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EL LIBERAL . Santiago

CLIMA IMPLACABLE: Cargaban bolsas de papa en un camión para salvar la cosecha

Cosecheros santiagueños se volvieron virales trabajando bajo una intensa nevada. Un camionero los grabó trabajando con 9 grados bajo cero, otro santiagueño (comunicador) lo puso en sus redes y se viralizó.

06/07/2025 16:30 Santiago
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 "Más de 45.000 personas han visto el vídeo, más de 8000 lo han compartido, 4000 a 5000 personas han hecho su comentario", describieron.

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Un grupo de obreros golondrina santiagueños que levantan bolsas de papa bajo una intensa nevada en plena ola polar en cercanías de Tandil, Buenos Aires, no solo se volvieron protagonistas virales con las secuencias de su sacrificada labor, sino que además se ganaron la admiración de miles de argentinos que les hicieron llegar sus felicitaciones y respetos a través de emotivos mensajes cargados de orgullo por su tenacidad y compromiso.

Lo mismo sus familias, amigos y vecinos de los pueblos de origen, que los vieron salvando todo lo que se pudo de una importante siembra de papas, ya que la nieve, como otros fenómenos meteorológicos como lluvias torrenciales, calores extremos o heladas intensas dañan los tubérculos y se pueden llegar a perder miles de kilogramos en un campo o de toneladas en las zonas afectadas.

El video, que tuvo miles de reacciones, fue replicado por EL LIBERAL desde la cuenta de un santiagueño afincado en la provincia de Buenos Aires hace más de 40 años, tocayo de un prócer argentino, Mariano Moreno, quien genera contenido para radios bonaerenses y del interior de Santiago del Estero.

Lo recibió de un camionero que se admiró de la fortaleza y determinación con la que trabajaba la cuadrilla de santiagueños, naturalmente aclimatados al calor, y que sin embargo hicieron frente a la intensa nevada que caída en esos momentos, con vientos que empujaban los copos de manera casi horizontal, usando como cobertura al mismo camión sobre el que cargaban las bolsas llenas de papas (18 a 20 kilogramos).

Gran reacción

Sobre la empatía que generó el vídeo, Moreno detalló: "Más de 45.000 personas han visto el vídeo, más de 8000 lo han compartido, 4000 a 5000 personas han hecho su comentario. Les agradezco, porque encontré lo que habían compartido ahí en EL LIBERAL. Las familias de estos muchachos han estado muy contentas. Así que yo también de mi parte, me uno al agradecimiento".

Luego y para poner en contexto las imágenes, relató: "El trabajo de la papa es muy sacrificado, tanto en invierno como en verano, porque hay que andar de sol a sol, no se conoce el feriado ni domingo. Más el que viene a trabajar, que tratan de hacer lo más rápido posible para terminar y ganarle al tiempo. Cuando no llueve, no pierden un día de laburo".

 "A ellos no les conviene que la papa quede en el campo, porque obviamente se va a helar y no sirve para el mercado" y los trabajadores golondrina también pierden la posibilidad de cosechar más y ganar más.

"Siempre estamos en contacto (con los muchachos), vi que lo habían puesto en el estado el día que trabajaron, me enviaron después el vídeo y lo compartí, más que nada para mostrar a la gente cómo es el sacrificio del trabajo de la papa. Y tuvo muchos comentarios", reacciones y reproducciones.

LABOR SACRIFICADA: Testimonio del jefe de la cuadrilla cuyo video se hizo viral

Cosecharon con 9 grados bajo cero, pero para ellos fue "un día más"

Walter González, de 50 años, encargado del campo en Tandil donde se hizo el video de los santiagueños levantando la papa cosechada y embolsada y cargándola en un camión, es oriundo del paraje Alazampa, cerca de Brea Pozo, en el departamento San Martín.

Comenzó a trabajar a los 14 años. Hace 25 años trabaja en la misma empresa, hasta el año pasado fue cosechero (hasta los 49 años, "si te digo que me dolió la cintura o una uña te miento"), y desde entonces lo ascendieron como encargado.

Al preguntarle si confirmaba que quienes aparecían en el vídeo eran de Santiago del Estero, afirmó: "Sí, sí, somos santiagueños. Hay muchos santiagueños trabajando en la provincia de Buenos Aires". 

Recordó que "hace muchos años nevó en Tandil, y ahora otra vez. Hacía 9, 7 bajo cero. Ese día ya se terminaba el trabajo", pero había que salvar todo lo que se pudiera, porque si queda en el campo se pudren los tubérculos. Es decir que trabajaron como siempre lo hacen. 

González relató de qué zona son los trabajadores del vídeo, mencionando el departamento y la cabecera (aunque no los parajes específicos, por ser muchos): "Son del departamento San Martín, Brea Pozo; de la Villa Atamisqui, Atamisqui; Garza, departamento Sarmiento; etc.

"Ahora ya se terminó la cosecha de papa. Se trabaja ocho diez horas, los días son muy cortos, porque hay pocas horas de luz" en el invierno.

"Ya se fueron algunos, somos alrededor de 20 y pico en plena temporada que dura tres meses, tres y medio", es decir que estuvieron desde marzo, señaló.

CIFRAS El proceso de la cosecha

Cada santiagueño levanta por lo menos 200 bolsas por día

De acuerdo con el relato de don "Peco" González, la cosecha de la papa inicia con la pasada de maquinaria con rejas regulable que sacan los tubérculos de debajo de la tierra: "Cuando va pasando, la levanta con tierra y la lleva para atrás, la pasa por unos cepillos y la tira".

Entonces entran los cosecheros, con las bolsas atadas a la cintura, que van llenando con las papas que levantan a mano del suelo. Las bolsas pesan entre 18 y 20 kilogramos y cada uno de los cosecheros en una jornada de trabajo "tiene que juntar por lo menos 200 bolsas", en promedio "y si no no sirve pa' nada, perdoname que te diga".

Las bolsas llenas se van dejando en el surco y luego pasan otra vez una en cuadrillas pero para cargar las bolsas a un camión que avanza a la par de ellos.

En ese contexto fue que se hizo el video que dio origen a esta nota: con los cosecheros santiagueños cargando las bolsas, bajo una intensa nevada con vientos cruzados, al camión que al mismo tiempo les servía como cobertura.

"Después, como azotó tanto el frío, nos pararon. El lunes ya no se trabajó, y el martes se salió después del mediodía, por tan fuerte que era el frío".

Tanto el frío como el calor extremos dañan el cultivo, por eso se acelera todo lo humanamente posible la cosecha, porque pierden todos: el productor su inversión y el cosechero su trabajo y la posibilidad de volver con más plata a su lugar de origen.

"En verano capaz que se cosecha algo más" que las 200 bolsas, "porque el día es largo, te rinde".

MANO DE OBRA DESTACADA

"Tandil valora mucho al santiagueño"

"Tandil es muy turístico y no le gusta mucho que le entren provincianos", pero "al santiagueño lo quieren mucho ellos". "Tandil valora mucho al santiagueño", por su "capacidad, por carácter, porque es muy sensible, te escucha cuando lo hablas, sencillo, correcto, no es un tipo sobrador, es muy tranquilo".

Y como todo es cíclico, pronto volverán: "Ahora van a volver para la siembra, algunos van a volver para regar, y otros ya van a venir para la cosecha de vuelta", dijo.

Sobre esas etapas, detalló: "Ahora se terminó la cosecha, en septiembre ya empieza la siembra, antes de la primavera, ahí nomás sobre el pucho se empieza a regar, porque la papa consume mucha agua, se riega, y ya se larga a cosechar a fines de febrero, cuando calma un poquito el calor".

Bajo estas premisas es muy común que las cuadrillas estén integradas por parientes, como hijos que siguen los pasos de sus padres, y como ellos lo hicieron como sus padres a sus abuelos; y a veces viajan primos juntos para hacer este trabajo convertido en casi mandato familiar.

"Hay muchos que vienen y vuelven porque no les gusta, no aguantan. Trabajan un tiempito, se les paga lo que se les debe y se los manda de vuelta".

MIGRANTE 

Vive en Comandante Nicanor Otamendi con su esposa y dos hijas

Se fue hace 41 años desde Garciano a las cosechas y se quedó allá

Moreno vuelve cada vez que puede a la fiesta de Mailín y a prenderles velas a sus padres, sepultados en Pozo Mositoj.

