial impulsó la sinodalidad y la misión, nos recordó que la Iglesia existe para evangelizar, es decir llevar a Jesús a los demás para que lo conozcan, amen y sirvan en los hermanos, y esto desde una pedagogía colegiada entre todos los miembros que conformamos la Iglesia, cada uno desde su identidad ministerial y carisma propio. Una Iglesia en salida, como un hospital de campaña que sane las heridas de los que sufren, cercana a todos, en especial a los más pobres: "una Iglesia pobre y para los pobres". (Exhortación Apostólica La Alegría del Evangelio 2013).
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Regalo a la Iglesia santiagueña
A nuestra Iglesia santiagueña regaló la canonización de Mama Antula y la primatura a nivel país. Dos bendiciones extraordinarias que nos comprometen aún más a vivir las Bienaventuranzas del Reino.
Abrió las puertas de la Iglesia a los jóvenes, enamorándolos y entusiasmándolos en el seguimiento de Jesús (exhortación Apostólica Cristo Vive 2019), y a los sectores excluidos de la sociedad, discriminados por cuestiones raciales, de género y culturales. Los migrantes ocuparon un lugar privilegiado en su pontificado.
Creó espacios de encuentro y diálogo con otras religiones, propició el reconocimiento de todas las culturas enseñándonos a valorarlas y a descubrir en ellas la presencia de las "semillas del Verbo", es decir, de Dios que es uno sólo y se revela a sus hijos de muchas y múltiples formas.
Trabajó incansablemente por la paz del mundo.
Intento de muchas maneras mediar en conflictos bélicos instando al diálogo y acercamiento de los países y pueblos. La paz en el mundo fue una de sus prioridades. (Encíclica Todos Hermanos 2020).
Protección al planeta
La protección del planeta y el cuidado del medio ambiente ocuparon una parte importante de sus enseñanzas. El cuidado de la "casa común" y la dignidad de los pueblos originarios, como se revelaron en su Encíclica "Laudato Sí 2015" y su Exhortación Apostólica "Querida Amazonia 2020".
Lo que más valoro y creo ocupa un lugar central en su Ministerio Papal es habernos recordado y mostrado con palabras y gestos que Dios es un Padre de Misericordia, lleno de amor y ternura por sus hijos., siempre dispuesto a buscarnos para abrazarnos y perdonarnos invitándonos a una nueva vida. Ese Dios amor se ha revelado en su Hijo Jesús, que nos amó hasta el fin y dio su vida por nosotros (Encíclica Él nos Amó 2024).
Todo el pontificado de Francisco es una invitación a "volver al Evangelio", es decir, al mensaje central y esencial de Jesús que anunció que el Reino de Dios había llegado como una fuerza liberadora del mal y la muerte invitándonos a dejarnos sorprender por Dios que quiere nuestra salvación y felicidad. Los cristianos estamos llamados a ser santos, a dar testimonio con nuestra vida de que el Reino de Dios está presente y actuante entre nosotros, esa es nuestra misión: "tu propia misión es inseparable de la construcción de ese reino: "Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia» (Mt 6,33). Tu identificación con Cristo y sus deseos, implica el empeño por construir, con él, ese reino de amor, justicia y paz para todos". (Alégrense y Regocíjense 2018).
Seguramente, muchas otras cosas nos habrá dejado Francisco como legado. Que su vida y sus enseñanzas sigan siendo para toda la humanidad un faro de luz que nos anime en la esperanza y nos hermane en un abrazo planetario.