Vida y obra de los "plomos" de Santiago del Estero

¡Cuantas veces habremos escuchado decir que todo tiempo pasado fue mejor y que hoy nada es como antes!. Es una típica frase del que piensa que hoy nada supera a aquellos añorados tiempos en los se vivía de una forma diferente o se veía con otras perspectivas el estilo o el modo de vida.

Pero los cambios también forman parte de la existencia en el ser humano, y más cuando hay muchas razones para impulsarlo. En todos los ámbitos pasa lo mismo y uno tiene y debe estar preparado para aceptarlos y asumirlos.

Como les ocurre hoy a la gente que trabaja en el ambiente del espectáculo artístico. Específicamente a los que hacen de peones de las bandas musicales y que muchas veces son los que arman y desarman los escenarios para que el público pueda disfrutar de un show en vivo y en directo.

Son los comúnmente denominados plomos en el ambiente (hoy también llamados integrantes de un staff) o auxiliares de sonido.

La realidad marca que hoy a ellos también les llegó una etapa difícil y que hacen todo lo posible para mantener vivo el oficio y más allá de todo los cambios forzados que hubo en los últimos 20 años.

"Todo hoy es mucho más práctico y sencillo para el trabajador del sonido. Partiendo desde el caso de que una banda no necesita de tanta gente para cumplir esta tarea ya que una o dos personas lo pueden hacer sin problemas. Hace 30 años era diferente. Había que armar equipos numerosos para cargar y trasladar todos los instrumentos y llevarlos a los escenarios. Hoy no es tan así. Puede que haya bandas que sí lo están haciendo, pero son los de menos creo", señaló Joaquín Patricio Sayago, un auxiliar de sonido que lleva más de 40 años asistiendo al emblemático grupo Los Alfiles y es todo un símbolo y pionero de la actividad en Santiago del Estero.

Si algo le faltaba a los espectáculos bailables en este caso, es la decisión de los empresarios de reestructurar a los locales bailables con escenografías renovadas, equipos propios y cambio de imagen. 

"Hoy todos los locales están armados en este sentido. Eso hace que el trabajo de los plomos sea mucho más liviano y sencillo. El ritmo también es distinto. Todo se hace más rápido y ágil. La gente no tiene que esperar tanto tiempo como pasaba antes para que los auxiliares terminen de hacer su trabajo arriba del escenario", acotó el "Negro" Sayago, hoy único asistente de Los Alfiles desde 1985. 

Esa especie de revolución que hubo con el avance de la tecnología y todo lo demás, hizo que los asistentes de sonido se redujeran en cantidad y la actividad empiece a tomar un camino distinto.

Muchos de los que sabían asistir a los grupos musicales por ejemplo, decidieron probar suerte en otros oficios y dejar de lado lo que tanto les atraía o les gustaba como ser el nexo entre la comunicación y la música.

"Aparte de ser sonidista de Los Alfiles, hoy hago tareas de carpintería. Tengo una familia y soy consciente de que mis ingresos no solamente deben depender de lo que ganó como auxiliar. Gracias a Dios hace 45 años que estoy con Los Alfiles y soy uno más del grupo", expresó con orgullo Sayago.

Otro de los que despunta el vicio de plomo cada vez que requieren de sus servicios es Roberto "Tiño" Sayago, un emprendedor del rubro gastronómico y también con más de 30 años haciendo este trabajo. 

"Yo soy un asistente de sonido independiente, es decir que cuando el productor Dante Ruiz me llama, ahí estoy para hacer mi trabajo. Comencé cuando tenía 17 años más o menos y porque mi papá era chófer de Los Hechiceros y del Grupo Octubre si mal no recuerdo. Lo acompañaba siempre y de ahí quedó esta pasión por la música y ser auxiliar de sonido", comentó Rodríguez, de 41 años y residente en el barrio Industria.

Y para orgullo de él, entre los artistas a los que tuvo la oportunidad de ofrecerle sus servicios estuvieron el fallecido Leo Mattioli, Karina La Princesita, Cachumba, Ternura, Antonio Ríos y Chaparral.

"Con todo ellos estuve. También fuí 9 años plomo de Bambolé", recordó "Tiño", otro embajador del oficio en Santiago.

La camada joven no está ajena al presente de la actividad, pero le pone el pecho a las balas y viene haciendo un trabajo que va más allá de lo económico.

"Hace 10 años que empecé a trabajar como auxiliar de sonido y me encanta lo que hago. Había empezado con Juancito Ponce en Los Santiagueños de Oro y con él aprendí muchas cosas de este oficio. Actualmente sigo con el grupo donde también está mi papá César Mansilla y mi hermano Axel", afirmó César Gabriel, un asistente de 28 años y con domicilio en el barrio 750 viviendas del sur de la ciudad.

Para César, lo que más le llama la atención es el apoyo y el respeto que recibe del público cada vez que lo ven llegar a los escenarios. 

"Creo que nosotros somos los primeros en recibir los aplausos de la gente cuando nos ven llegar. Somos los que descargamos los equipos y nos ponemos a armar el escenario como se dice en la jerga. La banda musical queda a la espera en los vehículos hasta que nosotros dejamos todo listo para que Los músicos puedan actuar", agregó César Mansilla, hijo.

40.000 pesos a cobrar por cada servicio y seguir en la lucha 

Todo esfuerzo tiene su precio y en el oficio de plomo no está la excepción. 

"Hoy lo que se cobra por cada shows es 40 mil pesos. Puede que haya algún colega que gane más porque siempre se tiene en cuenta también la situación en la que se pide el servicio y todo el movimiento que habrá para armar el escenario. Ahora si el espectáculo estuvo flojo de público, se habla y se arregla por un monto menor", expresó "Tiño" Rodríguez para aclarar el tema.

Padre e hijo, unidos por la misma pasión: la música 

El mundo de las bailantas y la noche de fiesta también tiene historias que llenan el alma y que se entremezclan con las emociones y la diversión.

César Gabriel Mansilla es el auxiliar de sonido de Los Santiagueños de Oro y el que acompaña a su papá en sus actuaciones con el grupo.

Pero hay un detalle que lo hace un plomo diferente a los demás. Junto a su hermano Axel (otro integrante de la banda guarachera) se ocupa de movilizarlo y subirlo al escenario por su problema de salud y discapacidad física.

"Mi papá fue el que me inició en este oficio después que murió Jorge Véliz. A él le debo este trabajo y siempre voy a estar agradecido por la gran oportunidad que me dio", expresó César Gabriel.

Luego agregó: "Con mi hermano Axel, que también forma parte de la banda, nos complementamos para manejarnos con mi papá. Su condición de salud muchas veces lo limita para sus actuaciones y cuando lo hace, mayormente se presenta en escenarios de Santiago o en lugares más cercanos", indicó César.