Mariano Moreno, del paraje Garciano, departamento San Martín, se radicó "en Comandante Nicanor Otamendi, partido de General Alvarado, provincia de Buenos Aires, un pueblo que queda 450 km al sur del Gran Buenos Aires, y que está entre Mar del Plata y Miramar, lugar donde se festeja la Fiesta Nacional de la Papa".

"Vivo en Otamendi desde el año 84, acá formé mi familia y me quedé, he ido a mi pago, y la última vez que fui, fue para la fiesta de Mailín y me hice 62 kilómetros a mi paraje. Tengo a mis padres sepultados en Pozo Mositoj, y fui a prenderles unas velas".

Sobre sus orígenes recordó: "Durante 22 años trabajé en la papa en Nicanor Otamendi. Después me dediqué a la construcción. Ahora vivo trabajando por mi cuenta" y es difusor de la cultura santiagueña y sus protagonistas.

JEFE DE CUADRILLA González cosechó desde los 14 hasta los 49 años

Una historia de vida como la de miles de santiagueños que se radicaron lejos

Sobre su historia, que es como la de miles de santiagueños que emigran a otras provincias, Walter González contó: "Mi mujer se llama Mercedes Enríquez, del Bajo Grande, departamento San Martín, nacida y criada allá en Santiago. Nuestras hijas, Luciana y Martina, nacidas en Buenos Aires. Actualmente, tenemos la casa en Brea Pozo, departamento San Martín".

Walter decidió quedarse a vivir en Buenos Aires alrededor de 1998: "Nosotros nos conocimos de jovencitos, cuando andábamos en la escuela nomas, nada más, nada más que ella vino a Buenos a terminar sus estudios y yo me fui a Tandil a laburar. Ahora tenemos dos nenas grandes, señoritas ya".

"¿Qué querés hacer?"

 "Yo salí de la escuela en 7º grado y mi madre me puso los puntos: `Querés estudiar o `¿qué querés hacer?' y mi madre sabés qué me dijo, no me avergüenza decírtelo: `Aquí. Vagos no quiero'. Y yo salí a laburar con mi padre. A los 14 años me fui a trabajar con mi padre a Coronel Suárez. Dos años trabajé con él, después ya me separé y me largué solo". 

"Cuando yo empecé a ganarme la plata mía, compré mis zapatillas Topper y mi vaquero y mi camisa Wrangler. Después usaba alpargatas nomás. Si voy a Santiago me va a ver de bombacha de campo, porque yo me visto así".

"Me levanto 5, 5.30 de la mañana todos los días, sea feriado, Navidad, Año Nuevo, todos los días. Quizás Navidad, si no vengo a pasar con mi mujer y mis hijas, me agarra laburando y llega las 12 de la noche y me agarra trabajando, porque el riego de la papa es así, se riega las 24 horas. Si no lo cuidás chau se va para atrás" el cultivo. 

Golondrinas

En sus inicios eran muchísimos los santiagueños que salían de la provincia a cosechas en distintos puntos del país, siendo la zona rural de Buenos Aires, una de las principales captadoras de esa mano de obra experta y que allí continuaba especializándose (algo similar a lo que ocurre en la industria de la construcción). Si bien esos números bajaron, aún siguen siendo importantes: "Y ahora mismo hay muchísima gente" trabajando en los campos.

Todo cambia

En gran medida la disminución se puede atribuir a la tecnificación del campo: "Ahora se modificó mucho (este trabajo), hay mucha tecnología, muchas maquinaria, cintas para cargar y todo eso. Pero también se moderniza porque la gente no quiere trabajar". "Últimamente, no había gente y estos empresarios han ido modernizando, porque ellos tienen que hacer el cultivo sí o sí", de lo contrario la papa "se empieza a podrir, por la hela y el verano también la 'quema'. La papa que se dice de inverno es más fuerte, porque hace piel, mucha cáscara. Y ahora se va a sentir, se va a podrir mucho", por eso se usan "distintas variedades" de papa y se las cultiva "en distintas zonas".

Igualmente, González admite los rigores de tareas tan pesadas como posible causa de la retracción de la mano de obra: "Obviamente, para andar trabajando así como nosotros se necesita gente joven, fuerte, de 22 años para arriba" y no cualquiera soporta semejantes rigores climáticos o de las propias tareas rurales.

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