Por Belén Cianferoni.
Todos por Nare Todos por Nare
La mañana arranca como siempre. Nare entra al local de accesorios para celulares con el mate en la mano y una sonrisa que contagia. Bromea con sus amigas, acomoda los estantes, responde a los mensajes del grupo de amigos. Se acerca el Día de la Madre y ya le están pidiendo precios para los regalos. Ella es organizada como pocas, responsable hasta el hartazgo. De esas personas que llegan cinco minutos antes, que no olvidan un cumpleaños, que anotan todo en su agenda con resaltadores de colores.
Nada en su rutina dejaba sospechar que algo tan grande y tan urgente se estaba gestando en silencio. Todo empezó con dolores de cabeza que no cedían. Pensaron que era la vista. Fue a la Clínica Santa Lucía, donde le recetaron anteojos. Pero los dolores seguían, persistentes, cada vez más intensos. El oculista, preocupado, le sugirió ir al neurólogo.
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Así fue como Nare, acompañada por su hermana Aldana su cómplice de vida, conoció al Dr. Habra y luego al neurocirujano, el Dr. Pavón. Con mucho esfuerzo, lograron hacer la resonancia. Su mamá, Luna Beatriz, intentó entender el informe por su cuenta. Lo leyó en voz alta. "Tumor", decía el papel. Y esas palabras le cayeron como un baldazo de agua fría.
El diagnóstico fue claro: meningioma agresivo, un tumor que debe ser operado con urgencia. El tamaño y la ubicación son delicados, y una arteria central se encuentra comprometida. El tiempo, en estos casos, es un enemigo que no da tregua.
Nare no tiene obra social. Cada estudio, cada consulta, cada paso hacia la cirugía implica un nuevo esfuerzo. Aun así, no pierde la calma. Sigue siendo la misma chica que prepara el mate a la mañana, que sueña con volver a estudiar Obstetricia para recibir bebés, que ríe con sus amigas y que no deja de agradecer el cariño que la rodea.
Su familia y sus amigos organizaron un bingo solidario. Sus compañeros, vecinos y conocidos no dejan de escribir, de ofrecer ayuda, de preguntar cómo pueden colaborar. Porque todos los que la conocen saben que Nare es de esas personas luminosas que nunca piden nada, pero siempre están cuando alguien lo necesita.
Hoy, esa luz necesita sostén. Cada día cuenta. Cada donación es una oportunidad más para que Nare vuelva a sonreír sin dolor, para que vuelva a estudiar, a trabajar, a vivir su vida como la joven de 20 años que es: valiente, sensible y llena de proyectos.
Debe reunir la inmensa suma de 15 millones de pesos. A pesar de que la batalla es dura, sus guerreras no piensan dejarla sola. Ya lograron recaudar una cuarta parte, pero el tiempo apremia: la operación que puede salvarle la vida y la vista se acerca. Tiene solo un mes para alcanzar esa meta, y como santiagueños, sabemos que cuando alguien de los nuestros necesita ayuda, la respuesta es una sola: estar.
Podés colaborar con el alias:
Todosxnare.mp (Titular: Luna Beatriz)
La vida se pone difícil, y el mundo parece un lugar oscuro, pero aquí estamos nosotros, como comunidad: para acompañar y poner luz ante el peligro.
En Santiago, cuando alguien dice "Todos por Nare", no es una frase: es un abrazo.








