García Cuerva: "Hoy fue una jornada memorable para la iglesia argentina"

El Arzobispo de la ciudad de Buenos Aires se mostró muy entusiasmado al presidir la sesión de clausura del proceso diocesano de beatificación y canonización de monseñor Jorge Gottau. 

El Arzobispo Jorge García Cuerva, quien presidió esta mañana la sesión de clausura del proceso diocesano de beatificación y canonización de monseñor Jorge Gottau en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, aseguró que "hoy fue una jornada memorable para la iglesia argentina". 

En diálogo con Sergio Sayavedra, enviado de EL LIBERAL, García Cuerva reconoció que "el cierre de la etapa diocesana de la causa de canonización de Monseñor Jorge Gottau es, por supuesto, una enorme alegría para la diócesis de Añatuya, pero también lo es para toda la Argentina".

En ese mismo sentido, agregó que "sobre todo, es un día muy especial para la arquediócesis de Buenos Aires" y recordó "el proceso fue iniciado aquí, en el año 2010, por el entonces cardenal (Jorge) Bergoglio". 

Asimismo, destacó que "a Buenos aires y a Añatuya nos unen un montón de grupos misioneros y un montón de experiencias que, a lo largo del año, comparten los jóvenes de Buenos Aires que van a visitar distintos pueblos allí en el monte, en Añatuya". Experiencias que "seguramente los renueva en su fe y en su vocación", agregó.

El cierre de la etapa arquidiocesana significa que todo el expediente que reúne la investigación llevada a cabo durante esta primera fase será enviado al Vaticano para ser analizado. Es considerado un momento muy significativo, ya que marca el inicio de la llamada fase romana.

"El proceso de aquí en más es el llevar toda la información, todo el material, toda la documentación lacrada al Dicasterio para la Causa de los Santos. Va directamente a Roma y allí continúa todo el proceso", detalló el Arzobispo porteño.

Si bien, García Cuerva se mostró feliz y entusiasmado por este día, pidió prudencia a la comunidad y respetar los tiempos del proceso: "Estas cosas no hay que apurarlas. Por más que el entusiasmo hace que uno ya quiere ver en los altares a quienes comienzan su proceso, hay que saber que los tiempos de la iglesia y los tiempos en las investigaciones y estudios son lentos", sostuvo. 

"Si queremos un buen santo habrá que esperar", cerró.