Por Sergio Sinay
Oda a la serenidad Oda a la serenidad
Ángelo Giuseppe Roncalli murió el 3 de junio de 1983, a los 81 años. Fue Juan XXIII, el Papa Bueno. Ocupó su cargo durante 4 años y 218 días, elegido como un "Papa de transición", pero fue mucho más.
Dejó dos encíclicas memorables por la belleza de su forma y la trascendencia de su contenido. "Mater et magistra", que propone un orden económico basado en valores e igualdad, y "Pacem in Terris", que aboga por la paz, la aceptación y la convivencia.
También te puede interesar:
Amaba la vida terrenal y tenía el don de la comunicación. Cuando joven había escrito para sí mismo el Decálogo de la Serenidad, que dio a conocer luego en sus memorias tituladas "Diario del alma". Una lectura imprescindible en este tiempo turbulento y sombrío. Vale recordarlo:
1. Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
2. Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.
3. Solo por hoy, seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no solo en el otro mundo sino en este también.
4. Solo por hoy, me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5. Solo por hoy, dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Solo por hoy, haré una buena acción y no le diré a nadie.
7. Solo por hoy, haré por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere
8. Solo por hoy, me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y lo guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Solo por hoy, creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
10. Solo por hoy, no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad








