Por Facundo Rubén Piñón.
Europa tensionada y dividida ante la problemática migratoria Europa tensionada y dividida ante la problemática migratoria
En la actualidad, Europa es testigo de un crecimiento sostenido en el flujo de inmigración irregular a través de sus fronteras. Esta vieja problemática enciende nuevamente las alarmas en un continente que, además de concentrar la mayor cantidad absoluta de extranjeros en el mundo, se ve marcado por controversias políticas e ideológicas cada vez más profundas y una economía que aún presenta importantes limitaciones y riesgos.
Datos recientes y rutas principales
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Según datos de la Comisión Europea, en los últimos cuatro años se registraron al menos 1.2 millones de cruces irregulares en la Unión Europea. Si bien la magnitud de la problemática no es comparable a la del 2015 cuando la oleada de refugiados sirios que huían de la guerra generó el colapso del sistema de asilo-, sus repercusiones sociales y políticas avivan el conflicto y evidencian los enormes desafíos que enfrenta la cooperación europea.
El relevamiento anual de Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) señala que gran parte de los migrantes provienen de Siria, Egipto, Afganistán y del África subsahariana. Las rutas más transitadas son el Mediterráneo Central (costas de Italia) y Oriental (fronteras de Grecia y Bulgaria con Turquía), así como el cruce hacia las Islas Canarias desde el África Occidental. En estos casos, la persecución política y religiosa, las inhumanas condiciones de vida y la escasez de alimentos, agravada por el cambio climático, obliga a decenas de miles a movilizarse en busca de mejores oportunidades.
La migración como fuente de controversia
En este contexto, parte de la opinión pública europea asocia la inmigración con un aumento de la inseguridad y la pérdida de empleos para los nativos. Asimismo, crece el descontento por el enorme gasto fiscal que representan las políticas de asilo y por la radicación de numerosas comunidades extranjeras en el seno de la sociedad europea. En particular, los migrantes musulmanes son percibidos por los sectores más conservadores como una amenaza para la identidad cultural.
Además de la complejidad humanitaria, la crisis migratoria actúa como combustible para el fortalecimiento de los partidos nacionalistas, que articulan los recamos de la ciudadanía por un mayor control fronterizo con los sentimientos xenófobos de grupos más radicales. El gobierno de Giorgia Meloni en Italia, el partido español Vox, la ultraderechista Alternativa por Alemania o la Rassemblement National en Francia, son algunos de los movimientos que lideran el giro antiinmigración. Todos ellos comparten duras críticas hacia los órganos europeos, a los que acusan por su ineficacia en la gestión de fronteras. El Reino Unido no escapa de esta tendencia: el partido Reform UK, artífice del Brexit, apuesta por una agenda similar a la vez que gana popularidad.
Europa se blinda
Sin embargo, independientemente de la ideología gobernante, las medidas se endurecieron en casi todo el continente. Los países más expuestos a los flujos migratorios como España, Italia y Grecia, han reforzado sus fronteras, efectuado detenciones y deportaciones, y cooperado con naciones africanas para disuadir nuevas migraciones. Más alejados de los puntos críticos, Polonia, Dinamarca y Hungría implementaron políticas de "tolerancia cero", con en severos obstáculos para el acceso a sus territorios y a los servicios sociales y de asilo. Mientras tanto, Francia y Reino Unido buscan evitar que los migrantes irregulares crucen el Canal de la Mancha en balsas.
En conclusión, la migración representa un difícil dilema para los gobiernos europeos, que en muchos casos se ven obligados a tomar decisiones contrarias a sus valores. Casi todos terminan apostando por un mayor control y securitización y, a diferencia de crisis anteriores, el unilateralismo se impone ante la dificultad -o inconveniencia- de coordinar un plan a nivel europeo. De esta forma, la inmigración se suma a una larga lista de asuntos que evidencian la desarticulación de la Unión Europea y plantean grandes interrogantes para su futuro.








