Lourdes Bravo Boláñez había sido noticia nacional hace 17 años cuando, a través de EL LIBERAL, la Cámara Argentina del Juguete conoció su historia y la premió por su dedicación al estudio. Hoy recibió su título universitario.
Un sueño sin barreras: la "reina del juguete" que se convirtió en ingeniera agrónoma Un sueño sin barreras: la "reina del juguete" que se convirtió en ingeniera agrónoma
Mirar hacia atrás, en ocasiones suele no ser recomendable. Sin embargo, ella elige repasar en todo momento su camino, para sentir el verdadero sabor de la victoria. En el 2008, Lourdes Bravo Boláñez con 12 años había sido elegida Reina del Juguete, una premiación que enaltece virtudes en los niños, por la Cámara Argentina del Juguete. Y hoy, a 17 años de aquel inolvidable momento, recibió el título de Ingeniera Agrónoma en la Unse.
Lo que pareciera ser algo lógico en la vida de cualquier persona, su historia es lo que la hace diferente al resto: aquella pequeña que en 7º grado se había convertido en Portadora de Bandera, y además recolectaba innumerables certificados de Asistencia Perfecta y Mejor Compañera, paradójicamente no contaba con ningún libro para estudiar y a diario transitaba casi dos kilómetros a pie para no perderse ni un día de clases. Y como todo en la vida de Lourdes pareciera costar un poquito más, a esa altura ya casi se había convertido en la aliada de su mamá para ayudar en la crianza de sus hermanos y los quehaceres del hogar. Ella los ayudaba con las tareas, mientras Juana, su madre, salía a trabajar para que, al menos, el plato de comida no les faltara.
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Esta parte de la historia fue contada por EL LIBERAL en la sección "Cuadro de honor", en junio de 2008. Y desde entonces, nada en la vida de esta niña fue igual.
En ese entonces, la Cámara Argentina del Juguete conoció su historia y decidió concederle el título de "Reina del Juguete". Y llegó la invitación a la Escuela Remigio Carol, de la ciudad de Beltrán, a donde ella asistía.
Detrás de aquel premio, había mucho más que eso: un primer viaje a Buenos Aires; un miedo latente de madre e hija que no sabían muy bien lo que estaba pasando, pero entendían que era algo bueno; y un cambio en el destino de Lourdes, que empezaba a florecer.
El día llegó. Viajó. Recibió su premio. Y desde entonces, "ángeles" anónimos acompañan a Lourdes hasta el día de hoy.
Desde la Cámara de Juguetes nunca dejaron de mandarle materiales didácticos, incluso computadora, juguetes y todo lo que Lourdes necesitaba para continuar sus estudios. También para su escuela. Una familia de San Nicolás conmovida por su historia decidió apadrinarla y desde ese momento acompañan a Lourdes en cada paso que da. Y desde el Colegio Privado "Ciudad de Beltrán" se decidió premiarla con una Beca por los 5 años en el Nivel Secundario. También fue abandera.
El tiempo pasó y Lourdes comenzó una carrera universitaria, que confiesa: "Elegí una carrera que ni siquiera yo sé por qué, pero hoy sé que fui guiada para tomar la mejor elección. Me encanta la producción animal. Durante los años de carrera seguí cosechando cosas lindas a pesar de que nada era fácil: tenía que trabajar mientras estudiaba, muchas veces no podía tener profesores particulares porque la economía no me lo permitía, salía a la ruta a la madrugada para tomar el colectivo y llegar a tiempo a clases, porque un remís no era opción, me tocó no tener plata para los apuntes. Siempre era "no tener", pero todo valió la pena, todo me hizo crecer y convertirme en lo que hoy logré", cuenta Lourdes mientras disfruta de las primeras horas de su título de Ingeniera Agrónoma.
Claro que también su esmero, dedicación y amor propio la convirtieron, además, en los últimos años, en Ayudante de Cátedra, dio clases en muchas oportunidades, concursó y un ganó un cupo en una empresa de Córdoba en donde comenzó a dar sus primeros pasos, lo que le sirvió como práctica preprofesional. Finalmente, se ganó un lugar privilegiado en un feed lot de Gualeguaychú. Allí, mientras trabajaba, preparaba su tesis. Él último y más valioso paso en su carrera.
Y lo logró. Hoy Lourdes es Ingeniera Agrónoma, y lo celebró rodeada con los que siempre estuvieron firmes, siendo pilares a lo largo de tantos años.
Lejos de ser el cierre de una gran historia, este es el inicio de un venturoso futuro para ella.
El agradecimiento es infinito: Lourdes considera que sin la nota y las ayudas posteriores, nada hubiera sido posible
Lourdes pasa hoy sus horas más felices. Con título en mano, un trabajo fijo y una familia que la apoya en todo, no se permite olvidar el inicio de este presente tan completo como prometedor.
"Solo sé que nada hubiera sido posible sin aquella nota, en la que me conocieron y desde ahí todo cambió. Siempre me pregunté por qué a mí. Por qué fui elegida. Yo lo único que sé es que después de esa nota y ese premio, recibí muchísima ayuda, conocí mucha gente buena, esa nota me permitió conocer Buenos Aires, hacer mi primer viaje. Era todo un sueño. Yo no tenía ropa para viajar y hubo gente que se solidarizó y me donó a último momento. Todo era positivo", sostiene Lourdes, ahora más tranquila, habiendo pasado muchas horas de grandes emociones.
Ayuda multiplicada
Y celebra que, por su historia, no haya sido solo ella la "ganadora": "Mucha gente se benefició después de eso. La gente que se comunicó conmigo para ayudarme también ayudó a la escuela Remigio Carol, a la que yo asistía, y a un montón de la zona, diría que casi a todas. Con el correr de los años, yo ya adulta, seguimos con las donaciones. Sentía que era la mejor forma de agradecer todo lo que me tocó a mí. Espero poder estar a la altura de todo lo bueno que me pasó y me pasa".









