Por Leonardo Innamorato.
El ocaso de la familia tradicional: una sociedad sin padres El ocaso de la familia tradicional: una sociedad sin padres
No hace mucho tiempo atrás, en una estructura social occidental, esta idea del padre ausente no era algo extraño; pues el hábito dictaba que el papá nunca estaba en el hogar por las obligaciones laborales, si era jornada extendida o le tocaba trabajar en otra ciudad. De tal modo, su rol era ir a trabajar y aportar a la fisonomía del hogar el sustento diario, por lo tanto el trato cotidiano con sus hijos era escaso. Este distanciamiento también podía deberse a que el hombre tenía otra familia o vivía en otro lugar. Así, era la mamá quien se hacía responsable completamente de la educación de los hijos y el cuidado de la casa.
Sin embargo, a partir de la década de 1.970 inició un cambio sociocultural en la dinámica y fisonomía familiar con la incorporación de las mujeres al ámbito escolar, laboral y de toma de decisiones. Esto impactó en la distribución de las actividades domésticas y en la organización de las familias. No es mi objetivo analizar este fenómeno social desde lo antropológico, desde lo moral, religioso o sociológico psicológico, sino desde el punto de vista personal, advertir algunas consideraciones
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En el seno de la estructura social posmoderna, se observan familias ya sin el típico modelo "familia nuclear" y menos si vamos a realizar una tipología de "familia Ingalls", pues está extinción. Decodificar el núcleo mínimo constituyente de la sociedad no es tarea fácil, debido a un sinfín de fenómenos. Esta ausencia de padre trae resultados nefastos y están a la vista. Pues enumeremos. Hijos inquietos, bajo rendimiento o deserción escolar, juicios de paternidad, de portación de apellido, de identidades, pandillerismo, falta de un norte y hasta regulación de la moral, en algunos cas
Son las madres actualmente, que su rol cambio de manera importante, pues son ellas muchas veces las encargadas de llevar a cabo la economía del hogar, ser el sustento económico y tener que salir a trabajar sin descuidar la crianza de sus hijos. Ya sea por falta de compromiso, inestabilidad económica, desconfianza entre los cónyuges, las tentaciones amorosas, la tecnología o demás situaciones, el seno familiar es distinto a la familia de primera mitad del siglo XX. Ya el sociólogo David Popenoe - en su libro "familias sin un padre"- sostiene que la privación de un "padre tanto en forma física como económica como emocional para con sus hijos, se convirtió en la forma más usual de maltrato infantil en la actualidad", advierte.
Ahora bien, según datos que nos aportan las oficinas de registros civiles de cada ciudad, se visualiza que el número de matrimonios ha disminuido considerablemente, y ha aumentado nuevas formas de convivencia bajo un mismo techo, como el concubinato, y demás acuerdos que se hacen.
¿Causales de padres ausentes y cambios en la familia? Múltiples razones: la revolución sexual, promiscuidad, hogares pobres, estas y varias razones son lamentablemente alguna de las hipótesis y el viraje a la inmediatez, el hedonismo y la incertidumbre, son postales que se ven a diario.
¿Hacia una sociedad de progenitores?
Explicar que la presencia y ausencia paterna en la actualidad están relacionadas con los cambios socioculturales que estamos viviendo y con las nuevas formas de relación que las parejas heterosexuales. Hay un cambio cultural que aparece hasta en el discurso social. Clarificando conceptos, "padre" no solo es de lazo sanguíneo, sino el que lo cría, le enseña modales, valores, y progenitor, es solo por cuestiones de herencia sanguínea, pero no el que verdaderamente sabe llevar adelante el rol de padre.
Según estudios empíricos, se ha estudiado la presencia y ausencia paterna, enfocándose en cómo ha cambiado en las últimas décadas el rol del padre dentro de la familia. Estos estudios, valiéndose de entrevistas con ellos, explora las interacciones dentro del núcleo familiar, las valores que predominan en él, cómo viven los hombres su rol de padres en la actualidad frente a la manera en como ellos fueron criados. Los registros de inscripción que tienen las escuelas, tambien nos aportan datos cuantitativos por el cual se refleja que muchos alumnos vienen de hogares desintegrados por el cual la crianza o las tutorías lo hacen los abuelos, un tío, una hermana o encargado, donde el "padre" como figura importante, o la madre, no está a la crianza.
Ante esta realidad insoslayable, arriesgar pronósticos o trazar un escenario sobre el futuro de la familia como institución, que por cierto,- ya hace décadas está en crisis y en cambio,- no es el objetivo de esta nota de opinión, sino de señalar y advertir algunos riesgos tales como potenciales hijos delincuentes juveniles, alto índice de abandono escolar y un sinfín de consecuencias sociales.
Asistimos a una creciente modalidades y multiplicidad de formas de familia y de convivencias; hoy perduran y conviven al menos cinco generaciones: La Baby boomers, (1.946-1.964); la generación X (1.965-1.987) Millenials (1.987-1.996); generación Z (1.997-2.012) y por último, la generación Alfa (2.013 al presente). Es un hecho social y una realidad insoslayable. Y quizás me atrevo a decir, que es momento adecuado que los gobiernos se atrevan a desarrollar políticas públicas en reconocimiento a la "familia natural" respetando la identidades-, las cuestiones de género o de religiones-, permitiendo su cuidado y promoción, perfilándose nuevamente como el cimiento de la sociedad, con sus funciones manifiestas como latentes.








