Advierten sobre los errores frecuentes que favorecen una intoxicación con monóxido de carbono

Cada año, pese a las intensas campañas que se lanzan desde diferentes sectores, cientos de personas mueren durante el invierno en nuestro país, por intoxicación con monóxido de carbono, y la reciente muerte de cuatro adultos y una niña en Villa Devoto, encendió las alertas y se multiplican los pedidos para que se tomen todos los recaudos necesarios antes de calefaccionar los hogares con artefactos a gas.

En este sentido, desde el Ministerio de Salud de la provincia y de los organismos privados encargados de la distribución del servicio de gas domiciliario, insistieron en puntos básicos de prevención, como el control del buen funcionamiento de los artefactos y la ventilación adecuada de los ambientes de la casa.

También se hizo especial mención a los errores comunes que cometen las personas en invierno y que pueden favorecer una intoxicación.

Entre estos, mencionan al encendido de los artefactos sin revisión previa. "Un artefacto de gas en mal estado puede tener fugas invisibles o generar combustión deficiente. No alcanza con ver que encienda", alertaron especialistas en detección y reparación de fugas, y enfatizaron que "la revisión anual por un gasista matriculado es indispensable",

"Tapar rejillas de ventilación, es otro error, ya que con el frío, muchas personas las bloquean para evitar corrientes de aire. Esto es gravísimo, porque esas rejillas permiten la renovación de oxígeno y la salida de gases tóxicos. Otro error es ignorar el color de la llama. Debe ser azul. Si es amarilla, naranja o roja, indica combustión incompleta y puede estar generando monóxido", añaden.

Otra falla comunes es el uso del horno de la cocina para calefaccionar, y la consideran "una práctica muy riesgosa", porque los hornos no están diseñados para calefacción continua.

Desde la empresa encargada de la distribución de gas en nuestra ciudad, reafirmaron este concepto, al indicar que, para prevenir intoxicaciones, "resulta de vital importancia realizar una revisión anual de la instalación de gas y del estado de los artefactos, a cargo de un instalador matriculado, además de ventilar los ambientes, motivo por el cual es importante no obstruir las rejillas de ventilación".

Qué hacer: se debe actuar ante la mínima sospecha

Al percibir un leve olor sospechoso o la posibilidad de una fuga de gas, muchas personas optan por no actuar de inmediato. Sin embargo, cualquier indicio debe ser atendido sin demora. Actualmente, existen tecnologías que permiten localizar y corregir escapes rápidamente.

Ante la sospecha, primero hay que ventilar el lugar; en segundo lugar, retirar a las personas del área expuesta y, tercero, llamar a emergencias. Todo paciente que sospeche intoxicación por monóxido de carbono debe ser atendido en el servicio de emergencias, donde probablemente permanecerá hasta que los síntomas mejoren y se normalicen los valores de lo que se conoce como carboxihemoglobina, que es el porcentaje de hemoglobina circulante, la principal proteína de la sangre, que se une al monóxido de carbono.

Monóxido de carbono: en qué artefactos puede originarse este gas

El monóxido de carbono se origina por la combustión incompleta de productos carbonados. Casi todos los elementos de uso cotidiano tienen moléculas de carbono en su composición.

Este gas está presente tanto en calefones, estufas y termotanques defectuosos como en braseros, fogatas en interiores o incluso en gases industriales y gases de escape de vehículos. Su peligro radica en que es imperceptible al sentido humano: "Es incoloro, inodoro y no irritante, y posee una afinidad por la hemoglobina 250 veces superior al oxígeno, lo que le permite desplazarlo en la sangre y provocar asfixia celular.

Se lo conoce como el "asesino silencioso" o "gran simulador". Puede estar dentro de la casa sin que nadie lo advierta, salvo que se instalen detectores de monóxido.