Por Luis Ger
Una práctica que degrada la democracia argentina Una práctica que degrada la democracia argentina
Las recientes grabaciones que exhiben pedidos de coimas y negociados oscuros vuelven a desnudar la corrupción enquistada en parte de la política argentina. No se trata de anécdotas mediáticas, sino de una práctica que degrada la democracia, destruye la confianza ciudadana y pone en riesgo el futuro de nuestro país.
El pueblo argentino no puede resignarse a que la política sea un mercado de favores. Frente a esta amenaza, debemos reafirmar con fuerza que la verdadera política es servicio, militancia y construcción de futuro.
También te puede interesar:
En Corrientes, el resultado electoral mostró que los aparatos y el dinero sucio no alcanzan para doblegar la dignidad popular. Cuando hay trabajo político de base, organización territorial y compromiso con la gente, los pueblos responden con claridad en las urnas. Esa experiencia debe ser tomada como ejemplo y guía para el conjunto del país.
En nuestra provincia, el pueblo decidió hace 20 años apostar por un modelo distinto: el Frente Cívico por Santiago que une a Radicales, Peronistas, Socialistas e independientes. Bajo su conducción, Santiago del Estero logró una transformación profunda:
Infraestructura y obra pública que cambiaron la fisonomía de ciudades y pueblos; Educación y salud fortalecidas con inversión, inclusión y presencia en cada rincón del territorio; Cohesión social y política, con un sistema que privilegia la unidad sobre la fragmentación; Instituciones revitalizadas, que recuperaron la confianza del pueblo y se orientan al servicio de los más humildes.
Estos logros no fueron casualidad. Fueron producto de una conducción política con visión estratégica y de una militancia organizada que puso a la provincia en un lugar de dignidad frente a la Nación.
El Movimiento Justicia y Libertad, como integrante pleno del Frente Cívico, reafirma su compromiso con este proyecto histórico. Nuestra tarea se nutre de la militancia de base, de la formación política y de la convicción de que la ética y la honestidad son pilares irrenunciables de la acción pública.
No concebimos la política como negocio ni como reparto de prebendas. La concebimos como servicio, como entrega, como instrumento de justicia social.
Hoy, cuando el país observa con indignación las grabaciones de la corrupción en otras jurisdicciones,
Santiago del Estero puede mostrar un camino distinto: el de la construcción colectiva, el de la dignidad, el del trabajo político honesto y sostenido en el tiempo.
Nuestra provincia, con el Frente Cívico por Santiago y con el aporte del Movimiento Justicia y Libertad, es prueba de que otro modelo de política es posible. Uno que no se rinde al dinero ni a las trampas, sino que se afirma en la ética y en el compromiso con los más humildes.
Las coimas y la corrupción nos muestran lo que no debemos ser. Corrientes nos enseña que la dignidad puede imponerse. Y Santiago del Estero demuestra que, con conducción política clara y 20 años de trabajo sostenido, se puede avanzar como sociedad.
Ese es el camino que seguiremos transitando: el de la ética, la justicia y la libertad. Porque la política no es negocio: es compromiso con el pueblo.








