Un estudio reveló que el vapor de algunos dispositivos populares tienen niveles altos de metales pesados.
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Si bien los vapeadores se presentaron como una alternativa más sana a los cigarros y una vía para dejar de fumar, con el tiempo se fueron descubriendo los peligros que representan estos dispositivos.
En un estudio cuyos resultados se dieron a conocer el mes pasado, un equipo de científicos analizó el vapor de algunos vapeadores populares y encontró niveles tan altos de metales pesados que un investigador pensó que su dispositivo tenía una falla. Otros estudios han sugerido que vapear puede afectar al corazón, los pulmones y el cerebro.
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Al igual que ocurre con los cigarros, las bolsas y otros productos que contienen nicotina, los vapeadores limitan el flujo sanguíneo a las encías, lo que las hace más vulnerables a enfermedades e infecciones. La nicotina también puede dañar el tejido de las encías, según dieron a conocer los investigadores.
Aunque aún no se sabe si los vapeadores provocan cáncer, que puede tardar décadas en desarrollarse, sabemos que pueden exponer a los usuarios a sustancias asociadas a un mayor riesgo de cáncer. Brett Poulin, profesor adjunto de toxicología medioambiental de la Universidad de California en Davis, analizó tres marcas populares de vapeadores desechables y descubrió que liberaban altos niveles de níquel y antimonio, metales pesados relacionados con el cáncer de pulmón. El equipo de Poulin también descubrió que los vapeadores liberan grandes cantidades de plomo, una neurotoxina.








