Este resultado le permitirá al gobernador seguir manejando sin contrapesos los resortes de la política local.
Insfrán volvió a arrasar en Formosa y se encamina a reformar la Constitución Insfrán volvió a arrasar en Formosa y se encamina a reformar la Constitución
El oficialismo formoseño sumó este domingo un nuevo triunfo aplastante en las elecciones provinciales. Con más del 60% de las mesas escrutadas, tanto en la categoría de convencionales constituyentes como en la de legisladores provinciales, el peronismo liderado por Gildo Insfrán obtenía alrededor del 70% de los votos. Este resultado le permitirá al gobernador seguir manejando sin contrapesos los resortes de la política local.
Apremiado por las señales de que la Corte Suprema podría declarar inconstitucional la cláusula de reelección indefinida, Insfrán había promovido la sanción de una ley que declara la necesidad de una reforma total de la Constitución provincial, modificada por última vez a principios de siglo, cuando apenas transitaba su segundo mandato.
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El trámite en la Legislatura unicameral, donde cuenta con una mayoría abrumadora, fue rápido. Cuando llegó finalmente el fallo de la Corte, Insfrán ya había avanzado en su plan: ahora controlará la Convención Constituyente que se convocará en los próximos meses con el objetivo de eliminar el artículo cuestionado. Se descuenta que esa reforma le habilitará una reelección más una suerte de last dance en 2027. El argumento central sería que, con la nueva Constitución, su actual mandato contaría como el primero.
En paralelo, mantendrá una cómoda mayoría calificada en la Legislatura, lo que le garantiza gobernabilidad sin sobresaltos.
Insfrán podrá exhibir este triunfo como la confirmación del denominado "modelo formoseño" frente a sus detractores, tanto internos como externos, y consolidar su figura de caudillo provincial.
Entre las novedades de la elección, La Libertad Avanza logró un debut auspicioso al cosechar cerca del 10% de los votos. El espacio libertario consiguió hacer pie en un territorio históricamente difícil para cualquier fuerza opositora y lo hizo sin el respaldo directo de figuras nacionales. Este resultado, sumado al desempeño en Santa Fe, refuerza la consolidación de la marca LLA, cada vez más asociada a la figura de Javier Milei y a la boleta violeta que la ciudadanía identifica con el Presidente.
Un aspecto destacable es que LLA Formosa se construyó con identidad propia, apartándose de la lógica tradicional de la política local, que gira en torno a estar a favor o en contra de Insfrán.
En contraste, los partidos de la oposición clásica volvieron a quedar relegados. Aun sumando fuerzas, no lograron salir de su papel secundario en la disputa por el poder provincial. El Frente Amplio Formoseño fue la segunda fuerza más votada, con algo más del 21%, pero quedó muy lejos del oficialismo.
El resultado expone el agotamiento de un modelo opositor que durante dos décadas centró su estrategia en denunciar irregularidades electorales, clientelismo y presiones sobre el electorado, sin ofrecer propuestas que conecten con la mayoría de los votantes.
Esa narrativa crítica hacia Insfrán tiene dos caras: de un lado, el caudillo peronista; del otro, la gente. Si las victorias del PJ se explican únicamente por la compra de voluntades o el reparto de bolsones, difícilmente la oposición pueda conquistar un electorado que, según esa visión, se deja someter de manera tan humillante.
Esa táctica puede servir para lograr cierta exposición mediática, pero no para construir una alternativa de poder. El avance de LLA es prueba de ello y deja a la oposición tradicional sin demasiadas excusas. Tras la derogación de la ley de lemas en 2011, los pretextos se fueron agotando. Si no logran replantear su estrategia, el próximo comicio provincial podría convertirse en un mano a mano entre el PJ y los libertarios.








