El sábado venidero será la octava peregrinación al santuario de la santa santiagueña en Villa Sílipica, y un año más el grupo de servidores solidarios estará acompañando a los devotos que caminarán.
"Servir a los peregrinos nos hace vivenciar el sentido de la misión de nuestra Mama Antula" "Servir a los peregrinos nos hace vivenciar el sentido de la misión de nuestra Mama Antula"
El próximo sábado se realizará la octava edición de la Peregrinación al Santuario de Mama Antula en la localidad de Villa Silípica, y las diferentes agrupaciones involucradas en la organización ultiman los detalles para poder desarrollar la misión de la mejor manera posible.
Entre ellas, están los grupos de servidores, que son quienes de diferentes maneras acompañan y contienen a los peregrinos durante toda la jornada de caminata, que comenzará a las 7 y se extenderá hasta bien entrada la noche.
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El grupo Yesi Ángeles Solidarios, lleva 20 años en este servicio, habiéndose iniciado en las peregrinaciones al santuario de Mailín, y estuvo en cada una de las caminatas a Silípica.
Olga Castillo, una de las servidoras, asegura que el ejemplo de vida de Mama Antula es el que los motiva a seguir adelante con esta misión que les toca.
"En la parroquia de Mailín, cuando el padre Monchi Tenti nos llevó a conocer el templete de Mama Antula, comencé a conocer más sobre ella, me enamoré de su vida, y es el norte que tenemos en el grupo de servidores Yesi Ángeles Peregrinos. Es nuestro ejemplo, su entrega, su andar, su caminar, y eso nos impulsa a atender a los peregrinos, a acompañarlos. El servir a los peregrinos nos hace sentir esa misión que tenía Mama Antula de llevar a Jesús donde no lo conocían y a acompañar a quienes caminan hacia él", relató Olga.
Dijo que Mama Antula es la guía del grupo en todo momento, "por su sencillez, su humildad, por haber sido incansable en su misión, y eso es la que nos moviliza a seguir en el camino de Dios. Ya vamos a cumplir 20 años realizando esta misión, y algo muy importante para nosotros".
El padre Ramón Tenti, coordinador general de la peregrinación, dijo que se están ultimando todos los detalles de la caminata, que se han recibido adhesiones de parroquias del interior de la provincia y de provincias vecinas, y que en estos días se definirá la cantidad de colectivos que habrá para que regresen los peregrinos, una vez que se tenga una estimación de la cantidad de fieles que participarán.
La peregrinación partirá el sábado a las 7.30 de la escuela Juan Pablo II, del barrio Almirante Brown.
Una clara expresión de confianza en Dios
La Peregrinación a los santuarios es una clara expresión de confianza en Dios, porque allí encontramos el tierno amor del Padre que tiene misericordia de todos. (Papa Francisco).
En la Peregrinación reconocemos al Pueblo de Dios en camino. Allí el creyente celebra el gozo de sentirse inmerso en medio de tantos hermanos, caminando juntos hacia Dios que los espera. Por eso, es una profunda experiencia eclesial, simboliza su caminar en la historia hacia la consumación del Reino de Dios.
La decisión de partir hacia el santuario ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza y la llegada es un encuentro de amor. Cada peregrino experimenta en su corazón el llamado de Dios que quiere encontrarse con él para bendecir su vida y colmarle el corazón de felicidad.
Peregrinar es un acto de fe, incluye una espiritualidad y mística especial, porque el encuentro con Dios nos ayuda a tomar conciencia de la necesidad que tenemos, de su cercanía, de su amor.
Esta espiritualidad tiene varias dimensiones: Escatológica porque peregrinar al Santuario de Mama Antula es un signo del camino hacia el Reino de Dios: somos peregrinos, caminantes de la fe; Penitencial: porque es un "camino de conversión", mientras caminamos tomamos conciencia del propio pecado, y recurrimos a Dios en busca de su perdón; Festiva: porque es un modo de vivir una fiesta, la alegría de caminar hacia Dios junto a otros hermanos. Es un signo de alegre fraternidad; Cultual: porque es un acto de culto, ir al encuentro de Dios para alabarlo, adorarlo, dar gracias, pedir alguna bendición y por último, Comunión: el peregrino está en comunión de fe y amor no solo con aquellos que caminan junto a él sino con Dios, con el Cristo resucitado que camina junto a su pueblo, como lo hizo con los discípulos de Emaús.









