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José Moreno: disciplina, formación y un sueño para el fútbol de Santiago del Estero

Moreno cuenta con una trayectoria amplia y diversa, marcada por su paso por clubes de primera división, divisiones formativas y experiencias internacionales.

José Moreno- disciplina formación y un sueño para el ftbol de Santiago

José Moreno: disciplina, formación y un sueño para el fútbol de Santiago.

22/08/2025 00:00 Santiago
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José María Moreno llegó a Santiago del Estero con un objetivo claro: aportar su experiencia para mejorar la formación de futbolistas desde las bases, con disciplina, capacitación y una idea de juego clara. Su arribo al Club Atlético Güemes se dio como ayudante de campo y coordinador de inferiores, pero su permanencia tuvo un condimento especial: fue el pedido de los propios jugadores lo que lo llevó a quedarse en el club.

"Me siento cómodo en la provincia, estoy en paz. La gente me ha recibido muy bien y eso es invaluable", afirma. Su decisión de radicarse en Santiago también tuvo que ver con una búsqueda personal: después de muchos años en Buenos Aires y experiencias en distintos puntos del país y del exterior, encontró aquí un lugar donde conjugar trabajo, tranquilidad y vínculos humanos sólidos. "En Buenos Aires la gente vive a las corridas y con desconfianza; acá puedo charlar con cualquiera en un parque, compartir un mate, sentirme parte".

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Una carrera que cruzó fronteras

Moreno cuenta con una trayectoria amplia y diversa, marcada por su paso por clubes de primera división, divisiones formativas y experiencias internacionales.

Su recorrido incluye roles como ayudante de campo en Colón, Arsenal, Los Andes, Central Córdoba y Sportivo Belgrano, además de la experiencia más reciente en Güemes. También dirigió en el fútbol juvenil de Boca Juniors y vivió una etapa enriquecedora en Corea del Sur, donde trabajó en instituciones como Anyang High School, Youngdupo Club y Baek-Yang Middle School.

Como futbolista profesional, defendió camisetas de Leandro N. Alem, Ituzaingó, Brown de Adrogué, Defensa y Justicia, Los Andes, Argentinos Juniors y otros clubes del ascenso argentino, forjando una mirada amplia del deporte que hoy transmite desde el banco.

Formar más que ganar

Al asumir como técnico en la primera local de Güemes, Moreno se encontró con una realidad que se repite en muchas instituciones: planteles con talento, pero con vacíos de formación táctica y disciplina.

"Los chicos juegan bien, pero cuando el partido se complica, vuelven a lo que aprendieron en el barrio: el pelotazo, la improvisación. Mi trabajo es que puedan mantener la idea de juego aun en la adversidad", explica.

En sus entrenamientos prioriza la tenencia de pelota, la triangulación y la presión organizada, pero reconoce que no todo depende de la pizarra: "Si no trabajamos lo mental y lo emocional, es difícil competir a nivel nacional. Algunos jugadores ya están bien, pero otros siguen teniendo encima la lógica del barrio, y les cuesta adaptarse a la disciplina que requiere el profesionalismo".

Aun así, reconoce que hay un aspecto cultural por trabajar: la tendencia a perder la concentración por discusiones internas o por errores arbitrales.

"Eso se cambia con tiempo y trabajo. Lo importante es que ellos mismos reconocen que se descontrolan y quieren mejorar", afirma.

Las falencias que frenan el desarrollo

Moreno no esquiva la autocrítica hacia el fútbol local: "Con poco se puede hacer mucho, pero faltan estructuras, canchas para entrenar, materiales y, sobre todo, capacitación para entrenadores. Hay clubes que no tienen pelotas o preparador físico. Y si el entrenador no cobra, muchas veces tampoco se capacita".

Considera que muchas divisiones inferiores se arman solo para competir y no para formar, y que eso atenta contra el crecimiento del jugador:

"Si cada club tuviera una metodología clara, aunque sea en una sola cancha, los chicos crecerían y cada institución tendría sus propios futbolistas para nutrir a la primera".

Un cambio cultural pendiente

Para Moreno, la mejora también pasa por lo social y lo dirigencial. "La gente de Santiago quiere ayudar, pero necesita ver un proyecto serio. En otras provincias, los clubes generan sus propios recursos con eventos, cenas, rifas, y lo recaudado se invierte en todas las disciplinas. Aquí también se puede, pero hay que cambiar la mentalidad y trabajar en equipo".

Pone como ejemplo a Unión Santiago, Mitre que ofrece desayuno a los chicos, o a clubes que en Santa Fe y Córdoba captan talentos desde ligas barriales para formarlos en estructuras más profesionales. "Si hay buena capacidad de entrenamiento y un lugar atractivo, el chico se queda y crece", señala.

El sueño: un centro de alto rendimiento

Moreno sueña con la creación de un centro de alto rendimiento en Santiago del Estero, abierto a futbolistas de todos los clubes.

"Con nutricionista, psicólogo, preparación física de nivel… No importa de qué club vengas, lo importante es que el fútbol santiagueño crezca. Y si el chico va a probarse a un club grande como Boca, que no sienta el cambio tan abrupto", sostiene. También plantea la necesidad de capacitar entrenadores y mejorar la infraestructura: "Con buenas canchas, materiales y estructura, el jugador puede desarrollarse mejor. En ligas como Córdoba o Santa Fe esto ya se hace y por eso exportan tantos futbolistas".

Entre la experiencia y la apertura mental

En la entrevista, Moreno insiste en la necesidad de que los entrenadores se capaciten y se abran a nuevas ideas, de la importancia de abrir la cabeza y aprender de otros colegas.

"No es falta de respeto aprender de otros colegas. Al contrario, te enriquece. Yo mismo sigo estudiando. Hay que darle al jugador armas para adaptarse a distintos sistemas y realidades".

En cuanto a su idea de juego, explica: "Mi preferencia es el 4-3-3, pero trabajo mucho con el 4-4-2 y enseño la línea de 5 para que los chicos lo dominen. El objetivo es que el día de mañana, si un DT les pide jugar de otra forma, sepan hacerlo".

Antes de cerrar, Moreno deja un mensaje claro: "A los entrenadores, que se capaciten y busquen mejorar cada día. A los jugadores, que valoren la disciplina y la formación. El potrero es hermoso, yo salí de ahí, pero si querés crecer tenés que adaptarte al profesionalismo. No todos llegarán a primera, pero la formación como persona y como deportista siempre vale la pena".

Con una trayectoria que cruzó fronteras y categorías, José María Moreno vive en Santiago una etapa donde combina experiencia, pasión y el deseo de dejar una huella en la formación de nuevas generaciones.

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